Fox's Wedding

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SSM19 - DIA DIEZ

Enlazar, unir, compartir, intercambiar.

Había muchas maneras de lograr una alianza, beber el sagrado vino de arroz y alimentar a un vampiro con su sangre no era la primera en su lista de opciones. Mucho menos la segunda.

Pero, aparentemente se había quedado sin opciones. Ni con todo el conocimiento que tenía Tsunade, ni con todos los años de experiencia y vivencia que tenía aquel vampiro ahora frente a ellas, era que Sakura se sentía confiada para declinar ante esta propuesta.

—¿Estoy entendiendo bien? ¿Beber de este vino de arroz junto a él hará que mi cuerpo deje de degenerarse? —preguntó Sakura cuando el silencio volvió a inundar la sala.

Sasuke, quien contemplaba la botella sellada en sus manos, elevó su mirada para encontrarse con la esmeralda de ella y, colocando el objeto sobre la mesa, aclaró antes de que Tsunade pudiera abrir sus labios.

—Beber de este vino hará que nuestra compatibilidad sea certera. Al hacer esto, tus habilidades mágicas se equilibrarán con las mías de modo que no me repelerán al momento de morderte.

—¿M-morderme? —exclamó mientras llevaba como acto reflejo su mano hacia la cicatriz sobre su cuello. Al notar el movimiento defensivo, Sasuke suspiro.

—Para eliminar el veneno que circula por tu sangre y se encuentra degenerándolo, necesito extraerlo —continuó explicando antes de ser interrumpido por la inusual humana.

—Si, claro. ¿Esperas que crea que no eres otra sanguijuela más tratando de matarme para satisfacer tu hambre?

—Sangui—repitió indignado el inmortal, antes de ser interrumpido por Tsunade.

—Tiene razón, Sakura. Entre las habilidades de algunos vampiros está el extraer y curar venenos. Un mecanismo de defensa que ellos mismos desarrollaron con los años —aseguró Tsunade y Sakura miraba a su mentora con desconfianza, su mano aún sobre su marca en el cuello.

—Incluso si me dice eso, Tsunade-sama, la mordedura de un vampiro te convierte si no te mata ¿no es así?

—No será tu caso, se trata de una bruja blanca, después de todo —refutó Sasuke a espaldas de ella, su tono casi irritado, pero pasando desprevenido para la aprendiz.

—Hace solo unos minutos era solo una teoría y ahora me están diciendo esto con tanta certeza. Perdonen si lo pongo en duda —alegó Sakura, aún temerosa de la alternativa que le estaban ofreciendo.

—Porque previo a este encuentro, no era posible descartar estas dudas —razonó Tsunade, acercándose a su aprendiz para atraer su atención al colocar sus palmas sobre los pequeños hombros de la joven —. Sakura, eres una sanadora por naturaleza, y si has sobrevivido hasta el día de hoy es porque hay una magia en ti luchando por mantenerte con vida. La magia blanca.

Sus palabras eran tranquilizadoras, y siendo su mentora quien las decía, la joven no pudo evitar guardar silencio mientras relajaba sus temores. Se trataba de la única persona que se había ofrecido a resguardarla cuando nadie más lo había hecho desde que salió corriendo de su antiguo hogar, dándole un techo, comida y agua, tratando sus heridas para después enseñarle a hacerlo igual. Dándole un nuevo propósito cuando lo había perdido todo.

Sakura deseaba seguir haciéndolo. Ella quería ser tan buena sanadora como la alta sacerdotisa.

Sasuke, aunque permanecía en silencio, observaba la escena con detalle, sus brazos cruzados sobre su pecho y su mirada ladeada mientras percibía los cambios en el cuerpo de aquella chica. Sus latidos tranquilizándose con el pasar de los segundos y su aura punzando con una calidez que lo invitaba a atrapar.

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