ç'est bien | minsung / hanknow

septième

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Han entró a la cafetería como acostumbraba a hacerlo. Habían pasado un par de días desde que Chan le dijo que hablarían la próxima semana, ya que se iba a ir a Corea de intercambio cuando las clases en la universidad comenzaran.

MinHo dejó de ordenar los vasos de poliestireno cuando escuchó la campanita y se asomó, viendo que JiSung le miraba de manera algo seria y cuestionante.

—¿Conoces a Chan?

Lee negó con su cabeza de la manera más normal posible y siguió construyendo aquella torre de vasos. Han frunció su ceño a la vez que hacía un leve puchero y tomaba la mano de Lee, impidiendo que pusiera otro vaso sobre la torre.

—Dime la verdad.

—Suéltalo —SeungMin miró de manera amenazante a Han mientras se posicionaba al lado de Lee. —Anda ya

—Está bien, Minnie, no te preocupes —MinHo le sonrió al más alto y luego miró a Han. —Ocuparé la sala de suministros un rato —habló dirigiéndose al de cabellos rojos. —Acompáñame —se dirigió ahora a Sung y se soltó de manera suave para luego caminar hacia la oficina, guiando al de mejillas rellenas.

Cuando llegaron ahí MinHo introdujo la llave para poder abrirla y dejó que el menor entrara primero para luego entrar el y dejar las llaves sobre el velador que se encontraba a uno de sus costados. Ambos se sentaron, uno en frente de otro y mientras Han buscaba con la mirada al mayor, este estaba pensando en qué decirle.

—¿Es el mismo Chan que yo creo? ¿El de Australia, apellido Bang?

Han asintió con su cabeza repetidas veces y su mirada se ablandó cuando notó los ojos de MinHo temblar un poco. Bien, sabía que el tema parecía ser levemente delicado así que intentaría lo más posible no presionar demasiado.

—Hablé con él y le pregunté por tí, el volverá a Corea la próxima semana para explicarme

—¿Y por qué viniste a mí entonces? —MinHo ladeó su cabeza levemente, confundido.

—Porque no sé si él me dirá la verdad —respondió y el mayor rió un poco.

—¿Y qué te asegura que yo te diré la verdad?

—Tus ojos —Han respondió y toda la diversión que había en el rostro de MinHo pareció esfumarse.

Tus ojos.

MinHo, concéntrate.

—Bien... Chan, SeungMin y yo eramos mejores amigos antes. Nos conocimos hace cuatro años y bueno, Chan comenzó a juntarse con sus compañeros con el tiempo y nos dejaba a mi y a SeungMin solos. Eso no nos importaba, cada quién puede juntarse con las personas que quiera —Han dio un leve asentimiento con su cabeza y MinHo supo que deja seguir dando su explicación. —Pero las personas con las que se juntaba no eran buenas personas. Ellos se drogaban, emborrachaban, tenían sexo con la primera persona que encontraran, bla, bla bla.

Han bajó en ese momento su mirada intentando pensar en un Chan de quince/dieciséis años haciendo ese tipo de cosas. Vaya, quién lo diría, Bang Chan, el chico ejemplar que ahora estaba saliendo adelante en la universidad de Sydney.

—Supongo que con el tiempo empecé a arruinar las cosas —Lee siguió y relamió sus labios. —Me empezó a gustar Chan y me sentía celoso cada vez que Bang rechazaba acompañarme a mi hogar como todas las veces que lo había hecho antes, cuando nos conocimos, por ir a las fiestas de sus amigos drogadictos. Comencé a sentirme ignorado cuando intentaba llamar su atención pero él solo decía 'después, ¿sí?' y luego se iba donde sus amigos drogadictos.

MinHo hablaba normal, pero en sus ojos se reflejaban todos los sentimientos que estaban rondando todo su ser en ese instante. Quizá por eso le asustaba mirar a Han a los ojos, quizá por eso le asustaba mirar a SeungMin a los ojos, quizá por eso le había asustado en su momento ver a Chan a los ojos.

—Y él, bueno. Hace tres años se fue, el día anterior fuí a buscarlo a una de sus fiestas y le dije que me gustaba. Le pregunté si prefería a sus amigos drogadictos o a mí y bueno, la respuesta es obvia.

—¿A tí?

—A ellos, Han. Dije que la respuesta era obvia, no digna de un final de un cuento de hadas.

JiSung sintió feo en su corazoncito de ardilla. Así solía decirle a Yang, que sentía feo cada vez que algo triste pasaba en su vida, pero esta vez sentía feo por lo que había pasado en la vida de MinHo. No aguantó más y se acercó a Lee para tirarse a sus brazos y abrazarlo con fuerza, importandole poco que hubiera una cámara grabando el cuarto y que esa escena se viera en doble sentido al Han estar sobre el regazo de Lee, abrazando su cuerpo con fuerza.

MinHo sintió su corazón acelerarse, ¿por qué todo tenía que ser tan extraño?

—Hyung... —su voz parecía estar a punto de quebrarse.

—Estás bien —MinHo sonrió de manera suave, acariciando los cabellos de Han para que no comenzara a llorar.

—Usted debería estar bien —atacó Han, haciendo un puchero en sus rosados labios.

Lee cerró sus ojos momentaneamente, negando la salida a las lágrimas que estaban amenazando en salir.

Porque los dos estaban bien.

Todo estaba bien.

874 palabras.