ç'est bien | minsung / hanknow

dixième

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Las semanas habían pasado finalmente. WooJin y Chan terminaron en una especie de relación/no relación. Si bien tenían constantes citas para conocerse el uno al otro no se sentían preparados para dar el siguiente paso que sería formalizar lo suyo.

Por otro lado, MinHo seguía trabajando junto a SeungMin en aquella cafetería y JiSung seguía yendo a ver al primer nombrado.

—¿Y este? —preguntó SeungMin.

—¿Cómo que este? —HyunJin le miró bastante indignado y JiSung rió a la vez que soltaba la muñeca de este.

—Lo arrastré conmigo —habló el de mejillas algo rellenas. —¿Y MinHo Hyung?

—Está dándole de comer a un gatito que viene a veces acá —SeungMin apuntó a la puerta que llevaba a un pequeño patio, pasando por un gran pasillo oscuro y algo estrecho.

Sung asintió de manera leve con su cabeza y caminó por el enorme pasillo, abrir la puerta y finalmente salir a aquel pequeño pero acogedor patio trasero. Vió ahí a Lee bastante sereno mientras miraba la nada, acariciando a un pequeño gatito que tenía a su lado, ronroneando.

Han sonrió y caminó hacia el mayor, quien se dio cuenta de su presencia al oír sus pasos y este se levantó para quedar a la altura del menor.

—¿Y ese gatito?

—Es gatita. Se llama Dori —MinHo devolvió la mirada hacia el pequeño animalito. —Minnie me dijo que no debía encariñarme porque esta gatita no tiene hogar y yo no puedo llevarlo a casa ni el a la suya. Se podría ir en cualquier momento.

El menor hizo un pequeño sonidito demostrando tristeza ante la situación y una idea algo loca se cruzó por su cabeza, y sin pensarlo dos veces dejándose llevar por sus impulsos soltó;

—Yo podría llevarla a mi hogar.

Lee miró hacia el menor y parpadeó un par de veces, como solía hacer por costumbre.

—¿De verdad?

—Sí. Bueno... Vivo solo, así que supongo que antes tenían dueño o dueña.

—Oh.. Te haría bien compañía —MinHo sonrió de manera tranquila, tomando a Dori cuando la felina les miró a ambos bastante confusa. Extendió al pequeño animal hacia JiSung y este la tomó con bastante cuidado entre sus manos y rió al sentir que la gatita tricolor lamía uno de sus dedos. —SeungMinnie no puede llevarla a su hogar porque HyunJin es alérgico y ambos viven juntos. Yo no puedo porque ya sabes...  tengo dos gatas y si llevo una tercera mi madre es capaz de echarme de casa con gatos y todo

JiSung no pudo evitar soltar una risa y notó como MinHo parecía mirarle a el y a Dori con bastante calidez. Era la mirada de MinHo que pocas veces había visto, al parecer realmente amaba a los gatos.

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La tarde había caído y Sung estaba acompañando nuevamente a MinHo a su hogar. Su madre había tenido un inconveniente así que llegaría al otro día en la tarde, casi noche, así que no había problema que Dori y JiSung se quedasen a dormir.

Cuando MinHo abrió la puerta SoonIe y DoongIe salieron rápidamente y los dos chicos no pudieron evitar soltar una risa. Ni cuenta se habían dado de Dori, quien las vió correr como si su vida dependiera de correr hacia afuera.

Ambos pasaron a la habitación de MinHo. Hablaron de cosas triviales todo el tiempo mientras le hacían una camita a Dori y le ponían otra caja de arena por si a caso. También le sirvieron comida y estuvieron bastante tiempo jugando con la felina, quien terminó exhausta y finalmente se durmió.

—Deberíamos dormir también —propuso Lee, quien estaba bastante cansado por la rutina.

—No tengo sueño, Hyung —Sung, quien seguía bastante activo como siempre, sacudió levemente el cuerpo de Min y este sólo pudo mirarle de manera indignada.

—¿Vemos una serie?

JiSung asintió con su cabeza, satisfecho ante la propuesta de MinHo.

Y ahí estaban después de media hora, comiendo frituras a la vez que ambos estaban sentados y cubiertos por una manta que Lee llevó antes de poner la serie.

El celular de Lee comenzó a sonar y Sung tomó el control para ponerle pausa. Min contestó y guardó silencio esperando a que sea quien sea que le estuviera molestando hablase.

—¿Hyung? Se le quedó la billetera. También seguramente se le hubiera quedado la cabeza, pero afortunadamente la tiene apegada a su cuerpo —la voz de SeungMin se escuchó del otro lado de la línea.

—Ah, ¿La guardaste? —Lee inquirió y JiSung soltó una leve risa.

—Sí, pero creo que te robaron antes de que pudiera notar que estaba ahí.

—¿Antes o después? —Min entrecerró sus ojos, logrando que Han riera nuevamente y HyunJin dijiese del otro lado de la línea un ‘Cómo lo supo’ —¿Cuanto gastaste? Y de casualidad, ¿No estaban mis ganas de vivir por ahí?

—Le compré un helado a HyunJin y uno a mí, nada mas que eso, lo juro —SeungMin sonrió y el sonido de un beso hizo que las mejillas de JiSung se tornasen de color rojizo y MinHo hiciese una cara de asco.

—Dejen de darse besos, hay niños —dijo Lee, refiriéndose a Dori.

—Como si ustedes no se hubieran dado besos antes —HyunJin reclamó y volvió a dejar un beso sobre los labios de SeungMin, quien solo rió avergonzado.

MinHo cortó la llamada y luego miró a Sung, quien estaba algo avergonzado aún.

—¿Por qué aún no nos hemos dado un beso?

Lee parpadeó un par de veces, sintiendo su corazón latir con fuerza. No sabía si era la ansiedad tocando sus puertas o simplemente la ternura que le había dado aquella inocente pregunta.

—No lo sé, ¿importa? —Quizá sí estaba nervioso, era por el hecho de que el último beso que había dado –o mas bien, le habían robado– había sido aquella vez cuando Bang se mudó a Australia un día después de haberle declarado que le gustaba y este le respondiera que no le correspondía.

Han se alzó de hombros dando a entender que todo estaba bien, aunque en realidad moría por dar su primer beso. Recordaba cuando JeongIn le dijo su experiencia con su ex pareja y la verdad desde ese día había tenido curiosidad.

Continuaron viendo la película pero MinHo podía notar que JiSung estaba algo en su mundo. Quizá si le importaba obtener un acto de demostración de su afecto mas allá de un abrazo.

Suspiró de manera suave y se acercó al menor cuando tuvo su atención y depositó un casto y tierno beso sobre sus labios. Había sido induradero pero significativo para ambos, un dulce recuerdo de los miles que podrían pintar en el futuro.

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