Promesa

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    La frescura del rocío golpeaba la nariz de SEUNGHYUN mientras trotaba por en medio del sendero ya marcado entre los árboles cercanos a la cabaña. Eran las seis de la mañana cuando su despertador le avisó que era hora de su rutina de ejercicios y,  a falta de más, decidió salir a correr para no perder condición.

   La tranquilidad del lugar era indescriptible y para SEUNGHYUN gratificante. El aire corría fresco por entre los enormes arboles meciendo tanto las ramas como los desordenados cabellos negros que SEUNGHYUN poseía. El trinar de las aves se veía opacado por el sonido de la música en sus auriculares, pero la vista ante él se llevaba el protagonismo en sus sobre-estimulados sentidos.

-¡Wow! - una  hermosa cascada se abrió paso a su visión y lo obligó a detenerse para admirarla - ¿BAE sabrá de esto? - se cuestionó - no queda tan lejos de la casa, pero seguro hubiera mandado fotos de este paraíso.

   Como un gran conocedor y coleccionista de arte, apreciaba la arquitectura y los diseños complejos, pero la belleza natural del lugar que le rodeaba era digna de ser plasmada en lienzo y exhibir en cualquier galería o incluso en su hogar.

   Lentamente se aproximó a la pequeña laguna que formaba la caída de agua de alrededor de unos cuatro o cinco metros de altura, misma que se deslizaba por una pared de piedra muy lisa y blanca, rodeada de enredaderas y flores multicolor. La silenciosa escena solo era rota por el flujo constante pero suave del agua cayendo pacíficamente en el espejo casi cristalino que reflejaba el verde exacto de las varas de bambú que le rodeaban, casi cubriéndola como una muralla. Había tanta tranquilidad en el lugar que tuvo que contenerse de quitarse la ropa y sumergirse dentro.

-La próxima vez será - se dijo a sí mismo prometiéndose volver.

  Rodeó el pequeño paraíso y siguió otro sendero por unos doscientos metros más antes de detenerse nuevamente. Debía hidratarse, pero además de eso tenía la extraña sensación de que alguien le seguía. Se quitó los audífonos para escuchar a su alrededor.

-Vamos SEUNGHYUN, no seas paranoico - intentaba no dejarse llevar por la sugestión, ver tantas películas sobre asesinatos en el bosque ya no le parecía tan buena idea - ¡Ja! , soy un idiota.

   Continuó trotando algunos metros más pero el crujir de ramas detrás suyo le alertó.

-¡¿Qué demonios?! - se volteó rápidamente para encontrar solo una ardilla corriendo y entrando a una madriguera - ¡Oh Dios!, que susto me diste... - la mano en su pecho sintió a su corazón bombear con fuerza luego de una pequeña pausa - será mejor que regrese, esto no fue tan buena idea - admitió dando media vuelta y caminando de regreso a la cabaña.

   Un par de ojos a unos cien metros de él le siguieron todo el trayecto sin que SEUNGHYUN pudiera percibirlo.


   Dos horas después, cuando JI YONG y RIRI por fin se dignaron a salir de la habitación, se encontraron con un desayuno familiar casi nostálgico.

-Buenos días dormilón, parece que el panda ya te contagió el hábito de hibernar - se mofaba SEUNGHYUN.

-Hyung, los pandas no hibernan - respondió con tono de burla el aludido.

-Entonces retiro lo dicho, eres tú quien contagia al panda - devolvió el comentario aunado a una sonrisa.

-Estamos en un bosque en medio de la nada, sin trabajo ni nada por hacer, ¿Para qué exactamente debería levantarme temprano? - cuestionó JI YONG con cierto deje de mal humor.

-Podrías hacer ejercicio como yo - planteó SEUNGHYUN con confianza - esta mañana salí a correr por aquí y me tope con un hermoso paisaje - recordó con placer la imagen de la cascada intentando interesar a los oyentes.

Baby pandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora