Abrí mis ojos para encontrarme con el techo de mi habitación, los fuertes rayos del sol entraban por la gran ventana. Gire sobre la cama y note que estaba sola.
Me senté y tome con firmeza las sabanas.
- ¿Matt? – lo llamé.
Nadie contesto a mi llamado. Lentamente me puse de pie, abrí la puerta de la habitación y asome mi cabeza, no había nadie en la cocina, no había nadie en sala ni en el baño. ¿Dónde está?
Volví a la habitación. Me senté en la cama para pensar un poco. ¿Se habrá ido? ¿No volveré a verlo? Mis ojos se llenaron de lágrimas.
- Se fue – susurre y mire hacia la ventana.
Cerré los ojos y recordé la noche más maravillosa de toda mi vida. Una noche inolvidable. Sus besos, sus caricias, su respiración mezclándose con la mía… yompí en llanto.Sentí un gran mareo y unas tremendas ganas de vomitar. Me puse de pie y corrí al baño, me tire de rodillas al inodoro y, como si hubiese comido algo que me hubiera hecho mal, comencé a vomitar. Me puse de pie y me mire al espejo. ¿Qué ha hecho conmigo? Nada podía hacer, solo esperar a que él volviera.
Ella entró al departamento y sin pensarlo corrí a su encuentro. Me tire a sus brazos en busca de un poco de consuelo.
- ¿Qué pasó?
- Solo necesito que me abraces – le dije y rompí en llanto.
- _____, dime que tienes
- Solo tengo miedo
- Tranquila amiga, no voy a dejarte sola
- No me sueltes Kim, no me sueltes.
Extrañada me abrazó con fuerza, no entendía mi estado… y tampoco iba a entenderlo. Es que nadie sabe lo que yo siento ahora, lo que yo siento sin él.
Me deje caer en la cama, mi vida había vuelto a ser la de antes. Tres largas semanas han pasado desde que se fue. Otra vez al trabajo, a la rutina, a los problemas, pero nada de él. No lo he vuelto a ver, no se nada de él y hay veces en las que creo que estoy completamente loca y todo lo que pasó fue producto de mi imaginación. Sentí caer una fría lágrima por mi rostro. No he dejado de llorar. Siempre que estoy sola, lloro. Mire a mi alrededor, estaba sola en casa. Kimberly quiso volver a vivir conmigo, pero casi se lo prohibí, dice que teme por mi salud y yo le digo que es un poco extremista; aun así, desde que él se fue, no he dejado de estar enferma. Tengo nauseas, vómitos, dolores de cabeza muy fuertes, mareos, hasta un poco de fiebre. No quiero ir al médico, es solo perder el tiempo en escuchar algo que ya se. ‘Señorita, lo que usted tiene es anemia, anemia emocional’ Puras idioteces.
Me puse de pie y salí de la habitación para buscar un vaso de agua, de repente un profundo escalofrío recorrió mi cuerpo y detuve mis pasos en la puerta. Era la misma sensación de…
- Lo siento… – dijo provocando que mi corazón casi se saliera de lugar.
- Valary
- Solo necesito saber una cosa – me dijo y se acercó a mí. Colocó su fría mano sobre mi panza. La mire extrañada.
- ¿Dónde está Matt?
- No puedo decírtelo –sus pálidos ojos se humedecieron.
- Por favor, necesito verlo. Necesito saber de él – dije mientras un nudo se formaba en miSe alejó perturbada de mí. ¿Qué hacía aquí? ¿Dónde está Matt? Me miró fijo a los ojos, provocando más frío en mí. Dijo algo que no entendí. Creo que fue en el mismo idioma en el que una vez me habló él.
- ¿Qué dijiste?
- No tenemos mucho tiempo, ______ – me dijo.
- Mucho tiempo, ¿para que?
- ______… - me llamó por lo bajo.
- ¿Qué? – le dije.
- Dios quiere tu vida, por la eternidad de mi hermano.
- ¿A qué te refieres? – le pregunte sin entender.
- Dios quiere tu vida, a cambio de la de él
- ¿Va a morir? – pregunte mientras las lágrimas comenzaban a salir de mis ojos.
- Si no hacemos lo que él quiere, creo que si – me dijo.
Esto no podía estar sucediendo. No era posible. ¡No puedo permitir que Matthew muera! Si Dios quiere mi vida por la de él, no voy a negarme. Mi vida no vale nada, si él no está nada es igual.
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In Flames || M. Shadows
Fiksi Penggemar¿Nunca pensaron en venderle su alma al Diablo por conseguir todo lo que quieren en la vida? Yo sí, lo pensé y lo hice. Pero, ¿Qué pasa cuando te terminas enamorando de él? No solo se lleva tu alma, sino que tu corazón también. La ciudad, es el centr...