Capítulo II: "Vida difícil"

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Zero, cuando nació, no tenía poderes y no podía respirar en el ambiente donde se encontraba, por lo que su madre le pidió al Dios Supremo que lo ayudara, pero este lo único que hizo fue darle algo parecido a una máscara de gas que solamente cubría su nariz y boca, y solamente así pudo respirar de manera normal.
Unos cuantos siglos después, el bebé Zero ya no era más un bebé, creció de manera repentina, más rápido que los demás niños en el Reino, por lo que tuvo que empezar a ir a la escuela a una temprana edad. ¿Pero a qué escuela van los hijos de dioses? Pues a una escuela que les enseña a manejar todo su poder o gran parte de él.
Zero, con la apariencia de un niño humano de 9 años, fue llevado por primera vez a la escuela.

- Niños, hoy tenemos a un nuevo compañero con nosotros, espero que lo reciban de manera adecuada. Vamos, pasa, preséntate. -

La maestra de ese lugar le dió la señal para que Zero entrara al salón y empezara a hablar.

→ Hola a todos, mi nombre es Zero, y soy el hijo de la diosa Gaia. ← dijo, aunque la máscara de gas no permitía que se le entendiera todo.

_ ¿Qué dijo? _

- Creo que algo de que era gay o así. -

– ¿Qué es un gay? –

_ No sé, pero qué miedo. _

- ¿Por qué tiene esa cosa en la cara? -

Los murmullos en el salón empezaron a hacer mucho ruido.

- ¡Niños, cálmense! Él es hijo de la diosa Gaia y es mitad Dios mitad Demonio, por lo que deberán tratarlo como una más de ustedes. -

_ ¡Maestra! _

- ¿Qué pasó, Quetza? -

_ Si él es mitad Demonio, entonces deberíamos matarlo. _

- ¡No! ¿De dónde aprendiste eso? -

_ Usted nos lo enseñó. _

- Eh... No les hagas caso, Zero, son un poco distraídos, vamos pasa a sentarte. -

Zero estaba caminando hacia su lugar cuando uno de los niños le metió el pie y Zero cayó al suelo, haciendo que inevitablemente todos empezaran a reírse de él, Zero se levantó y siguió caminando, al llegar a su lugar, uno de los pequeños que se sentaba atrás de él, le quitó su silla, haciendo que cayera sentado al suelo y nuevamente se rían de él. Durante la clase, los niños se la pasaban molestando a Zero, diciéndole insultos, tirándole cosas, e incluso usando sus poderes contra él. Cuando era momento de su descanso, los pequeños seguían molestando a Zero.

_ Eres un fenómeno. _

- Sí, nadie es mitad mitad, estúpido anormal. -

– ¿Creen que le pase algo si le quito su máscara? –

Los niños le quitaron su máscara a Zero y empezaron a jugar con ella, lanzándola por lo aires, mientras que Zero empezaba a perder la respiración, generando que inevitablemente cayera al suelo, casi sin aliento.

- ¡Miren, se cayó! ¡Qué tonto es! -

Las sabandijas le tiraron su máscara en la cara y empezaron a golpearlo en el suelo, sin embargo Zero no hizo nada al respecto. Al pasar el descanso, Zero simplemente tomó su máscara con el poco aliento que le quedaba y fue a su salón; al llegar a su salón, los niños empezaron a lanzarle todo tipo de magias sobre él. Todos se reían de él, le pegaban, se burlaban, lo acosaban, pero Zero no hacía nada. Al terminar el día, Zero solamente se puso de pie y se marchó, pero los niños no lo dejaban en paz, lo seguían, lanzándole sus hechizos. Zero cuando llegó a su hogar, llegó golpeado, mojado, quemado, congelado, electrocutado, llegó devastado.

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