INSOMNIO.

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Aquella noche sentía los pies fríos, mis diminutas manos congeladas, los labios carnosos ahora eran como pequeños trozos de hielo, bloques de iceberg.... Y no recordaba nada, ni siquiera cómo había llegado hasta allí. Frente a mí una gruta se extendía, la oscuridad me envolvía, entonces sentí miedo, y abrí rápidamente los ojos. Aquella noche, ya no pude dormir.

EL CISNE ROJO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora