Una noche, con mucho frío, una muchacha paseaba. Las calles estaban vacías mientras
La gente se reunía con sus familiares en sus casas, porque hoy era un día muy especial,
Era navidad. Hacía viento, frío, estaban las aceras y las calles nevadas, hacía un viento
helado pero a la gente le daba igual, estaban todos celebrando la navidad, en sus casas,
calentitos, mientras fuera hacía un tiempo terrible. María, que así se llamaba la niña,
buscaba cobijo, un sitio para calentarse, era huérfana, sus padres murieron el año pasado
en un accidente de coche, fue por estas fechas. Aunque María era una fiel creyente,
cuando ocurrió la tragedia , dejó de creer en ello, y cayó en una gran depresión que duró
bastantes semanas. Se quedó sin casa, puesto que no podía pagar al casero, y acabó en
la calle. Aquel fue el primer año que celebraría la navidad sin sus padres, sin el
calor de una familia, puesto que era hija única, porque no tenía hermanos, y uno de ellos
murió con sus padres, el día del accidente. Así, María fue llamando a todas las casas,
para buscar donde cobijarse, pero nadie quería una mendiga en su casa. Hasta que llegó
a casa de ellos, eran los únicos que no celebraban la navidad como los otros, puesto que
eran unos exconvictos. Pero aquel día cuando llamó a la puerta, al verla tan
congelada, con esa carita tan angelical, sintieron pena, y la acogieron en su casa. Desde
aquel día, fue como un miembro más de la banda, ellos aprendieron muchas cosas de
ella, y ella les hablaba del mundo injusto y cruel en el que vivían, y así pasaban largas
horas charlando, junto a la chimenea, durante el relato de María , todos estaban atentos,
con mil oídos, hasta María les convenció para que fueran a la iglesia , al principio se
opusieron, pero luego a base de insistir les acabó convenciendo, hasta todo lo que
habían robado durante todos esos años, fue a parar como donativo. La navidad pasó y
con él el frío, llegó la hora de que María se marcharse, pero ellos no querían, la habían
tomado mucho cariño, y habían aprendido mucho de ella. Lo último que María vio fue
una cosa que se le grabó en el corazón, al despedirse de ellos vio a los cuatro apoyados
en el marco de la puerta con lágrimas en los ojos, fue tan conmovedor que hasta
lloró, pero ya nada se podía hacer, así que se despidió de los cuatro con un beso en
la mejilla, y se fue. Pasó un año, dos, tres, cada navidad los exconvictos esperaban la
oportunidad de volver a verla, pero cada día que pasaba, sus esperanzas se fueron
consumiendo, hasta que un día, les llegó una carta en la que se anunciaba la muerte de
María , puesto que había sido encontrada a diez kilómetros del bosque, muerta. Su
cadáver fue encontrado por casualidad, pero lo más sorprendente de todo, es que su cara
estaba iluminada y sólo quedaba de ella una sonrisa. Así fueron los exconvictos a su
entierro en un día con mucho frío, pero sólo estaban ellos, la dejaron flores en su tumba
y aquel día aprendieron a que hay que respetar a todo el mundo sin complejos, ni
diferencias, es decir, sin prejuicios. Cada vez que veían un mendigo, echaban limosna y
a veces iban a hacerles compañía, hablándoles de que lo aprendieron de una niña a la
que querían mucho, y que Dios quiso acogerla por sus buenas obras, y se la llevó con él
a un mundo mucho mejor, y mucho más feliz. Desde aquel día, todos los días iban a
misa, y le rogaban a Dios, pidiéndole una vida mejor para María que se lo merecía.
Fueron misioneros, y dejaron de robar y daban a los demás. Así pasaron sus últimos
años, hasta que un día durmiendo uno de ellos oyó un ruido, y al abrir los ojos, se
encontró para su sorpresa cara a cara con María . Estaba muy guapa, iba toda de azul,
llevaba un aro dorado en la cabeza, y atrás del vestido le sobresalían unas alas blancas.
María sólo dijo: ¡Despierta a tus compañeros, y seguidme!. Así lo hizo, cuando
despertaron no pudieron evitar un grito de gozo y júbilo a la vez. Estaba ella allí, tan
hermosa como siempre, pero mucho más guapa, y feliz. Entonces la siguieron como
cegados por la visión de un ángel, y ese ángel era su amiga. Ascendieron a los cielos, y
llegaron al paraíso, allí había mucha gente feliz, estaban formando un corro, bailando
una música celestial. Cuando llegaron les llevó hacia allí, y les presentó a sus
padres, y a su nueva hermanita. Ellos maravillados no podían creer lo que estaban
viendo, estaban en el paraíso, un lugar en el que nunca creyeron, y estaban rodeados de
gente querida, y de su amiga María, y de sus padres, y de su hermana, todos felices y
contentos, olvidados de un pasado trágico y disfrutando de un lugar maravilloso. Así, la
siguiente navidad allí en el paraíso estaban celebrándola, felices y contentos, sin ningún
dolor, ni sufrimiento, felices para el resto de sus vidas, mientras abajo celebraban la
navidad, sin conocer el verdadero significado de ella.
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EL CISNE ROJO.
De TodoEs un libro de poesías, teatro y relatos romántico. De temario: religioso, navideño, de terror, de cuento de hadas, de leyendas, paranormal, y ante todo romántico.