Traicionando al mar

Capitulo 2

Mallona no se lo podía creer. Simplemente no era posible que esto estuviera pasando. Markus… Markus… la única persona en la que creía que podía confiar… Markus Ketelby, su amigo desde la infancia, su compañero de fatigas, de momentos malos y buenos…. Un espía. No, todavía peor: un espía de Broke…. No le había contado a nadie más sus intenciones de matarla, no había compartido con nadie más sus desvaríos, solo con Markus…. Y le había traicionado, se había reído de él. La única persona en la que confiaba…

Pero al menos, estaba donde debía estar: a punto de ser colgado en la horca.

''Vil traidor… Lo mereces´´ pensó el Conde.

<<Todo ocurrió muy deprisa, quizás demasiado. Markus avanzaba por un callejón de camino la panadería ''Bizcocho de Anís´´, el lugar en el que siempre se encontraba con Elaine. La encontró a la entrada, cubierta hasta las cejas, pues cientos de carteles con su cara y ''Buscada por piratería´´ debajo empapelaban la ciudad.

-Elaine. – Dijo susurrando.

-Markus.- Le respondió ésta, también entre susurros.

-¿Como está tu padre?

-Como siempre, Markus, gracias por preguntar.

Elaine era amable… ¿Por qué habría seguido los pasos de su padre, y no los de su madre? Habría llegado tan alto…

-De nada. Tengo nueva información acerca del Conde: te busca, Elaine, te busca… Y no descansará hasta verte colgando de la horca, te lo aseguro.-añadió sombríamente- Elaine tú… Debes irte de aquí. Vete y no vuelvas.

-Lo haré Markus.-aseguró la pirata- pero antes he de anunciarlo delante de la tripulación.

-Ten cuidado.- Le puso una mano en el hombro.

-Lo tendré Markus. Tu dinero.- Dijo, tendiéndole una bolsita llena de oro.

-Gracias.

Markus se dispuso a marcharse .No debía retrasarse mucho, notarían su ausencia en palacio y, a su vuelta, harían preguntas, preguntas incómodas… Se giró. Ya se disponía a irse cuando, cuatro forzudos muchachos los cogieron a Elaine y a él por los hombros. Eran soldados del conde. Uno de ellos, le quitó a Elaine el pañuelo que le tapaba la cara.

-¡Es ella! –gritó el hombre.

Elaine desenvainó la espada que llevaba escondida bajo la gabardina.

-¡Cogerme si podéis, inútiles soldaditos!- Elaine los estaba provocando. Y dio resultado. Los cuatro pusieron caras de enfado y desenvainaron también sus espadas. La lucha fue intensa, Markus se mantenía al margen, expectante. Estaba desarmado. ¿Qué debía hacer? ¿Huir? ¿Quedarse y dejar que le arrestaran? Ni soñarlo. Salió corriendo, pero uno de los soldados lo vio y, como él, a sus 52 años, ya era viejo y lento, le alcanzó a los pocos metros. Elaine consiguió escapar, pero él no corrió tanta suerte>>

El juicio había sido muy corto: fue considerado culpable casi al instante. Y ahora allí estaba, a punto de morir como un delincuente: colgado.

-Markus Lilian Ketelby, tus delitos cometidos han sido: traición a la corona, ayuda a un pirata, confraternización con un pirata e intercambios con un pirata. Por todo ello, el castigo es la horca.- Anunció uno de los soldados.

Markus avanzó. Un paso, dos, tres… Ya estaba, todo había terminado. ''Ha sido una vida bonita´´ Pensó.

Nadie le echaría de menos. No tenía mujer, ni hijos…. Sus padres habían muerto, no tenía familiares cercanos…. Moriría solo.

Echo una mirada al Conde Mallona antes de introducir el cuello en la cuerda que acabaría con su vida.

Estaba sombrío y tenía la mirada perdida, pero se decidió a mirarle durante 5 segundos. Su mirada… era fría, de decepción, enfadada, triste… Su mirada no se podía definir, era tan turbia…

Introdujo la cabeza en la cuerda. El verdugo tiro de la palanca que abría la trampilla por la que Markus caería con la soga al cuello.

Un sonido cortó el aire. Una daga surcó la plaza en la que se disponían a colgar a Ketelby. Una daga que cortó la cuerda que estaba a punto de quitarle la vida a Markus.

Al otro lado de la plaza apareció la persona que había lanzado la daga.

-Al fin nos conocemos, Conde- Dijo Elaine Broke con una sonrisa radiante en la cara- Es todo un placer.