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Estaba sentada en una de las mesas del patio junto con los otros de mi curso. Ashley estaba justo frente de mí, recostada de una pared.

—¡Hey! —Gritó mientras llamaba a alguien con señas.

Giré y ví que Johann se acercaba.

Él me miró por un segundo y sonrió. Yo le sonreí de vuelta.

—¿Cómo es que te llamas? —Le preguntó Ashley acercando una mano al pelo de Johann. El se movió rápidamente lo que me causó gracia, porque sabía que no le gustaba que le tocaran el cabello.

—Johann. —Dijo.

—Ahh... ¿Oye, con el que llegaste a Winter Fest el viernes es tu hermano?—Johann asintió. —Es lindo él.

—Su novia piensa lo mismo. —Abrí mis ojos con sorpresa y miré a Johann, Marie y Bianca se echaron a reír. Ese no era el tipo de comentarios que él le haría a una persona en quien no confiaba, pero supe que lo había hecho solo por molestarme a mí porque me miró y se rió un poco antes de irse.

Ashley me miró con los ojos bien abiertos y una sonrisa traviesa.

—¿Qué fue Carla? —Preguntó con malicia.

Ridícula, porque había que estar ciego o ser un santo —y en ese colegio todos eran chismosos— para no haberse dado cuenta de que me llegué a juntar
con el Chino Mayor.

—¿Qué? —Pregunté.

—¡Josué pero oye! —Josué dejó de hablar con la noviecita que tenía y miró a Ashley. —Que Carla se metió con el hermano del chino.

Josué abrió sus ojos y me miró con gracia.

—Oye que bien.

Giré mis ojos y los ignoré.

Subí junto con Marie y Bianca antes de que se acabara recreo para poder estudiar una exposición que tenía. Damián entró al curso junto con Marcos, Josué y Isabel y cuando me vió se echó a reír.

—Pero Carla, yo no sabía que te gustaban mecha corta.

Marcos le dió un golpe en el pecho para llamarle la atención pero igual se rió. Levanté mi cabeza de la información que estaba estudiando para mirarlo.

—Tu eres mecha corta y no me gustas. —Sonreí.

Una vez, por circunstancias de la vida, lo ví desnudo... Y erecto, así que no mentía, pero de todas formas esos chistes no me gustaban, y lo dije sin pensar.

Los otros que estaban en el curso gritaron y se burlaron.

—Hey. —Dijo Damián poniéndose serio pero con un toque de humor aún en su voz. —Es relajando.

—Es relajando. —Dije de vuelta.

Salí un poco tarde pues me quedé luego de hora terminando algo, así que cuando llegué al auto no quedaba ni un alma en el colegio. Ni un alma excepto Johann a quien ví caminando de lejos doblando en la esquina.

Llegué con el auto hacia él y me paré a su lado, bajé la ventana y silvé para llamar su atención. Ni siquiera tuve que decirle que se subiera, solo me miró con agradecimiento antes de bordear el carro y sentarse en el asiento del copiloto.

Bendito el destino que justo cuando llegué también llegó Xiao Chang. Aparcó la moto frente a su casa y se quedó esperando a que Johann saliera del carro. Se dijeron algunas palabras en chino antes de que Xiao Chang le tirara las llaves de la moto y le pasara una mochila a su hermano, entonces se acercó al carro y con completa libertad abrió la puerta para sentarse dónde antes Johann estaba.

Jugando con FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora