La gente habló. La gente habló mucha mierda, porque la gente vive de eso.
Y a mí nunca me afectó que la gente hablara.
Que como yo una niña tan linda se iba a ir a meter con ese chino, flaco y que fuma. Que el amor de colegio no duraba. "La novia del estudiante no va a ser la esposa del profesional".
Me dijeron tantas veces que mi relación con Chang no funcionaría...
Terminé la escuela y seguí con el, terminé la universidad y seguí con él, consiguió prestigio, "el arquitecto chino" le decían... Y seguía con él. Porque le había dicho que las relaciones no dependían solo del amor, y nosotros ciertamente nos amabamos pero también sabíamos funcionar juntos.
Lo conocí a él. Y a su lista interminable de amigas, con las cuales seguía teniendo contacto porque aparentemente mi novio era más sociable de lo que yo creía. En nuestro primer viaje a China me llevó a conocer a todas sus amistades... La mayoría eran mujeres demasiado hermosas con las cuales yo también terminé haciendo amistad.
A mitad de la carrera dejé la casa de papi y me fui a vivir con él. De todas formas no me sentí mal porque mi papá no se quedaba solo, ya que se había vuelto a casar y tuvo un hijo, así que iba todos los días a verlo a él y a mi hermanito.
Era un niño rubio y pequeño, lleno de pecas y molestaba como no hay cosa... Razón por la que se llevaba tan bien con Chang.
—Carla. —Me llamó mi hermanito. Me encantaba que pronunciaba mi nombre igual que Chang. Fui hacia él y me agachó a su lado. Me tiró el pelo y solo escuché a Chang riéndose en vez de ayudarme.
—Me la vas a dejar calva. —Le dijo Chang riendo.
—Vamonos ya.
—¿Van? —Dijo el bebo poniendo cara de decepción.
—Vamos Carlito. —Xiao Chang cargó al niño y empezó a subirlo y bajarlo para hacerle gracia.
—¡Papi nos vamos! —Fui hasta mi papá y le di un beso para despedirme. Su esposa estaba en el trabajo así que el se quedaba solo con el niño.
—Manuel. —Xiao Chang sentó a Carlo en el sofá al lado de donde papi recién se había sentado.
—Ja vamos. —Dijo Carlo.
—Me voy yo. —Le dió un besito al niño y llegó hasta mí.
—Yo quiero un nieto. —Dijo mi papá de repente.
—Serás loco. —Le dije. —¿Para criar a dos al mismo tiempo?
—Para salir de eso. —Respondió papi. —Jack, mira a ver lo que tú haces.
—Ven Carla, vamos a preñarte. —Me dijo el chino poniendo una mano en mi cintura para salir.
—¡No te pases chino! —gritó mi papá antes de que saliéramos de la casa.
Dónde Chang y yo vivíamos era un proyecto que el había empezado pero los dueños decidieron abandonarlo. Juntos lo compramos a un muy buen precio y tan pronto estuvo listo nos mudamos. Era un edificio de solo dos apartamentos de muy buen tamaño.
El de la primera planta tenía un patio amplio, ese lo rentamos para sacarle dinero, pero el de la segunda planta —que era donde viviamos— tenía un balcón bastante grande y usábamos el techo de terraza. Era suficiente para nosotros dos.
—Hey, ¿Qué te pasa? —Me preguntó cuando llegamos.
Seguramente mi mood había decaído luego de escuchar a mi papá pidiendo un nieto. El sabía que las probabilidades eran bajas, y en verdad era la primera vez que él decía algo relacionado.
Me acerqué a Chang y le di un beso.
—¿Planeas seducirme?
—Si... —Metí mis manos por dentro de su camiseta y se la empecé a subir hasta quitársela.
—Si te cojo hoy te preño. —Dijo.
Me ponía la inyección anticonceptiva, pero justamente tenía que volver a ponermela la semana pasada y por descuido no había ido, así que de todas formas nos protegimos con condón. Las probabilidades eran pocas.
—Preñame. —Le dije de todas formas.
Se rió mientras metía la mano en su cartera y sacaba un condón de ahí. Lo sostuvo entre sus dos dedos para mostramelo y luego lo tiró para hacer énfasis en lo que decía.
Tres semanas después me enteré que estaba embarazada.
Chang se concentraba en unos planos, cuando llegué y le coloqué en frente el resultado del análisis de sangre. No le gustaba que lo distrayera mientras trabajaba,y generalmente no lo hacía pero esto lo valía.
—Carla. —Vi su cara de molestia unos segundos hasta que leyó lo que decía el papel, lo tomó, lo volvió a leer y se puso de pie. Me tomó de sorpresa, abrazándome y besándome. —Mentira. ¿Es verdad? Mentira.
—Es verdad.
Me volvió a abrazar y luego me miró unos segundos antes de besarme. Ya estaba con los ojos lagrimosos.
—Te pediré matrimonio en dos meses. No, en uno. Empezaré a hacer los planos de la casa, en seis meses la terminan, así te pasas las últimas ocho semanas tranquila y el bebé nace en la casa. —Dijo.
Me volví a reír mientras lo abrazaba.
Así como él lo dijo, fue.
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Jugando con Fuego
ChickLitCarla Faccio se había asegurado de llevar una vida perfectamente estructurada, planeandolo todo y sin arriesgarse a nada. Hasta que lo conoció... Xiao Chang, o Jack comúnmente conocido, era todo lo que ella no había planeado, y todo por lo que se...