-Acompáñame a hacerme un piercing. -Me pidió Bianca tan pronto contesté su llamada.
-¿Ahh? -Sostuve el teléfono entre mi hombro y la oreja y guardé mis lápices en el estuche y los libros en la mochila.
-Ven, que no quiero ir sola y Marie está en la capital con su mamá.
-Soy tú segunda opción. -Abrí mi closet y saqué la ropa que me pondría porque sabía que al final iba a aceptar.
-Ay ridícula que tú nunca quieres salir.
-Yo salgo, ¿Qué te pasa? -Dejé la ropa sobre la cama y me fui al baño. -Es que no me gustan los planes apresurados.
-Coño Carla.
-Ay ya, pásame a buscar. -Se rió en la otra línea.
-Tan ridícula. Llego en 20.
Bianca tenía el don de la puntualidad así que justamente 20 minutos después estaba entrando en mi habitación. Yo me recogía el cabello en una cola alta sin hacerle mucho caso a su entrada.
-Vámonos.
Ella no tenía ni las perforaciones de bebé, así que se hizo esas y una más en cada lóbulo, además de un industrial.
Mientras se observaba en el espejo me quedé viendo las imágenes que estaban colgadas en el estudio de personas que se habían perforado y tatuado ahí con anterioridad.
-¿No te quieres hacer uno? -El anillador me dió un golpecito en el hombro. Cuando me giré para verlo me sonrió. Estaba lleno de tatuajes y tenía un piercing en el labio y dilataciones pero igual se veía muy bonito. Chang tenía las orejas perforadas, me había dado cuenta de eso hacia poco, pero no recordaba haberlo visto nunca con los aretes puestos.
Lo pensé unos segundos y luego asentí. El muchacho sonrió y Bianca se giró mirándome con la boca abierta y peleando por no reír.
-¿Carla Faccio? -Le sonreí a Bianca.
-¿Donde lo quieres? -El anillador tomó mi mano y me dirigió a la camilla que estaba en su lado del estudio.
-En el ombligo.
Bianca me volvió a mirar con la boca abierta.
-¿Carla Faccio? -Me encogí de hombros. -Te ha cambiado.
-¿Quién la ha cambiado? -El anillador levantó un poco más mi blusa, que de por sí era corta, para tener mejor acceso a mi ombligo y empezar a desinfectarlo.
-Un noviecito que ella tiene. -Se cruzó de hombros y se sentó donde yo estaba antes esperándola.
-¿De verdad? -El anillador paró de desinfectar el ombligo y me miró a los ojos con genuino interés.
Me reí. -No es mi novio.
-¿Qué no? -Se burló Bianca.
El muchacho rió y se incorporó para buscar otra cosa. -Te cambió la cara cuando lo mencionaron.
Volvió a mí con una tinta rara y un palillo de madera. Me marcó un punto sobre el ombligo y otro dentro.
-Acuestate.
-Amigo pero ella se calló desde que mencioné a su hombre. -Siguió enchichando mi supuesta amiga.
-Pero yo te voy a arrancar los aretes de un golpe. -la amenacé.
El anillador rió. -Hey no, yo no quiero violencia en mi estudio.
-Ella se pone a negar a sus enamorados.
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Jugando con Fuego
ChickLitCarla Faccio se había asegurado de llevar una vida perfectamente estructurada, planeandolo todo y sin arriesgarse a nada. Hasta que lo conoció... Xiao Chang, o Jack comúnmente conocido, era todo lo que ella no había planeado, y todo por lo que se...