CHAOS ➳ MADARA UCHIHA

CAPITULO 3: Ojos que no ven, corazón que presiente

Kira no se movía. Continuaba estática, sentada sobre una roca del jardín, con sus ojos cerrados y un aura verde rodeándola. Habia estado en esa posición al menos unas seis horas, y no daba estimulo alguno de querer detenerse. 

—¿Hace cuanto que esta así?—preguntó Harumi con curiosidad, intentando ser discreta.

—Desde que volvimos.

—¿Y no te ha dicho nada?.

Mito suspiró.

—Sabes como es. No ha dicho ni una palabra. 

 Tras unos segundos en silencio observándola, Mito volvió a hablar. 

—Hashirama-sama le agradeció por salvar a uno de los suyos. La pregunta fundamental que nadie me ha querido responder es: ¿De que?. 

Harumi hizo una mueca.

—¿De un clan enemigo, tal vez?. 

Mito había pensado lo mismo. Y estaba segura de que esa era la respuesta. Pero era una respuesta incompleta. Definitivamente había algo mas; algo que, por supuesto, Kira no iba a decirle. 

—No justifica lo que esta haciendo. 

Desde que regresaron a su hogar, una semana atrás, Kira había estado preservando chakra de una manera descomunal. Una técnica que su difunta madre alcanzó a enseñarles a las tres para aumentar su resistencia en una batalla e implementarlo solo cuando se estuviera entre la vida y la muerte. Y por la forma en que la mayor acumulaba tal cantidad de chakra, Mito no podía evitar preocuparse. 

Pensó en todo lo que sabia para intentar averiguar el porque de ese cambio. Si el Yūgen  dilucidó algún infortunio; o si se enfrentó a alguien realmente poderoso como para dudar de sus habilidades. No estaba segura de nada.  

—Si van a hablar de mi, háganlo en un lugar donde no pueda escucharlas. 

Mito y Harumi habían estado tan ensimismadas que no se percataron cuando Kira dejo de lado su entrenamiento para aparecer por detrás de ambas. La sorpresa fue notoria. 

—Pues me alegra que hayas escuchado—Mito se cruzó de brazos. Estaba decidida a averiguar lo que pasaba, de una forma u otra—. ¿Se puede saber que estas haciendo?

Kira alzó una ceja.

—Pensé que era evidente. 

—Si. Lo que queremos saber es porque, Kira. 

La mayor se cruzó de brazos. No seria la primera vez que Mito se le enfrentaba, aunque tampoco seria la ultima en perder aquella batalla. Cuando se trataba de ocultar algo, Kira era una experta en el tema. Jamas daba su brazo a torcer. Ni siquiera con sus hermanas. 

—¿Y todavía lo preguntas?. Sabes muy bien lo delicada que esta la situación en el Clan. Lo mejor que podemos hacer ahora es entrenar y estar alerta. Algo que ustedes también deberían estar haciendo. 

Desde luego, no era de esperar que su respuesta terminara por convertirse en un reproche. 

—Especialmente tu, Harumi. 

La nombrada abrió los ojos del asombro. 

—¿Yo?. Pero si entreno todos los días. 

—Taijutsu solamente. Debes empezar a perfeccionar tus otras habilidades. Hable con dos guardias y aceptaron la responsabilidad. Las primeras semanas van a turnarse día por medio, hasta que determinemos cual se adapta mejor a tus necesidades. 

Esta vez, Mito fue la sorprendida. ¿En que momento su hermana había planeado todo eso?. Harumi hizo un puchero con los labios. Nunca le gusto entrenar demasiado, a pesar de que tenia la energía de un niño y la velocidad de un relámpago. Con tan solo dieciséis años de edad había logrado un puesto de lo mas alto en la rama principal, y bajo sus propios méritos. Ahora solo debía mantenerlo. No obstante, era bastante perezosa.