CAPITULO 1: Alianza

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La taza de té se detuvo a medio camino de sus labios cuando escuchó las palabras de su padre. Compromiso arreglado. Si, definitivamente, se había vuelto loco. O, al menos, eso era lo que Kira Uzumaki, la primogénita del jefe del clan Uzumaki, pensaba. Con absoluta elegancia, dejo la taza sobre el kotatsu individual y lo miró atenta. No estaba bromeando. Sus hermanas, Mito y Harumi, lo observaron con seriedad. 

—Los ataques hacia nuestro Clan han incrementado en las últimas semanas. No podemos seguir ignorando la situación. Es por eso que he pensado en formar una alianza con el Clan Senju. Son fuertes y, sobretodo, de mi extrema confianza. —hilvanó su padre inexpresivo. 

Kira desplegó su abanico y lo balanceo frente a su rostro. Ese era un habito que tenia. No solo lo hacia para ventilarse, sino también para apaciguar el enojo que de a momentos le agarraba; justo como en esos momentos. 

—Con todo respeto, Padre, no creo que una unión marital sea realmente necesaria para forjar una alianza. Tu, mas que nadie, sabes que podríamos encontrar otra manera que no requiera aquello. —espetó Kira con los ojos cerrados, tratando de mantener su compostura.

El líder del clan Uzumaki suspiró, esperando esa reacción de su hija mayor.

—Ya no hay tiempo, Kira. La cantidad de habitantes se redujo de manera exorbitante. Nuestros Fuinjutsu no son suficiente para frenar el odio de las demás aldeas. Necesitamos respaldo apropiado. Ademas, es un asunto que ha sido arreglado —cruzó sus manos sobre su regazo—. Mito se casará con el líder del clan Senju, Hashirama. 

Esa fue la gota que derramó el vaso. Kira cerró su abanico y lo golpeó contra la mesa con furia.

—¡No puedes hacer eso!. ¡Mito todavía es muy joven!

—¿Prefieres hacerlo tu?— retrucó su padre con una de esas miradas dominantes que, por lo general, tenia reservada para ella. 

Ella no respondió. Desde hace algunos años, había decidido que no importaba si tenia una vida muy feliz o muy triste, solo no quería tener una vida privada de libertad. Y los matrimonios arreglados dentro de un mundo machista, eran precisamente eso: ataduras, cadenas, impedimentos. Pero, ¿Que importancia tenia eso ahora?. Su hermana de tan solo dieciocho años estaba siendo obligada a casarse con alguien a quien no conocía, que no amaba. Así que, con toda la determinación del mundo, lo miró y le dijo:

—Lo haré. 

—Kira...—musitó Mito perpleja. 

—Me casaré con el. —continuó. 

Su padre cerró los ojos. 

—Tu posición es diferente a la de tus hermanas y lo sabes. Una futura líder no puede unirse a otro líder.  No hay nada que puedas hacer al respecto. Ademas, es una decisión tomada. 

Kira lo observó descreída, lívida de rabia. Iba a hablar, pero una mano en su hombro se lo impidió. 

—Hermana, esta bien —Kira frunció el ceño y Mito le sonrió—. Acepto casarme con él, por el bien de nuestro Clan. 

Kira se quedó en silencio unos momentos. Su hermana estaba de acuerdo en desposar a un extraño, ¿En que momento había crecido tanto?. Esto no tenia porque ser así. Kira era la mayor, ella debía sacrificarse por ambas, no al revés. 

De pronto, el té ya no le resultaba tan apetecible. Se levantó del asiento, con el abanico estrujado en su mano, y desapareció por las altas puertas de la mansión. 

—¡Nii-San!, ¡Espera!. 

La voz de Mito le hizo detenerse en medio del rocoso camino de piedras. Afuera, la brisa de la tarde le resultaba espesa y sofocante, cualquier cosa menos fresca. Mito respiró agitada antes de hablar:

CHAOS ➳ MADARA UCHIHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora