02. ALISANNE

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centauros bipolares ❞
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tres años fénix.

                  No fue tan malo como recordaba: fue aún peor que eso. El ardor parecía ir tan profundo en ella como para incluso marcar su alma en el camino. El aire era sofocado por el fuego: ese mismo fuego que era infinitamente diferente al que sus recuerdos podían invocar, el otro fue rojo y dorado. Este lo fue todo oro, y parecía totalmente dispuesto a quemarla hasta los huesos.

Fawkes perdió su forma semi humana, aquella que poseía en la ilusión que había creado para Alisanne, y una vez más se convirtió en lo que ella recordaba, con la estatura de un cisne si ella podía comparar. A pesar de todo, él se mantuvo majestuoso.

Pero una vez que había visto sus ojos humanos, ella no pudo ver un animal o una simple criatura una vez más. Cada vez que lo veía podía recordar el hombre de la ilusión.

El alivio creció en Alisanne cuando contempló el familiar bosque delante suyo. Era de noche pero era definitivamente mejor que la última vez que estuvo ahí. La luna brillaba de forma mágica y las estrellas formaban sus constelaciones sin miedo a nada, ni a nadie.

—¿Fawkes? —la chica llamó, buscando desesperadamente con sus ojos al fénix. Su corazón latía desesperado ahora que podía ver dónde se encontraba.

Se dio cuenta de que vestía su viejo uniforme de Hogwarts, y ella no estaba muy segura de cómo eso era posible. Recordaba haberlo quemado la última vez que lo sostuvo entre sus manos, lo había observado para memorizarlo y poder mantenerlo de alguna forma pero destruirlo de otra. Se deshizo de todo menos del listón celeste que su padre le había regalado. Había sido el empaque de una muñeca que fue un obsequio para el día de su cumpleaños, pero ella era pequeña e infantil, por lo que le tomó más aprecio al listón en la envoltura florida que al juguete, la pequeña Alisanne consideró que el verdadero regalo había sido la tira que podía enredar en su cabello.

Sin embargo, ilusión o no, el uniforme parecía adaptarse a su cuerpo, supuso que se debía a un brote de magia que ella debió de haber hecho sin darse cuenta durante el viaje. Ahora que estaba en este mundo, su cuerpo y magia podrían actuar de forma diferente a lo que habían hecho antes, tanto en el Valle Fénix como ahí pero años atrás.

Desde el momento en que su mente encontró una consciencia limpia y clara, mandó órdenes y se concentró para mantenerse bajo control. Fue difícil de explicar: la sensación constante que siempre sintió corriendo por sus venas; en su sangre, rondando en todo su cuerpo, ahora era más fuerte, tratando de nadar contra la corriente.

—¡¿Fawkes?! —Alisanne llamó nuevamente, movilizándose por el bosque, o al menos eso era lo que trataba de hacer: su cuerpo estaba medianamente entumido, sin poder olvidar el dolor que había residido en él momentos atrás.

El ave había desaparecido. Tal vez ni siquiera regresó con ella. Esa idea la alarmó tan pronto como la consideró; que hubiese quedado atrapado en alguna ruta como ella había escuchado en historias de otros fénix del Valle. Era por eso que muchos decidían permanecer ahí, y muy pocos se aventuraban más allá de lo que desconocían fuera del Valle. Las rutas y caminos siempre fueron engañosos, se decía, podían terminar varados en lo desconocido, alejados de su destino.

PHOENIX WITCH|  HPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora