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—¡Tierra llamando a JungKook! —Gritó, y el pelinegro bufó, recordando lo mucho que odiaba a sus compañeros de trabajo.

En el sentido más falso de lo que eso significaba.

TaeHyung se colgó de su espalda, mirándolo desde atrás y jugueteándole con el cabello negro. SeokJin los miro, con una sonrisa en los labios, entregando el papeleo a la chica frente a él y esperando a que los firmara para rodar los ojos al verlos peleando, cruzando los brazos sobre el pecho y acercándose a ellos, con los ojos entrecerrados y las puntas de sus dedos picando.

La amenaza inminente de que terminarían con un jalón de orejas siendo suficiente para que ambos dejaran de discutir, mirando al mayor con una sonrisa nerviosa.

—Así está mucho mejor.

El pelinaranja sonrió, abrazándose a la cintura de su novio y haciéndole un puchero de mejillas infladas, mientras que JungKook cruzaba los brazos sobre la barra, aburrido, revisando su celular para distraerse. No había sido un día fuera de lo normal, eso si no contamos que habían ido menos personas a la tienda de mascotas.

Y estaban aburriéndose.

SeokJin suspiro, acariciándole el cabello con suavidad a TaeHyung. Escuchando el tintineo de la campanilla en la puerta y girando a mirar, encontrándose con el rubio que acomodaba algo en la mochila que traía colgándole del hombro. Sonrió, dándole un pequeño pellizco a su novio con la mano que no estaba enterrada en su cabello y TaeHyung levanto la mirada, sonriendo en grande al ver a JiMin en la puerta, distraído.

SeokJin bufó, sabiendo lo que esa sonrisa significaba.

—Ni se te ocurra hacer alguna travesura.

—Solo una. —Pidió, juntando las manos en su pecho y rogándole con la mirada al más alto. —Será divertido… y romántico. —SeokJin levanto una ceja, negando. —Míralo como que será el empujoncito que les falta.

Decir que SeokJin se negó ante esa propuesta sería decir que tenía una postura firme demasiado sostenible, y así era.

En algunas ocasiones.

Así que…

—Mucho cuidado con lo que haces. —Amenazó, alejando sus manos del pelinaranja y dejando que corriera a hacer lo que sea que quería intentar, y bufó, cruzándose de brazos mientras observaba a su novio interponerse entre JiMin, que seguía distraído buscando algo con insistencia y el ceño fruncido; y JungKook, quedándose en frente del pelinegro.

TaeHyung no llamo la atención de JungKook, sino que se quedó ahí parado hasta que JiMin estuvo lo suficientemente cerca, quitando el celular de las manos del pelinegro y logrando que levantara la vista cuando se apartaba.

JungKook jadeo asustado, su aliento caliente golpeándole los labios al rubio cuando alzo la cara, mirándolo con los ojos abiertos de par en par. Casi lo había besado.

TaeHyung chasqueó la lengua, y ese casi salió de la ecuación cuando el pelinaranja fingió estirarse empujando con su cadera al rubio, solo unos centímetros, los centímetros suficientes para que sonriera y su novio lo mirara sorprendido. Con las mejillas del pelinegro ardiendo en las más vergonzosas llamas, la sensación que bailaba en sus labios dejándolo mudo y quieto, evitando que volvieran a rozarse.

Aunque lo quería.

Odió que sea tan soft.

—L-lo siento.

—M-mi dispiace.

TaeHyung se carcajeó, apoyándose del hombro de SeokJin. Y el alto lo sujeto de los hombros, para evitar que muriera por el ataque de risa que lo estaba atacando, su novio sonriendo avergonzado cuando JungKook los giro a ver, con la boca entreabierta, como si estuviera perdido, frunciendo las cejas nervioso, navegando entre la nebulosa del bochorno y el placer.

Mataría a TaeHyung cuando lo tuviera a su alcance, eso el mayor podía verlo.

—Tae…

El pelinaranja miro a su novio, con la sonrisa que se extendió por su boca reduciéndose cuando paro de reír. —Viste eso. ¡Fue genial!

—JungKook va a matarte.

—Valdrá la pena haber muerto feliz. Haciendo todo lo que quise en mi vida. —Murmuró, divertido, y el alto negó, frustrado.

[…]

—Hyung ayúdeme.

SeokJin miro a JungKook, el puchero en sus labios mientras fruncía las cejas preocupado siendo suficiente para que dejara de lado el aseo de Yeontan, dejando a su perrito a un lado, fuera de la bañera.

—¿En qué necesitas que te ayude? —Dijo SeokJin, secándose las manos de una toalla sobre el lavabo, y se levantó, el tiempo acuclillado haciéndose sentir cuando su espalda casi no pudo sostenerlo, sacándole un gemido, y se puso las manos para acariciarse, intentando mermar el dolor.

—Cuando fue a la tienda de mascotas, Jiminie me invitó a su cumpleaños.

—Ajá.

Camino saliendo al pasillo, con Yeontan delante de él corriendo a TaeHyung, para mover la cola mientras observaba al pelinaranja dormitar sobre el sofá en la sala de la casa de SeokJin, completamente acurrucado y dejando su cabeza caer sobre sus manos juntas. Se movió a la cocina, y escucho a JungKook removerse inquieto.

Se sirvió un vaso de jugo de naranja, pensando que tal vez, JungKook necesitaría un poco más de tiempo para pensar lo que diría antes de querer enfrentarse a la mirada de su hyung, esperando y exigiendo por llegar a la conclusión de porque le había soltado semejante comentario. Volteó para volver a mirar al pelinegro, y apoyar los codos sobre la mesa, mirándolo con atención que puso aún más nervioso al menor.

Está bien, el tiempo extra no había servido de mucho.

—¿Qué sucede con eso?

—Quiero darle algo, pero no sé qué.

—Oh. —Hizo una pausa, dejando sus dedos huir a su barbilla para darse pequeños golpecitos, pensando. —¿Qué crees que le guste?

—N-no sé.

—¿Qué le has visto usar con frecuencia? Ya sabes, algo que vaya con él.

—Anillos. Siempre tiene anillos.

—¿Por qué no le regalas unos?

—Quería que fuera especial.

—Un regalo es especial dependiendo de la persona, y la intención. No por lo que se dé.

—¿C-crees que d-debería…?

—Sí. —Asintió con una sonrisa amable, y JungKook suspiro, dejando caer los hombros tensos. —¿Cuándo es?

—El trece de octubre.

—Eso es dentro de una semana. —Murmuró, parpadeando sorprendido, y el menor se encogió de hombros, luciendo poco más calmado.

—Por eso te pregunté, no falta mucho y, no soy muy bueno con los regalos.

SeokJin se rió ante el sonrojo de JungKook, palmeándole un hombro y girándose por unas galletas, las puso en un plato, y volvió a donde estaba, comiendo una y observando cuando el pelinegro acerco una a su boca, dejándola entre sus labios sin morderla, mirando sin mirar y pareciendo perdido en el mar profundo de sus pensamientos, abriendo los ojos de par en par y masticando la galleta de chocolate mientras se levantaba de la silla apresurado, saliendo de la cocina y tomando su chaqueta del perchero.

El alto lo vio salir, ladeando la cabeza cuando cerró la puerta, y frunciendo los labios en una mueca curiosa.

—¿A dónde va?

🔹🔸
Yo ya quería beso 😳😳

Espero les guste.
💘 VinniePark

O Sole Mio 🌾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora