Paskhali mandó a llamar a los Pusiti para trasladar el enorme navío al río O'ci cerca del muelle. Ellos se apresuraron a llegar y cargar el barco en el hombro de más de cien Pusitis. Cuando los forasteros vieron cómo el barco venía hacia ellos desde lejos no pudieron evitar emocionarse. Era un enorme galeón con velas aptas para velocidad y el casco recubierto con una gruesa lámina de metal para así proteger la quilla, y evitar que éste se agrietara por el oleaje del centralis.
— ¡Es gigantesco! —exclamó Sirio muy emocionado.
— Es hora de que partan, jóvenes —pronunció Paskhali—. ¡No hay mejor nave que éste Bellator(Guerrero)! Es mejor que lo hagan ahora mismo para que no pierdan ningún instante. Respecto a la espada, mi rey, es algo que lleva tiempo, cuando vuelvan de Shakur vuelvan a pasar por aquí y se los explicaré con más detalles. Una cosa, jóvenes, debo darles un consejo. ¿Quién de ustedes es el líder del grupo?
— ¡Yo! —exclamó Procyon con orgullo.
— Entonces de ti dependen sus vidas.
— Ah... em... en ese caso el líder es Leo.
— ¡Cobarde! —burló Sirio.
— ¡Dinos, por favor, jefe! —pidió Leo.
— Antes de involucrarse en una guerra no olviden pasar por la isla Akhara.
— ¿Dónde queda esa? —Al-Veor sacó su fiel mapa y mostró con el dedo cuál era la isla— ¡Ah, la que está al suroeste de Araldari!
— La punta inferior izquierda de la estrella —afirmó Upy.
— ¿Qué encontraremos ahí? —preguntó Procyon.
— Helqá sabe a lo que me refiero, que ella les diga.
— ¡Ya sé que no nos enteraremos de nada...! —los demás mofaron al escucharlo.
Poco después partieron de Henandia, Paskhali sugirió que uno de ellos que supiera sobre el manejo del barco los acompañara y el elegido fue Imal, quien estaba ansioso por dar inicio al viaje. Estaban extasiados viendo los detalles del Bellator, pues era el mejor galeón que se había construido, o al menos, el mejor que habían visto. Su rapidez era sorprendente gracias a las velas que habían creado los hombrecitos. Imal les comentaba con orgullo acerca de lo que tuvieron que hacer para la construcción dejándolos sorprendidos.
Helqá marcaba la ruta para el hombrecito, y éste la seguía sin hacer preguntas. Leo y el resto sabían que era inútil preguntarle algo, por lo que dejaron que ella los guiara. Desde Henandia, fueron en medio del Turbinis Vasti y la isla Polaria, la cual pensaban que sería su destino, pero para su sorpresa siguieron de largo, dirigiéndose a Shakur.
Preocupado, Leo corrió hacia ella a exponerle su inquietud, la cual compartía con Procyon y Al-Veor, quienes fueron tras él.
— ¿Por qué nos llevas de vuelta a Shakur? —preguntó insistente— ¡Somos personas buscadas, los soldados nos consideran traidores! ¡Además de incriminarme en el asesinato de mi mejor amigo! Nos matarán si entramos ahí.
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Corisea
AdventureAraldari; un mundo que pocos conocen y del cual no hay casi nada de información. Seis islas separadas del resto del mundo a las cuales se prohíbe visitar, se dice que en ellas habitan gigantes, enanos y otras tribus peligrosas, pero en el centro de...