24. El último

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Al llegar a la "cabaña del refugiado" encontraron a Calea cabalgando en Cerbero, pasando un buen rato a solas, ella los miró, pero prefirió seguir en lo suyo ignorándolos, ellos fueron rápidamente a encontrarse con Al-Veor, pero para su sorpresa, con él y Sirio estaba Kohsuke sentado junto a ellos en la mesa, con los manuscritos sobre la madera. Sirio se alegró de verlos y saludó casualmente.

— ¡Bienvenidos! —ellos se quedaron pasmados observando al ronin que seguía leyendo sin mirarlos.

— ¿Por qué? —preguntó Procyon señalando al sujeto.

— ¡Ah! Él estaba merodeando cerca de aquí por el bosque de bambú y lo encontré. Como no lográbamos entender estos jeroglíficos le pedí ayuda y accedió.

— ¿Qué tanto haces por aquí? —se dirigió Jeral a Kohsuke. Éste no le respondió.

— ¡Me siento acosado! —suspiró Procyon quitándose la bufanda.

— Te traje esto, Al-Veor —dijo Leo caminando hacia él y entregándole un gran jarro.

— ¿Qué es? —preguntó con curiosidad dejando su pluma de lado y tomándolo.

— Es una bebida, muy deliciosa de hecho. Supongo que es originaria de aquí, pero tu nuevo amigo podrá explicártelo mejor que yo —esperando que Kohsuke hablara.

Todos lo miraron con interés, éste no tuvo más opción que observar el líquido y sus ojos brillaron cuando percibió el olor.

— ¡Es sake! Una bebida hecha con arroz fermentado. No es apta para los niños —mirando a Sirio, quien hizo un puchero cruzando sus brazos.

— Así que sake —tomando un sorbo—. ¡DELICIOSO! Esto debería compartirlo, pero no quiero.

— ¡No es justo! —dijo Procyon— Siempre dices que el conocimiento es para todos.

— ¿Y qué tiene que ver?

— ¡Imagina que es conocimiento y comparte! Además, ya vi que al ronin le gusta.

Después de tanto insistir Al-Veor compartió con todos, menos Sirio y Calea, quien ya se había unido a ellos, y se reclinaron a la mesa. Leo les contó todo lo que habían escuchado en el poblado a detalle, mientras que Al-Veor, Sirio y Kohsuke prestaron absoluta atención.

— No sabía que había tantos problemas en Koma —dijo Al-Veor—, y lo peor es que todo parece interno. Esperen... ¿cómo fue que pudieron entender todo?

— Jeral fue nuestro intérprete.

— ¿No habías dicho que no entendías el idioma? —mirando al joven sintiéndose engañado.

— Es que si te decía que podía leer los manuscritos me obligarían a quedarme aquí y yo quería ir al poblado con Leo.

— ¡Eres un estafador!

— Como sea, ¿lograron descubrir algo? —preguntó Procyon— ¡Ah! Disculpa —mirando a Kohsuke—, ¿no te molesta que tratemos de investigar acerca de tu nación?

— También me he enterado de los asesinatos. Quizá ustedes descubran algo que yo no pueda por mi propia cuenta.

— Haremos todo lo posible —dijo Sirio.

— Aquí hay una historia respecto a la línea sucesoria del emperador —explicó Al-Veor—. Pero es un dato en extremo interesante, al menos para mí. La nación que decidió acabar con la civilización Venazi dando fin al siglo armónico fue ésta, Koma —todos se miraron perplejos.

— No sé por qué siempre pensé que había sido Gargammel —supuso Procyon—. Ellos estaban muy cerca y al extinguirse la nación, su territorio pasó a formar parte de Gargammel.

CoriseaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora