Un año ya había pasado desde que contraje matrimonio con el hombre de mi vida, un año donde he sido la mujer más feliz que puede existir, un año donde a mitad de este alguien comenzó a crecer dentro de mi y que hoy me da pequeñas pero dolorosas pataditas, nuestra pequeña Gisel.
-amor, hoy tenemos médico - habló Dom a lo que yo solo sonreí y asentí con mi cabeza.
-queda tan poquito para que nazca nuestra pequeñita - me acerqué a el para poder tomarlo del cuello - solo un mes y la tendremos con nosotros - lo besé.
-solo espero que llegue ese día y que crezca tan feliz como pueda junto a nosotros mi amor - me besó.
Tome una ducha más o menos larga y relajante, al rato salí para poder cambiar mi ropa e ir a medico para ver que tan va mi pequeña.
Dom iba manejando, yo iba de copiloto camino hacia el hospital.
-¿estas nervioso? - le pregunté.
-un poco - me miró y sonrió.
Al llegar donde el doctor nos hizo pasar inmediatamente junto a Dom y pudo ese maldito gel helado en mi ya grande panza, hice hna mueca y ambos rieron. Se comenzó escuchar aquellos latidos tan preciosos, aquellos latidos que me reconfortaban con tan solo oírlos, pude ver a Dom con cara de felicidad y con su mano en mi mano.
Gisel iba bien, todo estaba planificado para el 4 de noviembre para que naciera.
Pasaban los días normales, mucho amor entre Dom y yo, los nervios se aceleraba cada vez que el tiempo pasaba, ambos solo queríamos tener a nuestra pequeña Gisel con nosotros.
-Dom- lo llame desde la habitación - Dom!! - dije un poco más fuerte. - DOOOOM!!!! - grite y sentí unos pasos correr hacia la habitación
- ¿estas bien? - pregunto asustado entrando a la habitación y yo negué. Había roto la bolsa y los dolores eran insoportables.
Dom me llevó lo más rápido que pudo al hospital, al llegar me ingresaron inmediatamente. Gisel se nos había adelantado.
NARRA DOM
- TE ODIO SHERWOOD!!! - gritó nina con todas su fuerzas en el pabellón y yo reí... Pero de nervios.
-tranquilo - me dijo la enfermera - todas le gritan eso a sus esposos - yo reí junto con ella.
- dentro de poco estará aquí de nuevo y me gritará lo mismo - le respondí y ella rió asintiendo.... Y sentí un llanto, mire a Nina quien miraba a la bebé con cara exhausta pero aun así con su hermosa sonrisa. Yo no podía despegar la vista de los dos amores de mi vida.
Hoy Gisel ya tiene 3 años, es lo más revoltosa que puede existir, su hermanito de 6 meses me quita toda la atención de mi esposa y a mi esposa le quita toda mi atención, ambos son nuestra luz, ellos son mi luz, mi esposa es lo más lindo que puedo tener y mis hijos la esperanza de que todo en la vida se puede lograr.
- amor, baja a comer - hablo Nina - luego sigues grabando! - gritó más fuerte y yo reí.
- jamás se rindan en lo que quieren, sean felices siempre Y jamás duden de que el amor existe. - cerré la cámara y bajé para cenar junto a mi maravillosa familia.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
