Justin's Point Of View.
Semanas después.
Rutina. Todos tienen una. Y, aveces, algunos nisiquiera se dan cuenta de ello. La llevan a cabo inconscientemente todos los días...
Mi rutina, por ejemplo, pasó de ser simplemente despertarme todos los días, arreglarme e ir a la escuela, a levantarme cuando el sol todavía nisiquiera rosaba el horizonte, arreglarme, y seguir a la chica en su rutina diaria, hasta que por fin entraba a la escuela.
Su rutina, me había dado cuenta unos cuántos días después de que la empezara a seguir, era muy extraña e impredecible, bueno, excepto por el principio.
Comenzaba todos los días al salir de su casa exactamente a las 5:00 a.m., ni un minuto más, ni un minuto menos., Junto a su perro, caminaba unas cuántas manzanas hasta el parque en el cuál le ví fuera de la escuela por primera vez. Se sentaba en la mísma banqua de siempre y veía El Alba alzarse en el cielo mientras acariciaba a su perro recostada en la banqua.
Aveces, muy rara vez, le veía tallar dibujos o escritos en la banqua con una navaja. Nunca me tomé el tiempo para ver exactamente de que se trataba, nunca me pareció muy importante, ya que hacía cosas que llamaban mucho más mi atención.
Después de estar casi dos horas en el parque, se levantaba y empezaba a caminar hacia el colegio.
Ahí es cuando empezaba lo impredecible.
Una vez adentro del colegio, le perdía la pista casi inmediatamente, hasta la hora del almuerzo, donde algunas veces entraba a la cafetería y pedía algo, para luego salir y perderse de mi vista otra vez.
A la hora de la salida, era la primera en cruzar la puerta, o eso suponía, porque no la volvía a ver más que unas pocas veces hasta la noche en el mismo parque, en la misma banqua, por unas dos horas más y luego directo a su casa. Donde aveces se escuchaban grandes estruendos y ladridos...
—¡Hey! —Volví a la realidad con la voz de Sarah, que chazqueaba sus dedos enfrente de mi mientras me llamaba. —.¡Tierra llamando a Justin!
— ¿Ehh? — Balbucié volteandola a ver.
Ella y Keith soltaron una carcajada.
En el tiempo que había pasado, y desde que Jack había dejado a un lado su afán por molestarme, había tenido el privilegio de conocer a Sarah Rosenfeld y Keith Northup, una par de chicos que, al parecer, habían tenido la misma suerte que yo al ingresar, y no eran muy aceptados entre la sociedad de alumnos.
En ese momento nos encontrábamos en una mesa en la cafetería, era la hora del almuerzo.
— ¡Vamos, tío, solo me falta que tu me ignores también! — Bromeó Sarah con su característico buen humor.
— Yo no te ignoraba —Dije rapidamente, aunque sabía que solo bromeaba. —, solo estoy algo...
— No importa, estoy acostumbrada. —Sonrió. — Pero ahora que eres de nuestro Club...
—¿Que Club? —Keith dejo de comer su hamburguesa y alzó la cabeza de golpe, con algo de salsa de tomate en la comisura de sus labios.
— ¡Pues el nuestro! — Sarah le lanzo una servilleta a el rostro, con la cuál Keith se limpió torpemente. — ¡El gran maravilloso e inigualable Club de "Los Ignorados "! — Dijo dramáticamente mientras anunciaba el título haciendo gestos con sus manos.
— Ignorados hasta por los nerds... — Fingió tristeza Keith.
Sonreí, se pasaban el día bromeando sobre lo mismo.
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My Black Rose.
أدب الهواةHay veces, que la vida no te da lo que quieres. Puede enamorarte. Puede torturarte. O, como en mi caso... Puede hacerte sufrir las dos. Todavía lo siento, el dolor. Y se que siempre seguirá. Pase lo que pase. Pero, puedo soportarlo. Porque el dol...