Capítulo 4

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Shanon:

Habían pasado 2 días sin ver a DM, no lo veía en la escuela, ni en la única clase que compartíamos, no estaba buscándolo, no era como si fuera mi amigo, en realidad sólo me había hecho un favor, pero era jodidamente intrigante saber sobre el, pero no lo suficiente como para buscarlo, mi vida seguía igual, DM se fue como llego, de la nada.

—Shay, ¿me estas escuchando?

—Si, si, perdón Betty, estaba pensando.

—Eso es lo que haces desde hace semanas, deberías de relajarte un poco.

—Ese es el problema Beth, yo no puedo relajarme, hace 4 días me relaje y terminé casi perdida.

—Pero tu principe amado te ha rescatado -Beth hablo como narradora de cuento.

—No seas boba Beth —Le lancé el cojín que tenía entre las piernas.

—No me molestes Shay, tu tienes a el bombon de DM atras de ti y a mi me cambian en una noche.

—Cierra la boca, DM no esta atras de mi, ya te lo dije, sólo lo hizo por ti.

—¡Buu! —dijo arrojándome un puñado de palomitas en la cara

Antes de que pudiera reprochar el teléfono de Beth sonó.

—Es mamá, vamos a ir a cenar con un nuevo socio de papá, el señor Smith o alguna mierda asi —rió

—¡Bien! Vuela pajarita —reí— pero esta conversación no queda así.

—Hablamos mañana, cuídate Shay, te quiero —Beth se levantó del sillón y salio por la puerta principal.

Una vez que me quede sola -de nuevo- subí a mi habitación, comencé a bajar el cierre de mi vestido y seguido de ello resbaló con facilidad, me metí a dar un baño y luego entre en mi pijama, que consistía en un pans color rosa pastel y una playera de Satén, amarre mi cabello en un moño despeinado, me quite el poco maquillaje que llevaba y me puse los lentes que sólo usaba para leer en casa, me metí al baño para lavar mis dientes, cuando escuche un ruido en la planta de abajo, que al inicio ignore, pero luego escuche un vidrio romperse por la cocina.

Al parecer la vida tenía algo contra mi, camine fuera de mi cuarto logré tomar un florero como arma contra -Lo que sea que estuviera abajo-

Una vez que bajé las escalera, mis piernas estaban temblando, cuando iba a llegar a la Isla, escuche unos pasos acercándose a mi, levante el florero atras de mi para estrellar el florero en él/Ella/eso ¡Lo que sea que fuera! al momento que entre a la cocina, quede a centimetros de -Lo que parecía- un Él.

Las manos del chico se aferraron a mis muñecas bajando el florero de mi mano.

—Alto ahí chica mala —rió.

Si, lo supusieron bien, era DM, con su jodida sonrisa arrogante y risa sarcastica frente a mi, estaba vestido todo de negro, como siempre, su cabello estaba estaba despeinado y tenía ojeras de no haber dormido en días, sus ojos bailaban con diversión.

—¿Ibas a matarme con un florero? —Comenzó a reir abiertamente.

—Cierra la boca DM, estas completamente loco —bufé frustrada.

—Yo no soy la que pensaba salvar su vida con un florero —ironio.

—¿Qué mierda haces aqui? No, reformulo mi pregunta ¿Cómo mierdas?

—No eres muy brillante ¿Verdad? No sirve de nada tener una alarma de seguridad si piensas poner una llave sobre el tapete

—Que la puerta este abierta no te da derecho a entrar.

Trono la lengua —¿Tienes algo de tomar?

Torci los ojos dándole una mirada de pocos amigos, se dio la vuelta e inició a husmear en mi refrigerador, como si fuera su casa o yo lo hubiera invitado.

—¡Sal de mi jodida casa!

—Eres una grosera —me miró mal— eres algo así como una versión porno de Cenicienta, olvidaste tu vestido boba.

—¿No pudiste ser normal y llevármelo a la escuela?

—No tenía nada mejor que hacer —Con sinismo, tomó una manzana del frutero que se encontraba en el centro de la isla.

—Es viernes por la noche ¡Todo el mundo tiene algo mejor que hacer!

—Al parecer tu no, parece que te pasó a traer un camión —dijo burlón dándole una mordida a la manzana.

—No se supone que alguien me fuera a ver —dije molesta— además, tu no luces mejor ¿Qué mierda te pasó en la cara?

—Dejémoslo como que me agarré a golpes con alguien —Me dio una sonrisa chueca.

Muy en el fondo yo sabía que DM escondía algo, tenía una pinta de hacerte escapar de tu ordinaria vida, DM destilaba peligro, tenía una etiqueta en la frente de advertencia ¿Pero advertencia a qué? yo Shanon Copper lo iba a descubrir

Misión DM activada.

Primero necesitaba saber más de él ¿Quién mierda era? ¿De dónde salió? ¿Por qué? ¿Para qué?

—¿Dijiste que querías algo de tomar? —Dije caminando hasta la alacena principal, sacando un vino de la reserva de papá, estaba tratando de hacer que se quedara un rato más, necesitaba saber sobre él, era intrigante.

—Que elegante Ricitos —dijo riendo, podía sentir su mirada sobre mi, sobre cada movimiento que hacía, poniendo mis nervios de punta, me acerque a bajar una copa de la alacena, serví un poco de vino en ambas copas y le pasé una a DM.

—Hace 2 días, estabas ebria hasta el culo y ahora me sirves vino —ladio—, no tienes nada de clase Ángel.

—Cada que intento ser linda contigo, tienes un nuevo insulto para mi —dije molesta— dame el puto vestido, ayudame a levantar lo que sea que tiraste y largate de una puta vez.

—Luces linda cuando te enojas.

—¡Ahh jodete! —levante mi copa y de una tire el vino que había sobre él.

Estaba aguantando la risa, para disimular camine a levantar la estatuilla, y vi como DM en silencio me siguió, levanté los pedazos, pero en un momento, lo observe a el, detenidamente, no lo había visto, tenía las facciones bien marcadas y unos hermosos ojos, que en el momento que conectaron con los mios provocaron un vaivén de emociones, mi corazón se aceleró y mis piernas flaquearon.

—¿Qué pasó Ricitos, tengo algo en la cara aparte del vino que derramaste en mí? —dijo Don Ironías.

—Si no estuvieras golpeado créeme que ya te hubiera roto la boca de un puñetazo idiota- dije en un tono alto y molesto.

—Tranquila cariño, solo estoy jodiendo pero no sabía que tenías ese humor

—Estoy harta de ti y todos tus malditas bromas basura

DM, el señor bipolaridad en persona, conectó sus labio con los mios, no entendía lo que pasaba, pero sabía de antemano que estaba jugando conmigo, como siempre.

—Eres un imbécil —lo arroje lejos antes de que creyera que el ganó, yo no iba a ser una más en su lista.

—Jodete Ricitos, intentaba callarte de alguna forma sí —río sarcástico— ni siquiera eres mi tipo.

—Pues deja de besarme entonces —Iba a levantarme, pero antes de iniciar a caminar, DM cerró su mano en mis muñecas y tiró de mi acercando mi cuerpo al suyo, podía sentir su respiración sobre mi, me acorralo contra la barra en la cocina y por inercia cerre los ojos, esperando el beso que nunca llego, al contrario pude sentir la risa superficial provibiente de DM.

—Si que eres jodida, Ricitos.

ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora