CAPÍTULO 9: VELOCIDAD Y EXPLOSIONES

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Nos movemos a unos 40 kilómetros por hora en dirección a la gasolinera más cercana. El polvo que levantamos mientras nos movemos nos rodea y entra por las ventanas que tenemos abiertas tanto Marcos cómo yo. Marcos tiene el brazo por fuera de la ventana, moviéndolo siguiendo el viento, mientras yo conduzco tranquilamente con una mano encima del volante y la otra reposada en la ventana, teniendo el brazo en un ángulo de 90 grados. La temperatura del exterior es elevada, pero preferimos que corra el aire a poner el climatizador del vehículo. En estos momentos estamos en el interior de un todoterreno, puesto que con sus grandes ruedas podemos avanzar cómodamente por aquel desierto.

Llegamos al lugar que buscábamos con el GPS para restaurar el combustible, aparco junto a un surtidor de la gasolinera llamada «Oasis del Desierto». Marcos y yo bajamos del vehículo para estirar las piernas. Marcos empieza hacer estiramientos para desentumecerse el cuerpo y yo hago lo mismo. Un P.N.J se acerca a nosotros.

- Bienvenidos al Oasis del Desierto, ¿en que os puedo servir? - Nos dice aquel personaje, un robot plateado.

- Llena el depósito de «gasofa»- Dice Marcos utilizando la palabra que le había enseñado Barbús.

- ¿Gasofa? ¿Que es gasofa? - Pregunta el robot, mientras yo rio con ganas.

- Me encanta esa palabra Marcos, gasofa- Continúo riendo. - Pero igual no nos ha entiendido.

- Pues vaya robot. - Protesta Marcos. - ¿A que hemos venido a una gasolinera, por galletas? ¿Que no entiende de llenar el depósito?

- No le das más vueltas, a veces te comportas como un niño. - Digo yo. - ¿Puede llenar el depósito de gasolina, por favor?

- Por supuesto que sí. - Responde el robot muy servicial, después de cobrarnos el importe, que es simplemente aceptar una transferencia en un panel que aparece delante nuestro.

Mientras el robot nos llena el deposito recuerdo las últimas aventuras vividas. En aquella zona habíamos hecho todo tipo de búsquedas. Algunas muy divertidas como perseguir «Gallinas del desierto» y atropellarlas. De acuerdo que era una barbaridad, pero como sabíamos que aquellos animales no son de verdad y que después se regeneran al cabo de un tiempo mi conciencia no me atacó mucho. También habíamos hecho algunas carreras bajando montañas a toda velocidad, carreras en terrenos planos, misiones de saltos, «loopings», abatir enemigos con armas disparando desde el vehículo y una gran cantidad de misiones muy diversas hechas arriba del vehículo. Además, las recompensas eran bastante sustanciales.

- Depósito lleno...- El robot no terminó su oración, puesto que la cabeza le explota debido a un disparo.

Yo estaba tan ensimismada con mis pensamientos que no me había dado cuenta que se había acercado a nosotros un grupo de personas.

- ¡Diana! - Grita un tipo corpulento con un revólver en las manos. - Le he volado la cabeza.

- Venga va, este era un disparo sencillo. - Dice un tipo escuálido y muy pálido, que llevaba un pañuelo a la cabeza.

- ¿Que habrá para saquear en este lugar? - Pregunta una chica con el cuerpo todo tatuado.

- ¡Dejad de decir tonterías! - Ordena otra chica que estaba detrás de todos ellos. - Lleva un sombrero de vaquero y un látigo enroscado en su anca. Vestía con una gabardina marrón y unas botas con espolones. - Primero tenemos que atender a nuestros invitados. - Al decir esto todos se nos quedaron mirándonos.

- No queremos problemas. - Dice Marcos, que parecía que no tenía claro si podíamos derrotar a aquellos cuatro individuos.

- ¿Que no queréis problemas? - Dice riendo la chica del sombrero de vaquero, la cual parecía la líder del grupo. - Disculpad que os diga que desde el momento en que participasteis en la carrera os los habéis buscado. ¿Sabéis quién soy? No, parece que no, hasta que vosotros ganasteis la última carrera yo era la campeona invicta. La mejor corredora, la velocidad y yo somos uno. Y de repente aparecen unos bebés, que parece que nunca hayan visto mundo y me hacen quedar en segunda posición. ¿Sabéis el deshonor que ha sido esto? Por culpa de vosotros mi grupo y yo casi no accedemos todos a esta región para saquear. ¿Ves a mi amiga? Ella quedó en la última posición para poder entrar aquí, un poco más y no consigue entrar. Y claro nuestro grupo tiene que mantener su renombre. Si no buscabais problemas, es igual, los habéis encontrado.

OMNIAUMWhere stories live. Discover now