CAPÍTULO 2: ATRAVESANDO LA FRONTERA A UNA NUEVA VIDA

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- ¡Felicidades Marcos! - Exclama Natalia.

Yo sé que está intentando animarme, pero no estoy de humor para celebraciones así que contesto con poco énfasis y un seco:

- Gracias.

Después de esto empiezo a golpear con mi puño, con rabia, una pared cercana. Estamos escondidos en el interior de una cueva, en una zona segura. Amelia había hecho unos cuántos hechizos de ocultación y esto sumado a que en el interior de las zonas seguras ningún enemigo te puede atacar, podíamos decir que no estábamos en peligro inmediato.

- Marcos, ya tienes tu primer nivel. - Insiste Natalia. - ¿Por qué no eliges clase?

No tenía muchas ganas, pero en algo me tenía que entretener, si no mis puntos de vida bajarían peligrosamente debido a los golpes que le estaba dando a la pared.

He elegido la clase «Guerrero» y automáticamente he adquirido dos habilidades, «Golpe de escudo» y «Estocada precisa». El menú también se me ha actualizado, ahora que lo pienso, podía acceder al baúl familiar y recoger todo lo necesario, allí había armas, armaduras y una gran cantidad se objetos diversos, sin olvidar el dinero que nos podía hacer mucha falta. Accedo rápidamente y lo primero que me aparece es un objeto nuevo empaquetado. Supongo que es mi regalo de aniversario y lo arrastro rápidamente a mi inventario. Después vuelvo a cotillear para ver si hay algo que nos resulte útil. De repente aparece delante mío un mensaje de error y a continuación otro mensaje de color rojo donde pone, acceso denegado. El sistema me echa fuera del baúl familiar. Al volver a intentar acceder a él, el sistema me vuelve a echar. ¿Por qué? Esto no es muy normal.

- ¿Que te pasa Marcos? - Pregunta Natalia al ver mi cara de preocupación.

Tardo un poco a contestar.

- No lo sé Natalia, pero el sistema no me deja acceder al baúl familiar, ¡me hecha fuera! - Digo enfadado.

- Esto es muy extraño. - Responde Natalia.

- Gracias por el apunte, no me había dado cuenta. - Le contesto sarcásticamente.

- Ei, ei. Sé que ha sido una noche dura, pero no te he hecho nada, sólo intento ayudarte. - Responde enojada Natalia hinchando las mejillas.

- Tienes razón, perdóname. - Respondo secamente. - Pero no estoy de humor.

- ¿Que os pasa chicos? - Pregunta Amelia que acababa de volver de hacer una ronda de vigilancia.

- ¡A ti que te importa! - Le respondo.

- ¡Eh! Chaval, que os he salvado de aquella pandilla. Si no fuera por mí ahora seríais prisioneros o ve a saber que.

- Sí, sí. -respondo- Muchas gracias por una ayuda que no hemos pedido, quieres uno diploma? O mejor, ¿una piruleta?

- ¡Marcos! - Me regaña Natalia.

Sé que ellas no tienen culpa de nada, pero estoy indignado y realmente enfadado conmigo mismo. No había sido lo bastante fuerte para proteger mi familia y había tenido que huir como un cobarde y esto era lo que más me molestaba de todo.

- Es igual, esto está estropeado, no puedo acceder al baúl familiar.

- ¿El baúl familiar? - Pregunta Amelia extrañada.

- Sí- Respondo yo más extrañado de que no sepa que es un baúl familiar. - Es como un inventario, pero al cual pueden acceder los miembros de una familia.

- ¿Quieres decir como en los gremios? - Pregunta Amelia.

- Sí, pero más personal. Los baúles de los gremios son para que el gremio avance, como si dijéramos que es material de trabajo y el baúl familiar es más personal.

OMNIAUMWhere stories live. Discover now