La sala redonda detecta que de los dos combatientes sólo queda uno en pie, así que ella sola se reconstruye. Me vuelvo a encontrar dentro de la sala esférica al completo y según parece, las trampas están desactivadas. La puerta por la cual había accedido hacía un rato se abre y aparece Natàlia corriendo hacia mí. Me rodea con sus brazos fuertemente. El aroma de sus cabellos impregna mis fosas nasales.
- Enhorabuena Marcos. - Me cuchichea a la oreja.
- No lo hubiera podido hacer sin tu ayuda. - Le digo suavemente a la oreja.
- Parejita, tenemos trabajo que hacer. - Barbús, comentario que hace que nos suban los colores a los dos.
- ¿Que habéis hecho con Txus? - Pregunto.
- Ha intentado escapar. - Responde Mclain- Pero lo hemos eliminado para que no cause problemas.
- Venga Marcos, deprisa. - Dice mi madre. - Supongo que Sutil no había considerado su derrota y por lo tanto no se ha prevenido, así que probablemente este atrapado como el resto de los jugadores derrotados.
- La arrogancia de este tipo, será su condena. - Dice mi padre.
- Estoy de acuerdo. - Respondo provocando una sonrisa a mis padres.
- ¡Hermanito! - Grita mi hermana Marta mientras me abraza. - Té he echado mucho a faltar.
- Y yo también a ti. - Respondo.
- Venga, no tenemos tiempo que perder.
Rápidamente atravesamos la sala esférica y llegamos a otra puerta de acero. Lo abrimos y entramos en una inmensa sala que, contiene un aparato enorme, lleno de cables, lucecitas y cosas extrañas.
- Esto es una representación del ordenador central que genera este mundo. Aparte de que controla todos los asuntos de E.P.I.C.- Dice mi madre. - Si todo va bien aquí tendremos toda la información necesaria para poner fin a ellos y para detener sus demenciales planes. Al lado, Marcos, ¿ves aquellos agujeros? Pues coloca las claves cada una en la forma correspondiente. Normalmente tienen que estar los cuatro y poner su código, que se saben de memoria, pero si uno solo quiere acceder, necesita las claves. Vaya plan más rebuscado este de Sutil, pero claro él no puede leer la mente de los otros. No hay máquina capaz de hacerlo.
Introduzco las claves donde me ha dicho mi madre y ella empieza a pulsar unos botones y a mover las manos a grandes velocidades.
- Podríamos decir que este terminal es el cerebro del juego. Es como si estuvimos dentro de la mente de alguien y pudiéramos interactuar con ella. A ver. Primero lo más importante. Sí, hemos llegado a tiempo, pero por poco. ¡Sí! He conseguido desactivar el lanzamiento de las bombas. No podrán renovarlo sin mi permiso. Sutil es muy independiente y no le gusta que los otros controlen sus cosas, por eso todo el control está desde su cuenta en la sede. ¿Que más necesitamos? A sí contactar con las autoridades, pero antes tendremos que saber con quienes podemos confiar. De acuerdo. Pasaré toda la información a este disco duro virtual que tengo. Después desde el mundo real lo podré descargar aparte de entregarlo. Mientras iremos analizando la información. Andrés, Mclain necesito vuestra ayuda para cotejar toda la información. Vosotros podéis ir a investigar por la sede. Quizás queden cosas ocultas. He escuchado historias de unas mazmorras donde torturan a la gente en este edificio, liberadlos.
Al fin algo que entendía, porque todo lo que había dicho sobre discos duros y cosas así no sabía que era. Salimos de este cerebro y nos adentramos en la sala. Después de salir escucha como la puerta se cierra y se queda bloqueada detrás de nosotros. Aunque hayamos derrotado a los cuatro, los soldados de la empresa continúan combatiente. Cuando llegamos a la sala de la cristalera observo como pasan todavía aviones de combate. Decidimos bajar por las escaleras y seguimos encontrándonos con más y más soldados. Finalmente llegamos a la planta baja y registrando por allí, encontramos un pasillo secreto. Al adentrarnos encontramos un grupo de soldados y una criatura muy grande que vigila el acceso a los subterráneos. Estos enemigos no son problema para nosotros y nos deshacemos de ellos rápidamente. Finalmente llegamos a las mazmorras. Este es un lugar demencial, un pasillo de color ocre, iluminado por antorchas y repleto de puertas., puertas que se pueden abrir desde fuera. Así vamos tirando, liberando a personas que habían sido torturadas y que allí estaban atrapadas recubiertas de sangre. El programa que hacía funcionar aquella isla era aberrante. Liberamos a los prisioneros, pero les decimos que se queden en el pasillo, que somos los buenos pero que arriba continúan los combates.
Y así estamos hasta que abrimos la última puerta y encontramos a allí dentro de Ramón, atado de las manos a unas cadenas y con el cuerpo lleno de heridas. Una máquina lo azota cada cierto tiempo, haciéndole bajar la salud, pero dejando que la recupere un poco para no matarlo del todo. La máquina no deja que su vida llegue a rojo. También de vez en cuando salen de las paredes cuchillas que atraviesan su piel haciéndolo gritar de dolor. Natàlia se tapa los ojos con las manos.
- Vaya, mira quién está aquí. - Dice Ramón mientras escupe sangre por la boca y grita porque un punzón le ha perforado el pulmón. - El traidor y la traidora.
- Ya está bien de decirnos traidores. - Digo mientras destruyo el robot. - Parece que no entiendes nada.
- Tú si que no entiendes nada. - Me dice después de caer en tierra de rodillas, puesto que he roto las cadenas que lo ataban a la pared, evitando así que continuara sufriendo.
- ¿Piensas que porque me hayas liberado cambia la cosa? - Ríe mientras tose sangre. - Este castigo me lo merezco por haber perdido enfrentándome a un ser inferior como tú.
Hablaba cómo Sutil y su mirada era demencial.
- ¿Pero que te pasa? - Pregunto.
- Tú no has comprendido la magnificencia del plan de Sutil, pienso que nadie, excepto yo, lo comprende. El mundo está podrido por culpa de piltrafas cómo vosotros, que piensa que pueden hacer lo que le venga en gana. Sutil pretendía un mundo en orden donde se cumplieran las leyes. Él hacía lo que tenía que hacer para conseguir ese mundo ideal. Y si estáis aquí es porque habéis conseguido pararlo. ¿Me equivoco? - Dice Ramón.
- No, no te equivocas, Sutil ha sido derrotado y su proyecto destruido. - Respondo.
- Esto es lo que vosotros pensáis, pedazos de tontos. - Ríe Ramón. - Pero alguien cogerá el relevo y finalmente la verdad ganará. Habrá justicia en el mundo.
Parece que sus puntos vitales empiezan a ascender, puesto que las heridas se están cerrando y parece que tenga mejor aspecto, pero Ramón no es rival para nosotros.
- ¿No entiendes que esta no es la manera de hacer un mundo mejor? - Digo.
- No, lo que tú no entiendes es que a los humanos se les tiene que domesticar, adiestrar como a los animales. - Responde Ramón mientras anda hacia nosotros. - No tenéis ni idea.
De repente Ramón utiliza una habilidad parecida a las que utilizaba Xenón y produce una explosión de luz que nos ciega a Natàlia y a mí. Cuando recuperamos la visión Ramón ya no está.
- Ha huido. - Dice Natàlia entristecida.
- Sí, pero de momento no es un peligro. Primero tenemos que atender a todos. Mejor volvamos al cerebro.
Así lo hacemos, mientras ascendemos otra vez la voz de mi madre suena por megafonía.
- Queridos soldados de E.P.I.C. Vuestros jefes han sido derrotado y vuestras fuerzas están menguando rápidamente. Os aconsejo que os rindáis. - Parece que nunca habían escuchado a alguien que no fuera Sutil porque los soldados que tenemos delante e iban a atacarnos se miran entre ellos confundidos.
- Os recomiendo que os rindáis. - Digo. - Todo se ha acabado.
Nos abren la puerta del cerebro cuando llegamos.
- Bien, parece que ya tenemos todo listo. ¿Qué? ¿Alguna novedad? - Me pregunta mi madre.
Le cuento lo sucedido en las mazmorras.
- Qué lástima. - Dice mi padre. - Las circunstancias han afectado Ramón. ¿No será mejor que lo busquemos?
- Tenemos otros asuntos entre manos. Ya lo buscaremos más adelante. - Responde mi madre. Ahora es importante gestionar todo este asunto. Después de enviar toda la información a la policía adecuada y a los medios de comunicación, lo único que podemos hacer es esperar que contacten con nosotros.
- Madre- Xenón nos dijo que destruiremos toda la información respecto a las bombas y muchos de los inventos que utilizaba E.P.I.C.- Digo.
- No te preocupes hijo mío, está todo controlado.
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OMNIAUM
Science FictionAlgunos jóvenes se han criado en un mundo virtual sin ser conscientes de que existe uno real al otro lado. Para ellos, tener parámetros de habilidades y subir de un salto a un edificio es algo tan normal como respirar. Estos jóvenes viven en un luga...