✝️Parte 12✝️

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— otra vez

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— otra vez.– jadeó el castaño al separarse de la boca de su rey, que de inmediato fué correspondido. Ciertamente se le hacía extraño sentir como el cuerpo del inmortal irradiaba calor, pero era también sumamente satisfactoria la grata sensación. Entonces al pensar que esto iba ir a más— porque sería así de no parar a tiempo— decidió detenerse, jadeando un poco para recuperar el aliento.— mis bebés, nuestros bebés nos esperan abajo.

Levi dejó repetidos besos por toda la extensión de su cuello, obteniendo una pequeña queja del menor, se separó y le miró con amor.— lo sé, es sólo que..extrañaba tanto estos momentos contigo.

Eren sonrió con comprensión, porque él también había extrañado tanto esos toques, esos momentos tan íntimos— ya no nos separaremos. Lo juro.

El inmortal acarició su mejilla, un toque de inseguridad en sus ojos azules pudo notar el bello doncel.— ¿Lo juras?.

— lo juro.

Al bajarse, ambos fueron recibidos por unas preocupadas vampiras, que no habían podido calmar el berrinche de las criaturas.
Cuando Eren se acercó, los bebés dejaron de sollozar y miraron con ansiedad a su progenitor.

— dámelo Mikasa, ya estoy bien.– la pelinegra asintió con alivio y le entregó al bebé de ojos miel.— hola mi hermoso niño.

Levi veía la escena con fascinación, aunque en su rostro no se notara con claridad, pero lo estaba, y esas dos lo sabían al ver la esquina de sus labios en una diminuta sonrisa. Sin embargo, la atmósfera se vió interrumpida cuando el otro varoncito comenzó a berrear.

— magestad?.– Petra exclamó extrañada, al ver al rey firmemente parado frente a ella, observando a su hijo.—... g-gusta cargarlo?.

El inmortal veía a esa mini copia de él mismo y su Eren, aunque tenía más rasgos de su bello humano, y eso le encantaba.— si.– y Petra no pudo evitar llorar de alegría al ver cómo el rey cargaba por primera vez a uno de sus hijos, y bueno, Eren no se contuvo de igual forma, sollozaba e hipaba. Pero sólo era la emoción de ver al padre de sus hijos cargar con uno de ellos.— tiene tus ojos y el color de tu piel.

Eren sonríe entre moco tendido.— también tienen el color de tu cabello, son hermosos.

— lo son. De verdad lo son.

Ambos estaban devuelta en su cabaña, aquella pequeña casita, pero que la convertía en un gran hogar para ojos del castaño

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Ambos estaban devuelta en su cabaña, aquella pequeña casita, pero que la convertía en un gran hogar para ojos del castaño. Era cómoda y calida.

— shh.– el doncel arrullaba al bebé de ojos miel, pues ya era de noche y necesitaban descansar, el día había resultado ser un poco agotador.

Mientras que hacía su tarea de dormir a la cría, veía como su rey estaba sentado y miraba fijamente al otro bebé en sus brazos. Le provocaba un poco de diversión y ternura el como sus bebés siempre parecían mirar con curiosidad los cuernos del inmortal, aunque él también tendría que acostumbrase a la nueva apariencia de Levi, pero que de igual manera, amaba, no,  ama y amará por siempre hasta que muera.

“Hasta que la muerte venga por él”

Una mueca de tristeza atraviesa su cara al tener ese pensamiento, y no puede evitarlo, ya las lágrimas mojan sus mejillas hasta resbalar a la carita de su hijo.

Levi lo nota enseguida y preocupado se pone de pie — con sumo cuidado al cargar al diminuto ser— acercándose para quitar con su pulgar las gotas saladas. — hey, amor. ¿Qué tienes, aún te sientes mal?.

Eren niega y se limpia los ojos, pero el llanto no cesa.— e-es sólo.. sólo que..y-yo no me quedaré por mucho tiempo a tu lado. Me marchitaré y moriré por el tiempo.

Oh por todo el infierno, cuanto odiaba ver a su humano así de triste, y ser quien lo pusiera de ese modo.
Y ahora él se sentía de la mierda, porque al igual que su chico, no podía imaginarse una vida sin él.— sólo quiero que seas... normal. No quiero que cargues con una maldición, porque ésto es lo que es, una maldición.– Eren desvió la mirada, mordiendo sus labios para no soltar el llanto.— pero..no quiero perderte tampoco. Quiero ser aún más egoísta cuando se trata de tí, de estar a tu lado, para siempre.

Unos dedos cálidos trazaron aquella pálida mejilla y luego a las sonrosadas de su bebé. — no es una maldición si estoy contigo... Yo estoy dispuesto a compartir una eternidad a tu lado, Levi. Jamás me cansaré de decirlo, tu te ellos son mi todo.

Y ante esa cara de absoluta devoción y determinación, Levi supo que ya era hora.

Eren dejaría de ser un simple mortal.




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⏰ Última actualización: Feb 10, 2020 ⏰

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