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JOEL
 
 

 
 
Al día siguiente después del trabajo llamé a Zabdiel y le pedí que quedáramos en algún sitio donde ambos conociéramos para hablar. No esperé mucho sentado en una mesa de un café hasta que apareció. Me saludó con la mano antes de sentarse frente a mí.

Después de pedir algo para tomar, abordé el tema que quería tratar sin rodeos.

-Aquella noche, en el cumpleaños de Richard, cuando me llamaste por teléfono me dijiste que no era la primera vez que le hacía algo así, y que Chris no quiere verlo. ¿A qué te referías? –suspiró apoyándose en el respaldo de su silla, y pareció meditar unos instantes antes de responderme.

-Verás, cuando conocí a Chris, en primero de carrera, él ya salía con Richard. En realidad fuimos al mismo instituto y preparatoria, pero Chris era un chico reservado. Había sido desde pequeño marginado por la obviedad de que era homosexual. Nadie lo apoyó nunca, hasta que llegó Richard. Comenzó a decirle que estaba bien tal y como era, que no tenía que cambiar para gustar a los demás, y eso le dio fuerzas para abandonar su casa donde recibía malos comentarios continuamente y hacer frente a los días del instituto. Por esa parte le estoy muy agradecido, pues no sé qué habría sido de Chris sin él-

Escuché la historia con atención aprendiendo cosas nuevas de su pasado. No podía creer que una persona tan fuerte como parecía Chris hubiera sufrido de aquella forma en el pasado. Me dolía saber que había sufrido tanto durante años, y me dolía más no haberle conocido en aquel entonces para estar a su lado y apoyarle.

-Pero durante los últimos años, hay cosas que hace Richard que no son para nada normales. Desaparece en fechas importantes, vuelve tarde del trabajo incluso cuando no le tocan guardias, se enfada con Chris cuando no está en casa cuando vuelve, desprecia cosas que le regala o hace por él, y por alguna razón Chris sólo lo acepta, y no se rebela contra él más allá de simples discusiones. Si fuera cualquier otra persona, Chris le habría mandado a la mierda hacía ya tiempo-

-¿Por qué no le deja? –dije sin comprender la situación.

-Lo intentó. Hace un año. Le hice ver que algo estaba mal, que una relación así no tenía sentido, y le apoyé para que le dejara. Fue imposible. Richard le hizo sentirse mucho peor, diciéndole cosas como que después de todo lo que había hecho por él, pensaba abandonarlo, que era una mala persona y que sólo conseguía dañar a los que le rodeaban– Me quedé mirándole atónito. –Desde entonces, Chris no ha vuelto a debatirle nada. Quiere mucho a Richard, y no quiere dañarle-

Me quedé mirando la mesa fijamente, sin saber qué decir.

-No lo entiendo.  En parte por lo que me has contado al principio, parece que Richard quiere apartar a Chris de su lado, pero después cuando intentó dejarle no le dejó hacerlo. ¿Qué pretende exactamente?– Zabdiel suspiró agotado, y negando con la cabeza habló de nuevo.

-Sólo tengo teorías. Tener a Chris cerca es algo muy positivo y cómodo, ya que viene de una gran familia, le deja utilizar su dinero cuando quiere, y hace todo lo que le pide, a cambio de alguna cita al mes y poco más que Richard le da como pareja. Puede divertirse con otros fuera de casa, y cuando vuelve tiene la “esposa perfecta” esperándole- Fruncí el ceño molesto, notando un peso en mi pecho que me hacía sentir incómodo. –También estoy seguro de que Richard quiere a Chris, pero probablemente no como pareja y no se da cuenta de ello. Se han acostumbrado el uno al otro y no quiere soltar lo que conoce– hizo una pausa mirando por la ventana del local, y después volvió la vista hacia mí y continuó hablando.

-Por supuesto, como he dicho son sólo teorías. Pero me duele ver que cada vez que Richard se marcha a un congreso o se queda de guardias, Chris espera mirando la pantalla del móvil a recibir aunque sea un mensaje que no llega nunca. Creo que se merece algo mucho mejor que todo eso, y sé quién se lo podría dar– dijo sonriéndome, dejándome sorprendido –Sé que son algo especial el uno para el otro, aunque él no me lo ha dicho– hizo una pausa antes de seguir. –Dime una cosa Joel, ¿los une el hilo del destino?– lo miré atónito durante unos instantes. ¿No se suponía que aquel chico era un despistado? ¿Por qué sabía tanto de repente?

No sabía qué contarle. Si Chris no le había dicho nada, no quería traicionarlo contándoselo yo. Pero supuse que nada iba a salir de aquella conversación en aquella cafetería.

-Sí –dije simplemente. Se formó una sonrisa radiante en sus peculiares labios.

-¡Lo sabía! La forma en que se miran y por cómo actúa Chris a tu alrededor son pistas demasiado obvias– dijo satisfecho con su descubrimiento.

-De todos modos quedamos en ser amigos. Como otras almas gemelas que mantienen relación de amistad– le aclaré para que no se hiciera ideas equivocadas. Enarcó una ceja y me miró de una forma que parecía despectiva.

-¿Son idiotas o qué?– Vale, sí, su mirada era despectiva. –Eso no es algo que se elige. Cada unión entre almas gemelas es única y funciona de diferentes formas. No es como si puedes elegir ser sólo amigo con la otra persona porque sí– Me quedé escuchándole con atención tratando de comprender lo que me explicaba –Si habéis tenido impulsos de besarse, o si sienten algo más por el otro, significa que vuestro destino es ese, y no pueden cambiarlo-

Le di vueltas en mi cabeza a lo que me había dicho, y realmente tenía sentido. Por mucho que tratara de ver a Chris como un amigo, algo en mi interior cada vez que estaba con él me forzaba a ir más allá. Como una fuerza invisible que me atraía hacia su persona sin remedio.

Después, estuvimos un rato más hablando sobre temas sin importancia, y llegó la hora de despedirnos.

-Gracias por ayudarme con todo esto. Y gracias por contarme lo que sabes Zabdiel. Quiero ayudar a Chris– asintió con la cabeza y movió una mano restándole importancia.

-Espero que lo consigas– me dijo con una sonrisa sincera

Nuestro Lazo || Virgato || TerminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora