El sonido que da vida

Parte 16

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Solo es una aclaración, recuerden que los Nuchakus de Mikey se vuelven Kusarigama, que precisamente es cuando tienen una navaja y la cadena larga.
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Mikey estaba frente a Leo, su mirada nuevamente estaba sin brillo, pero su expresión no era inerte, tenía fruncido el ceño.

Aunque el menor parecía calmado, él podía sentir como su corazón latía a mil por hora, Leo estaba ahí, su hermano estaba frente a él.

Ambos estaban quietos, en esos pequeños momentos Mikey observó a su hermano, juraría que estaba más flaco, incluso se vía un poco pálido, cansada, y también podría jurar que tenía ojeras bajo la banda azul.

-¿Mikey?- Leo parecía ansioso, preocupado y aliviado al mismo tiempo.

El mayor no sabía que hacer, estaba feliz por fin había encontrado a su hermano....por fin.
Pero el menor estaba a la defensiva ¿Por qué?

El mayor pareció reaccionar por un momento y tomó un cubo con un botón que colgaba de su cuello de un pequeño lazo,  presionó el botón y al momento de hacerlo, Mikey lanzó su Kusarigama destrozando ese pequeño cubo, Leo se sorprendió y observó al menor sin comprender, por su lado la pequeña tortuga lo observaba con una mirada sería.

-Mi...Mikey.... qué haces ?- dijo titubeante.

Leo se preguntaba si el menor sabia que ese cubo que acababa de romper era para llamar a los otros y la destrozo para no ser encontrado o lo ataco a él y accidentalmente lo destruyo, ninguna de las dos era una opción agradable

El menor sostuvo con sus manos sus Kusarigama, abrió el compas de sus piernas, definitivamente estaba dispuesto a atacar.

-Espera...Mikey...soy yo.....NO-

El menor lanzó el Kusarigama, y Leo con trabajo y desconcertado esquivaba cada uno de los ataques de su hermano.

En cada ataque el mayor trataba de hablar con su hermano, pero lo único que recibía eran nuevos ataques, que él solo se limitaba a esquivar.

Continuaron con el mismo ritmo hasta que el filo del Kusarigama iba a rasgar la pierna de Leo, pero un Sai evitó que pudiera hacer el corte.

-¿Qué está pasando aquí?- Raphel casi grito al llegar a lado de Leo, y detrás de él Donnie.

-¿Por qué Mikey te está atacando?-

-Eso es lo que quiera saber yo-

-¿Cómo no vas a saber que está pasando?-

-Pues no lo sé!!!- dijo Leo con gran desesperación, él también quisiera saberlo

Mientras discutían los mayores, Mikey jaló su Kusarigama y la tomó con su mano, aprovechó el tiempo para ver a sus otros dos hermanos, se veían en una situación similar al mayor, aunque Raph trataba de disimularlo más que los demás.

-Jajaja- parece que tenemos un trío de intrusos aquí-  llegó garra de tigre, Mikey solo se limitó a verlo de reojo.

-Venia a decirte que el maestro tenía una nueva misión... Pero estoy seguro que esto lo complacerá más- le dijo a la pequeña tortuga.

Las 3 tortugas, aún no entendí la situación pero sabían que garra de tigre seguía siendo su enemigo, se colocaron en posición de ataque.

-Mikey....... No puede ser que estés con ellos verdad?- dijo titubeante el más alto

-Qué se supone que significa esa banda negra que estás usando ?-

-Él ahora es uno de los nuestros, él nos pertenece- dijo garra de tigre tronando sus huesos              -Serán un buen obsequio para nuestro maestro-

-Estas mintiendo....Mikey jamás estaría con ustedes!!!-

- No es Cierto-

- Mikey no les pertenece -

- Él es nuestro hermano-

Las tortugas no eran capaces de creer en las palabras del tigre.

-Ustedes lo desecharon y nosotros lo tomamos- Garra de tigre dio unos pasos enfrente, estaba a punto de comenzar la pelea con las tortugas, pero un brazo frente a él lo detuvo.

Mikey había estirado su brazo para evitar que garra de tigre siguiera avanzando, sabía su intención, detuvo el ataque de Garra de tigre lo que el otro lo observó amenazante, mientras las otras tortugas trataban de convencer que Mikey no estaba con ellos.

Pero la mirada del menor no mostraba emoción, estaba sería, con esa expresión miro  a garra de tigre, quien sonrió de lado. - Bien....demuestrales-

Mikey bajo su brazo y volvió a ponerse en posición para atacar, garra de tigre entrecruzó sus brazos y se recargó en la pared para ver

Y las tortugas quedaron más que confundidas.