CAPITULO 2

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Estaba en la enfermería, me había puesto unas vendas y miraba como Theo y Beth eran atendidos por la curandera. El plan de Matt había salido a la perfección.

- ¿Estás segura que entendiste bien el plan?- Esto era ridículo, al final YO  termine planeando esto, obviamente lo entendí.

- Si Matt, haz que parezca un ataque real y no te olvides de quemar las pruebas y de ocultar los rastros de olor. Guárdate de uno de los teléfonos, así nos mantendremos en contacto.- Dicho esto, Matt me ataco y me mordió por varios lados, yo no paraba de chillar de dolor, también me encontraba en forma lobuna, de esta manera podría cargar a los dos humanos. Habíamos noqueado a Beth, a petición de ella, y le habíamos fracturado el tobillo a Theo, también los habíamos ensuciado, para que todo se vea mas real.

Con ayuda de Matt, subimos a los dos a mi lomo y camine a duras penas hasta el centro de la manada, todos al verme se espantaron y nos llevaron hasta la enfermería.

Me dolía todo, pero estaba feliz, había engañado a los guardias, solo faltaba el Alfa, y todo sería perfecto. Y hablando del jefecito, el ya se encontraba aquí.

- ¿Alguien puede explicarme que hacen dos insulsos humanos en mi territorio, utilizando las cosas de mi manada?- No pude evitar gruñir, Atenea se molesto, nadie insulta a su compañero humano.- No sé que me sorprende, siempre estas metiéndote en problemas para llamar la atención, ¿acaso tiene que ver con que eres huérfana? – Antes de que pudiera seguir humillándome, Thomas y su hijo Lionel, aparecieron junto a Samuel Smith, hijo del Alfa. Un completo imbécil mimado.

- Lydia ¿Estás bien? Nos enteramos de que te habían atacado, ¡por la Luna!, nos tenias preocupados.- Dicho esto, los dos me rodearon en un abrazo. Thomas me adopto cuando era una cachorra, tenía alrededor de dos años cuando quede huérfana.- ¿Qué paso?

- Había salido a correr, Atenea se encontraba inquieta, así que la deje correr todo lo quisiera, cuando me percate de que me llevaba hacia los límites del territorio, intente detenerla pero sentí un olor exquisito, en ese momento note que se trataba de mi compañero. Estaba feliz pero se me paso al instante.- Guarde silencio para generar suspenso.- Un lobo gris, un rogue, los estaba atacando, no pude soportarlo y los ayude, no podía dejar que les pasara algo. A duras penas vencí al otro lobo.

- Obviamente a duras penas lo ibas a vencer, eres una loba, no puede hacer las cosas que hacen los gurreros. Tu sabes bien cual la función que debes cumplir en la manada.- Samuel, sonreía burlón mientras me decía todo eso.- Además sabes que no puedes traer humanos aquí, acaso ¿quieres ser castigada?- Sus ojos brillaron con maldad. Imbécil.

- La ley dice que se le brindara ayuda a cualquiera que tenga una relación con la manada.- Le respondí cortante.- Él es mi Mate, por ende puedo traerlo al igual que a ella, que es mi cuñada. –Observe con diversión, como Samuel y Regulus, se ponían furiosos, no podían hacer nada, la ley es la ley.

- Se podrán quedar hasta que estén sanos, luego se irán ¿Entendido?- Asentí con una mueca, esto no era parte del plan, pero ya vería como lo soluciono.

Con ayuda de Thomas y Lio, los llevamos hasta mi cabaña, debería vivir en la casa del Alfa al ser familia de ellos pero me había negado, era un lugar que me ponía muy incómoda y más si Samuel estaba cerca, así que me construyeron una cabaña para mi sola, y ellos venían a comer cuando podían.

Les indique donde dormirían y si les molestaba compartir la cama, a lo que negaron. Estaba nerviosa, la curandera era una bruja, con su magia ellos estarían sanos en menos de 24 horas. Tenía que pensar y rápido.

Mi HumanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora