🏈Capítulo 22🏈 "Sólo porque es un buen meme"

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Dos semanas después

A pasado algo de tiempo desde que Andrew y yo dejamos de hablar, no he ido con él a sus sesiones y evito a toda costa verlo en la escuela. Soy demasiado orgullosa y él también, lo que hace que la situación sea menos favorable; él al igual que yo evita toparse conmigo y en las dos reuniones del equipo que he acompañado a Noah él evita mirarme siquiera, y, cuando lo llega a a hacer voltea rápidamente hacia otro lado.

Liam y Anabelle como era de esperarse se dieron cuenta de este notorio alejamiento entre Andrew y yo así que invente una excusa tonta para que lo dejaran pasar.

Había conseguido un lugar en el periódico escolar, formaba parte del equipo de edición y en estos momentos acababa de terminar con mi trabajo de la semana; es viernes así que como la alumna desobligada que a veces soy decido faltar a la última clase, tomo mi mochila y camino por el pasillo de la escuela.

A lo lejos diviso a Andrew con una caja en sus manos, intento dar media vuelta pero el avanza rápidamente hacia mi, lo que me hace pensar que quiere hablar conmigo.

–¡Emms, espera!

–¿Qué quieres Hudgen?–. Él no dice nada, sólo abre la caja que tiene en sus manos, en la tapa dice "Me per..." y la caja está llena de donas.

–¿Qué dices Emms? ¿Me perdonas?

–Sólo porque es un buen meme.

–Gracias y perdón por lo que dije ese día, en realidad si estaba un poco celoso por la cena y me sentí mal cuando me miraste como lo hiciste.

–¿Andrew Hugden expresando sus sentimientos y pidiendo perdón?

–Hay personas por las que vale la pena expresarse.

–Lo sé Andrew, bien, todo está bien entre los dos, gracias por las disculpas...y las donas.

–Así que...

–¿Pasas por mi para la sesión?

–Claro que si Emms, hoy subiré yo al podium.

–Que buen día para acompañarte.

–Por cierto ¿A donde vas? Aun falta una clase para salir.

–Es viernes, acabo de terminar de editar algunas cosas para el periódico, estoy demasiado cansada y solo quiero ir a casa a dormir.

–Yo te llevo.

–No, no faltes Hudgen, es tu último año.

–Pero...

–Nada de peros, nos vemos en la tarde, gracias por las donas, muero de hambre.

–Está bien Emms, paso por ti–. Dice y se va, subo al auto y dejo la caja de donas en el asiento del copiloto.

Al llegar a casa me cuelgo la mochila en el hombro derecho y tomo la caja, abro la puerta de la casa y escucho voces en la sala de estar, camino hacia esta y veo a mamá, papá y la tía Norma.

–¿Papá? ¿Mamá?

–¡Sorpresa!–. Grita mamá y luego pone una cara de confusión. –¿No sales más tarde?

–Si...

–¡Emma!–. Grita mamá y papá la interrumpe.

–Déjala amor, solo es una clase, calabacita te extrañamos tan...¡¿Usaste mi auto mientras no estábamos?!

–Le llené en tanque.

–Ah, está bien. 

–Pensé que llegarían en dos semanas más.

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