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maratón como compensación. 1/?

Ambos estaban encerrados en la habitación, sentados en la cama tomados de las manos. Estaban en silencio mirándose detenidamente regalando sonrisas al otro.
Se besaron lentamente, nada lujurioso. Disfrutaban los labios del otro como si fuese el más exquisito dulce.

— ¿Seguro que no vendrá?

— Seguro —murmuró el castaño acercándose a su cuello para dejar cortos besos

— ¿Fue con Jisung? —ladeó su cabeza soltando una suave carcajada

No, digo sí —negó sin dejar de besarlo

Dime la verdad —lo separó

— Está durmiendo, no escuchará

No Jungkook, puede despertar y tu esposa puede llegar —el castaño iba a reclamar pero fue abrazado enseguida— Podemos quedarnos abrazados ¿bueno?

— Está bien —se acurrucó lo suficiente para que el frío se fuese

Se recostaron en silencio, Jungkook se abrazó inmediatamente al cuerpo de Jimin dio un largo suspiro acurrucando su rostro en el cuello del pálido. Jimin atinó a acariciar su espalda y cabello de manera suave.

¿Te quedarás toda la noche? —murmuró

Sé que no quieres que me vaya así que me quedaré —besó su frente— Pero temprano tendré que irme

El castaño hizo un puchero y se subió sobre el pelinegro para besarlo de manera corta. Luego se apoyó nuevamente en su pecho.

No hablemos de eso, sólo pensaré en que te quedarás —besó suave su cuello— Te quiero

Yo también —murmuró

Se durmieron tranquilamente, nada los interrumpió. Jungkook jamás había dormido tan acompañado ni mucho menos tan tranquilo. Se sentía protegido y cálido.
Jimin amaba tenerlo cerca y saber que le estaba correspondiendo.

Despertó lentamente, levantó su cabeza notando que estaba solo en la cama. Se sentó rápido queriendo pensar que seguía allí, pero no. El auto fuera de casa lo hizo mirar por la ventana, su esposa había llegado. Cubrió su rostro con ambas manos y contuvo sus ganas de patear algo. Se levantó y tomó su celular para revisar la hora.
Un pequeño papel cayó del velador, era un corazón dibujado a la rápida con un Lo siento escrito dentro.

Jungkook ¿la niñera? —la mujer abrió al puerta haciendo que el papel se cayera de sus manos

No se quedó, no hice que se quedara —tosió por el nerviosismo y buscó el papel

— ¿Te pasa algo? —estás nervioso— ¿Algo que no me haya enterado?

Nada, no nada —sonrió falsamente— Sólo que creí que iría tarde al trabajo pero es una estupidez porque estoy de vacaciones

La mujer lo miró con extrañeza y dejó sus cosas en el suelo antes de dirigirse a la habitación de su hijo que seguía durmiendo tranquilamente.

Jisung, levantate que llegarás tarde al colegio

— No quiero ir —murmuró el menor— Quiero jugar con Minho otra vez

— ¿Trajiste a un amigo? ¿Por qué no me lo dijiste?

— Papá me dejó —bajó la mirada

Estoy harta que nunca me diga nada —apretó sus dientes

Mamá no te enojes con él, no grites. No quiero que peleen por mi culpa —sus ojos expresaron angustia— Iré al colegio pero no peleen

— Nosotros no peleamos cariño, tranquilo —lo abrazó éste no correspondió y se bajó de la cama para poder cambiarse de ropa

La mujer salió de la habitación directo a la cocina donde estaba el castaño preparando el desayuno. Se paró en el umbral de la puerta a brazos cruzados.

Te dije que lo cuidaras, pero me entero de que trajo un amigo ¿Qué estuviste haciendo?

— Estuve en casa, él quería traerlo. Tú no lo dejas hacer nada, lo reprendes por todo, por eso no te tiene confianza de nada —habló bajo para que el menor no escuchara

Hago eso por su bien, porque si a ti te importara, lo cuidarías. Pero como no, tengo que hacerme cargo de todo en casa. Criar un niño sola no es fácil

— No lo estás criando sola, sólo te digo que le des más libertad

— Tiene 9 años ¿qué clase de padre eres? —dijo bastante molesta

— Sé la edad que tiene y por eso te digo que le des libertad al menos de traer a sus compañeros a que jueguen con él

— Para que tú te la pases haciendo nada

— No quiero discutir —la miró serio—¡Sung! A desayunar pequeño —llamó dejando a la mujer con las palabras en la boca

En el camino al colegio Jisung llevaba apoyada su cabeza en la ventana del auto, daba cortos suspiros que hicieron que su padre lo mirara inmediatamente.

¿Qué pasa?

— No quiero ir al colegio —hizo una mueca para no llorar

— ¿Por qué? —buscó un lugar donde estacionarse

— Se van a burlar de mí porque me gustan los niños y ustedes se va a molestar conmigo, ya no me van a querer

—  Hijo, con que te gusten los chicos no es ningún problema, yo jamás te dejaría de querer por eso. No importa lo que piensen los demás mientras tú seas feliz —acarició su mejilla

¿Te puedo contar un secreto?jugó con sus pequeñas manos, miró de reojo al castaño que asintió— M-me gusta alguien —sus mejillas se volvieron rojas

— ¿Quién? —negó— ¿Lo conozco? —asintió y cubrió su rostro— Es Minho ¿no?

El menor se hundió en el asiento, completamente sonrojado. El mayor sonrió y acarició su cabello con suavidad.

No importa hijo, eso está bien —se acomodó en su asiento y encendió el vehículo— No iremos al colegio, iremos a ver a mi amigo ¿te parece?

— ¿El que tiene bonito cabello?

— Sí, él... —sonrió ampliamente

Llegaron a un parque que Jisung no conocía, pero el castaño lo conocía a la perfección. Mandó un mensaje de texto al pelinegro que llegó a los minutos.
A lo lejos el menor lo vio y fue en su búsqueda tomando su mano mientras le contaba cosas de animes nuevos que había visto. Saludó a Jungkook de la mano como si fuesen amigos nada más.
Jimin ¿me ayudas? —llamó el menor mirando unas barras, el mayor caminó enseguida hacia él y lo levantó— ¡Papá mira! Soy fuerte —rió imitando hacer flexiones de brazos mientras el pelinegro lo sujetaba

Me ganas, yo sólo puedo hacer dos —rió el castaño y se acercó también

Se quedaron jugando un momento los tres, el castaño quiso ir a comprarle algo para beber al menor que ya estaba agotado de tanto jugar.
Se detuvo un rato a mirarlos, Jimin le estaba enseñando a realizar flexiones por su cuenta el menor reía porque simplemente no podía.

Quizás así se sentía tener una familia, pensó.

G.I.N.A.S.F.S.   JIKOOK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora