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Por primera vez, en los meses que llevaba la relación paralela con Jimin, conoció su casa. Era un casa hermosa, ordenada, fresca, limpia, acogedora. Eso fue lo único que alcanzó a ver, el pelinegro lo llevaba caminando de espaldas hacia la habitación, con el duradero beso que comenzó al bajar del auto.
Sus ropas iban desapareciendo a medida que cruzaban por el pasillo. Jungkook cayó en la cama quitándose inmediatamente la camisa mientras observaba al pelinegro hacer exactamente lo mismo, mordió su labio acomodándose en la cama para que el mayor pudiese quitarle los pantalones que ya estaban siendo una molestia.

Ya ambos despojados de su pantalón, el castaño se estiró lo suficiente para besar su cuello y comenzar a bajar con cortos besos junto con caricias en su torso. Se bajó de la cama arrodillándose, el pelinegro se sentó en ésta acariciando sus mejillas. El castaño sonreía disfrutando del toque, avanzó hasta el bóxer del mayor y lo bajó liberando la erección de éste. Otra sonrisa mientras se acercaba lentamente.

Lo tomó con una de sus manos masajeando de forma lenta sin despegar su mirada de las expresiones del contrario. Metió el glande en su boca jugando con su lengua, sus manos estimulaban el falo. El gruñido del mayor fue suficiente para que ensartara más el miembro en su boca, salió lento para luego repetir la acción.

— ¿Te gusta? —preguntó sin soltar el miembro, sonriendo levemente, para luego volver a meterlo en su boca

Te obligaría a hacerlo toda la noche, pero debo hacer otras cosas también —cerró los ojos apoyando su mano en la cabeza del adverso

Quiero ver qué cosas —susurró metiendo lo más posible en su boca

Se mantuvo allí haciendo jadear al mayor, dejó sus manos a un lado para simplemente complacerlo con su boca, soltó una suave risa al ver sus expresiones. Lo sacó de su boca para comenzar a subir con sus besos hasta sus labios. Las manos del pelinegro se colaron en su cintura para levantarlo, dejarlo en la cama con la cabeza enterrada en la almohada y el trasero levantado, sólo la tela de su bóxer era lo que se interponía.

Pensé que tendría que abrir las piernas —comentó sonrojado

Luego lo harás —murmuró cerca de su oído mordiendo su cuello

El cuerpo del castaño se estremeció, cerró sus ojos sintiendo su bóxer ser bajado, caricias en su cintura, cadera, glúteos, muslos. Se removió impaciente, la risa del mayor fue música para sus oídos. Volteó con la intención de quejarse, pero éste ya estaba irrumpiendo en su cuerpo. Encorvó su espalda dejando salir un gemido, se aferró a la sábanas y se giró levemente para mirarlo.
El pelinegro se movía lento, pero al ver la expresión del castaño no pudo contenerse y comenzó con movimientos más rápidos que hacían saltar con levedad al chico. Mordía su labio y apretaba sus ojos, pero nunca dejando estar en dirección hacia él.

O te das vuelta o no seré delicado —amenazó el rubio

Otra sonrisa de parte del castaño que negó y se dedicó a mirarlo desafiante. La posición la encantaba, más cuando los movimientos se volvieron más y más intensos. Gimió un poco más fuerte para moverse también junto a él. Sudaba y sus brazos temblaban, se había intentado posicionar sobre sus manos. Recibió una suave nalgada.

Date vuelta —habló ronco

El castaño casi se corrió en ese instante, se separó para dejar caer su espalda en el colchón. El pelinegro tiró sus piernas para subirlas por sobre sus hombros y volver a adentrase en el castaño que gimió nuevamente apretando los brazos del mayor.

M-maldición JiMin —encorvó su espalda nuevamente sin tener control de su cuerpo

Sus piernas se resbalaron por el sudor, abrió éstas aún más abrazándose del fornido cuerpo. Sentía que se quedaba sin aliento, los gemidos del castaño le impedían ser delicado. Se movían al mismo ritmo, sabía que el castaño mordía su labio y se retorcía únicamente para provocarlo. No tuvo pudor en entrar hasta hacerlo gritar y salir casi por completo para repetir la "tortura" hacia el agotado chico.

D-deja de hacer eso —se quejó el mayor tomando una de sus piernas para subirla nuevamente hasta su hombro— Te lo advierto

Besó los labios del castaño que por la posición en la que estaban sintió que la extensión se internaba aún más en su interior. El pelinegro le bajó la pierna y salió del chico.

Sientate en mis piernas —ordenó echando su cabello hacia atrás, estaban igual de agitados

¿No te cansas? —se sentó en la cama

El pelinegro esperó al castaño que se acomodara en sus piernas, hizo un momento fricción haciendo que sus miembros se toparan. Tomó el de su dominante y se sentó sobre él lentamente. Sus piernas temblaron, las manos grandes del pelinegro se posaron en sus muslos dando suaves apretones a la vez se movía también para que el castaño lo hiciera, se estaba tardando demasiado en hacerlo.

¿N-no me vas a dejar descansar? —habló tomando algo de aire

No —dijo ronco tomándolo por la cintura

Una risa juguetona del pelinegro y el chico obedeció comenzando a dar pequeños saltos. Sus piernas estaban cansadas pero tenía las fuertes manos ayudándolo a que no se detuviera.
ambos estaban al límite, pero más Jungkook. Sus piernas ya estaban tensas, dejó su cabeza hacia atrás para volver a retomar su guerra de miradas.

Estoy cansado... —dijo con un hilo de voz, luego un agudo grito por el movimiento brusco del mayor

Te lo advertí —lo abrazó dándole cortos besos en su cuello, y así ayudarlo

Jungkook asintió, no estaba arrepentido. Al contrario, desobedecer se había vuelto algo interesante. Se continuó moviendo pese a que sus piernas que casi se cortaban, eso era lo que sentía.
Su punto sensible había sido tocado tantas veces no quería detenerse. Optó por moverse hacia delante y hacia atrás para descansar un poco, su miembro palpitaba. Bajó la cabeza respirando agitado.

Un poco más —murmuró el pelinegro apretando suavemente su cuello

Y-ya no aguanto —tragó saliva retorciéndose por los espasmos

Hizo que se detuviera posando las manos en su cintura nuevamente lo besó jadeante para luego Jungkook mirarlo completamente excitado mientras apretaba los brazos del mayor que había subido hasta sus mejillas para poder ver mejor su expresión. Su cuerpo tembló al sentir al mayor correrse en su interior y se dejó caer en su hombro mientras recibía cortos besos en su hombro.

Salvaje —habló el castaño sin separase

Te extrañé —respondió peinando su cabello

Yo también —salió de donde estaba dejándose caer a la cama

Beso con suavidad sus labios, el castaño mantenía sus ojos cerrados y respiraba agitado. Peinó su cabello otra vez, amaba la suavidad de éste al igual que la de su piel luego de ese tipo de noches. Iba a comentarle algo, pero éste ya estaba descansando. Lo cubrió con las sábanas y se quedó admirándolo hasta que también cayó dormido.

G.I.N.A.S.F.S.   JIKOOK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora