11

315 29 3
                                    


Feliz cumpleaños a mi, Feliz cumpleaños a mi...

********

Los ensayos de las bailarinas estaban en ese momento y Mina debía estar presente para ver las coreografías y practicar por primera vez con todo el ballet.

En eso entraron André y Firmin con un joven rubio, muy apuesto y se acercaron a ella directamente mientras se daba un descanso.

—Señorita Kant, déjeme presentarle a Raoul de Chagny, nuestro benefactor y productor—dijo Firmin

—Encantado de conocerla, madeimoselle—dijo el joven, mientras tomaba la mano de Mina y depositaba un sutil beso.

—El placer es mío— contestó Mina.

—Debo de admitir que no soy un gran conocedor de la música pop de américa, pero Christine me ha hecho el favor de enseñarme su trabajo.

Mina quedo algo sorprendida de eso. Nunca se hubiera imaginado eso de Christine.

—¿En serio?

—Así es. Ella es una gran admiradora suya—respondió el joven mirando directamente a la joven que hablaba animadamente con Meg Giry.

Así que Christine era su admiradora.

—Usted conoce a la señorita Daee por lo visto, ¿no es así? —dijo Mina

—Bueno...—balbuceo, el joven.

—Es solo que usted la tutea y además ella ha tenido el tiempo de mostrarle mi trabajo.

Raoul de repente comenzó a sonrojarse y miro hacia otro lado, tratando de no ser tan evidente con la respuesta.

—Pues...sí. Ella y yo nos conocemos desde que éramos niños—le respondió.

La respuesta y la actitud de Raoul solo le mostro a Mina una cosa.

Raoul estaba enamorado de Christine Daee y era una probabilidad que ella también.

Nuevos planes empezaban a formarse en su cabeza. Oh, si tan solo Erik supiera que su pequeña enamorada tenía otro admirador más que él. Y no estaba nada mal...



Más tarde un automóvil lujoso paso por la opera para recoger a Mina. Los vidrios eran polarizados por lo que no se podía ver quien iba en el exterior. Lo que era perfecto pues Mina quería pasear a solas, sin que nadie la molestara y podía ir a comer específicamente a un lugar sin ser vista por nadie.

Ella entro en el auto y este arranco. Mina aprovecho estos momentos para pensar de qué manera era posible acercarse a Christine y sacarle información sobre Raoul.

Pasaron solo unos minutos de camino cuando vio a lo lejos a Christine. Parecía que la suerte estaba de su lado, y entonces recordó que Raoul le había dicho que Christine la admiraba.

Pidió al chofer detenerse cerca y ella bajo el vidrio del auto.

—Eh, Christine. Mira por aquí.

Christine dejo de caminar y miro a Mina asomada por la ventana de un auto.

Ella enseguida se puso nerviosa y se acercó un poco al auto para saludar a Mina.

—¡Madeimoselle Kant, que sorpresa! —dijo un poco ruborizada.

—¿A dónde te diriges si no es indiscreción? —pregunto Mina amistosamente.

—Y-Yo...—balbuceo—Voy de compras por algunas cosas— le respondió.

La primera MusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora