Mina bajo por las escaleras del sótano. Esperaba que su memoria la guiara por el camino correcto o de lo contrario entraría en problemas o podría caer por la trampa de espejos que era mucho peor que perderse por los pasillos.
Necesitaba verlo. Hablarle.
La última vez que lo vio, la había dejado sin argumentos. Pero ahora necesitaba restregarle en la cara su nueva información y decirle que su amada Christine era parte de su equipo ahora. Al menos, accidentalmente.
Mina llego a la balsa en el lago, subió a ella y remo hacia la casa del lago. Al parecer no había olvidado el camino.
Una alarma sonó, y supo que en cuanto Erik lo escuchara; el sabría que había un intruso.
Cuando llego finalmente a la casa del lago, Erik ya la estaba esperando. Por su cara se veía que no estaba feliz de verla. Esto solo le dio un golpe duro al corazón, pero el deseo de desquitarse era mucho más fuerte.
—¿Se puede saber que estás haciendo— dijo el hombre cuando ella llego? No la ayudo a bajar.
—Solo vine a visitarte y platicarte de algo muy interesante que descubrí— le respondió ella, con altanería.
—No me interesa lo que tengas que decir, vete— le dijo dándose media vuelta—Y no creas que podrás bajar la próxima vez, porque cambiare las trampas y nadie te ayudara a salir. Si valoras tu vida mejor no te cruces en mi camino.
—Créeme, maestro. No bajaría a menos que fuera totalmente necesario.
Erik camino hacia su casa dándole la espalda y dando por concluida la conversación. Pero Mina no estaba dispuesta a ser ignorada.
—Hablé con Christine hace unos días—dijo Mina asegurándose de que él, la estaba escuchando.
Erik paro de caminar y la miro enfadado.
—Crei decirte que te alejaras de ella.
—N fue intencional. Me la encontré por la calle y ni modo que no saludara a una "compañera"—le respondió. Aunque por supuesto esa platica no había sido accidental del todo.
—Pero, en fin. Christine me contó que tiene un ángel de la música, que le enseña a cantar. Supuse que ese tonto cueto solo pudo haberlo influenciado una persona.
Erik tenía una cara totalmente disgustada. Mina sabía algo incluso tan personal y lo peor es que había salido de la boca de la mismísima Christine. ¿Acaso Mina había llegado a ser tan cercana a Christine en solo unos cuantos meses como para contarle algo tan personal y secreto?
—¿Cómo es posible que ella te lo dijera? Le dije que nade podía saberlo.
—Bueno ella tiene mucha confianza en mí por lo visto. Pero ella lo ha contado a más personas, como su amiga Meg, y también...—hizo una pausa a propósito—a Raoul de Chagny.
Mina no pudo evitar sentir un gran miedo al ver a Erik con la cara roja de ira. Estaba provocando al toro. Pero Erik tenía que saber que su musa estaba siendo pretendida por alguien más. Alguien que ella sabía era real.
—Al parecer no eres el único que está interesado en tu pequeña Christine. Bueno dudo que llegues a conquistar su corazón si solamente sabe que eres el ángel de la música de su padre—dicho esto Mina dejo el lugar con Erik, que esta vez se había quedado sin una respuesta para ella.
Había cometido una gran equivocación al subestimar a Mina.
Ella era una persona que podía acercarse a cualquiera, ya que no tenía nada que esconder. Ninguna deformidad o pasado que necesitara esconder de la gente. Ella podía convertirse en la mejor amiga de Christine sin problemas.
Y la segunda equivocación es que había llevado demasiado lejos la fantasía de Christine sobre el ángel de la música. Ahora teniendo un rival compitiendo por el amor de la chica era cada vez más difícil hacer que Christine lo eligiera a él.
Y es por esa razón que debía de actuar rápido con sus planes.
El mes de diciembre estaba acercándose, y eso significaba que estaban por comenzar la preparación dela fiesta de Navidad y la mascarada de año nuevo.
Mina no estaba entusiasmada, de hecho, le daba igual. Pero según André y Firmin, ella era parte de la Opera y al ser la estrella de la próxima producción, debía asistir casi obligatoriamente. Así que ahora debía preparar un vestido de fiesta y su disfraz y no tenía idea de que elegir.
Si bien, las mascaradas no eran fiestas de disfraces, aun así, debía ir disfrazada y eso le fastidiaba.
Mientras tanto ella estaba en su computadora portátil, escribiendo una canción, que no dejaba su cabeza.
Recientemente sentía deseos de escribir una canción, lo cual hizo feliz a Berenice. Ya que significaba que un nuevo proyecto venia cerca.
—Al fin y al cabo, los artistas deben seguir trabajando—dijo la mujer cuando vio a Mina en la cama con la portátil en las piernas y escribiendo rápidamente.
—No te emociones, solo es una idea—dijo Mina, mientras apagaba la computadora-.
—Por cierto, Christine Daee te envía esta nota—Dijo Berenice extendiéndole un papel a la joven—Dijo que era importante que lo recibieras.
Mina lo tomo, y leyó el contenido escrito.
"¿Crees que podríamos vernos? Necesito decirle algo importante. Veámonos en la cafetería frente a la opera a las 3:00 de la tarde.
Christine"
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Próxima actualización: 17 de diciembre. (Votar y comentar)
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La primera Musa
FanfictionMina Lovete, más conocida como Ia Kant, es una joven cantante muy famosa en America. Un día recibe una invitación para participar en una obra en la Ópera de París. Ella, sin embargo, no acepta al principio. Lo que su Manager no sabe, es que Mina tie...