No puede ser que este en Forks.

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Me estiré sintiendo un dolor en la espalda terrible. Estaba apoyada en algo duro que se me hacía incomodo, además, tenía frió. Pero si es verano y que yo recuerde no tengo aire acondionado en mi cuarto. Abrí los ojos y fruncí el ceño mientras mi vista se acostumbraba, aquella no se parecía a mi habitación. ¿Dónde diablos estaba? ¿Y por qué estaba tumbada en el suelo?

La habitación se veía vieja, las cortinas eran horribles, sin contar que solo había un armario y un escritorio, ni estanterías y el escritorio poseía un ordenador con más años que yo. ¿Que reliquia era esa? 

Me incorporé un poco asustada, a pesar que no tenía ni idea de donde estaba, aquel lugar  me resultaba familiar.

-Vale, tranquilidad. Todo esto debe tener alguna explicación. Estoy soñando.

Tras decir aquello me pellizque, pero el dolor me hizo ver la realidad. Pensé en lo último que recordaba: estaba en mi casa, después del cumpleaños, estaba en mi cama y... el espejo... 

-¡Lisbeth! -gritó un hombre. 

Me asuste, no lo reconocía para nada. La puerta de la habitación se abrió y apareció un señor. Su aspecto amable inspiraba confianza, iba con el uniforme de policía y llevaba una placa de sheriff, aquello unido a su bigote... 

-Vamos Lisbeth que vas a llegar tarde a clase. ¿Por qué estas en el suelo?

-Señor...

-Ya te dije que no me digas así, simplemente llámame Charlie o tío.

Mi cara debía ser de risa. Estaba mirando a aquel señor cuya apariencia y nombre era igual que el de el padre de Bella. Me reí nerviosa.

-Claro tío, perdona.

¿Por qué seguía el rollo? Esto no podía estar pasando, Charlie no es real, todo es ficción, esta dentro de unos libros...

-Tienes 15 minutos, te espero abajo. -dijo con una sonrisa.

Me levante deprisa, sentía el corazón a mil, no sabia si era la emoción o el miedo. Había deseado una vida así  en mi cumpleaños pero ¿aquello había tenido algo que ver realmente? ¿Qué había pasado? Y lo más importante, ¿podía volver a casa?

Tome aire para luego soltarlo de golpe. Muy bien. Tenía que recabar información y luego pensar algo. El lugar no me sonaba de nada, pero al parecer aquel señor me conocía. ¿Estaría dentro de crepúsculo? Solo había una manera de averiguarlo.  

También surgían otras preguntas. ¿Cuanto podía durar? ¿Una semana? ¿Un año? ¿Toda una vida? ¿Como volvería a casa? Pero la más importante de todas ¿Quién era yo en ese mundo?

Suspire. Los nervios me acabarían matando.

Abrí el armario, al menos parecía que tenía buena ropa, todo no era tan desastroso. Me recogí el cabello en una coleta y me abrigue.

Baje a la cocina, la casa era muy similar a como se veía a la película pero no todo era igual. Había muchas fotos de lo que parecía ser Reneé y Bella, o eso supuse, se veía que Charlie aún no lo había superado y aquello me daba un poco de pena. Aquel hombre necesitaba alguien en su vida. Estaba dando por hecho que me encontraba dentro de Crepúsculo, ¿por que lo aceptaba con tanta rapidez? Creo que aún estoy en shock.  Por otro lado, si estaba en Crepúsculo, ¿donde estaba Bella? 


-Cariño, te prepare café, creo recordar que te gustaba.

-Sí, me gusta. Muchas gracias.

Me tome el café mientras observaba todo, por fuera quería parecer tranquila, pero por dentro me sentía  nerviosa y a la vez, como toda una fangirl. ¿Quién no deseaba vivir su propia historia de Crepúsculo? Tenía la oportunidad de cumplir lo que siempre había soñado, pero una cosa era soñarlo y otra muy distinta "aparecer" dentro de crepúsculo. Era imposible y... ¿qué pasaba con su familia? ¿Qué ocurriría en su mundo? ¿Si ella moría allí volvería a su mundo o desaparecería?

El universo irreal - CrepúsculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora