Jacob Black.

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El fin de semana pasó sin nada interesante que mencionar. Me dediqué a limpiar, cocinar, ordenar la habitación, incluso decorarla un poco.

El Lunes comenzó con el cielo soleado así que supe que los Cullen no estarían. Mejor. Me daba un poco de vergüenza encontrarme con Edward después de rechazarlo. Necesitaba tiempo para asimilarlo.

Las clases transcurrieron aburridas y en la cafetería preferí sentarme sola, antes que ir a la mesa de Jessica, Mike y Eric. No era rencorosa pero no sabía como acercarme o si debía acercarme. Aquel día fue un aburrimiento total.

Al menos me sirvió para darme cuenta que a pesar de mis intentos por mantener las distancias, de cierta forma me había adaptado a la situación. Estaba acostumbrándome a la presencia de Charlie y a ver a Jessica y Angela en clase, pero sobre todo a tener a los Cullen cerca.

Sabía que estaba mal, sabía que aquello cambiaría la historia, pero intentaba hacer todo lo mejor que podía.

A la salida me fui andando sintiendo el sol dar en mi piel, era una sensación agradable. Había olvidado lo que era el sol... tanto tiempo con aquel tiempo nublado y lluvioso...

Al llegar a casa deje el bolso y miré en la nevera. Debía ir a comprar algo antes de ir a hacer la comida. Por suerte la tienda no se encontraba lejos, compré varias cosas con la receta en mente de lo que quería cocinar. Sin embargo, parece que mi vida no puede ser tranquila varios días seguidos.

Fue bastante rápido. Primero escuche unos pitidos para sentir tan solo un segundo después el golpe. Fue tan fuerte que me empujó al suelo, pero no tenía la suficiente fuerza como para ser preocupante.

Fue como si apagaras un ordenador. En un momento, estas despierta y al siguiente te ves abriendo los ojos sin saber cuando los cerraste. ¿Me había desmayado? Dios, que vergüenza.

Al abrir los ojos vi un rostro delante mía. Un joven de piel cobriza, cabello oscuro y largo, su mirada mostraba preocupación y la vez se veía adorable. Algo me decía que lo conocía pero aún no tenía idea de quien era.

-Eres muy guapo -dije con una sonrisa.

Jacob soltó una carcajada. Él me ayudó a dejarme sentada en el suelo, sus manos me tenían agarrada de los brazos. 

-¿Estas bien? Dios lo siento tanto... como mi padre se enteré me quita la moto -dijo nervioso- No te vi te lo prometo.

-¿Me has atropellado con la moto? -dije mirándole un poco confusa. 

Vi la moto y al joven con su mano en mi espalda, temiendo tocarme más de lo necesario, como si temiera que me deshiciese.

-Si -dijo con una sonrisa temblorosa.- Pero te juro que ha sido sin querer.

-Sería bonito que me atropellaras queriendo -bromee para aligerar el ambiente.- Estoy bien, algo mareada pero bien. La verdad como técnica para ligar es peligrosa.

Él suspiró tranquilo, me miró con diversión. Me levanté sola y me quede de pie asimilando la situación.

-Me sentiría mejor si te revisará un médico. 

Busqué la compra con la mirada y le señale las bolsas.

-Me las pasas por favor. Nada de médicos, solo llévame a casa. 

Él asintió. Recogió las bolsas de la compra y aunque camine poco hasta la moto, sentí dolor en el pie. Puede que fuese del golpe. Bueno no esta mal, para un atropello y tampoco era un dolor exagerado. Jacob me ayudó a subir en la moto y cuando se subió me miró. 

El universo irreal - CrepúsculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora