02; Tokyo

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Pero no estaban bromeando en cuanto llegamos a la planta baja, ahí nos estaban esperando las escaleras que cómo serpientes estaban alrededor de un largo poste de hierro, las chicas suspirando por el agobio que presentían al imaginarme cargando cie...

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Pero no estaban bromeando en cuanto llegamos a la planta baja, ahí nos estaban esperando las escaleras que cómo serpientes estaban alrededor de un largo poste de hierro, las chicas suspirando por el agobio que presentían al imaginarme cargando cientos de cajas, para luego oírme quejándome los posteriores días a causa del dolor de espalda, sí, al observar sus gestos pesimistas capté el mensaje. Pasé mí mano por mí cuello para luego masajearme lo mientras entrecierro mis ojos para hacerme la idea con el trabajo que me esperase dentro de poco.
Al final, nos decidimos en subir cada uno de aquellos escalones de mármol negro, cada paso que dábamos provocaban como un eco intermitente en todo el edificio, me quedé admirando todo a mí alrededor, la vista desde lo alto de aquellos escalones hacían que cualquier persona temerosa del vértigo entré en pánico tan solo ver la altura en que nos encontramos actualmente; solté un silbido prolongado por el asombro y cómo era de esperarse este resonó por todo el lugar.

—¿Qué pasa?—preguntó Hinata, atrayendo la atención de la rubia que está delante de nosotros, la cual me miró por encima del hombro.

—Nada. Estoy anodado por la inmensidad de este edificio, y lo lúgubre pensar que sería perfecto para una película de terror.  — mencioné con cierto aire de burla, para luego ampliar una sonrisa malévola—Imagínate. Hinata gritar de terror, pero hasta que lleguemos arriba sería demasiado tarde—.escuché una carcajada interrumpida por parte de Ino, mientras la otra fruncía ligeramente el ceño.

—No es gracioso, jum. —contestó enfadada en un accionar de cruzar los brazos y girar la mirada. En eso, Ino es la segunda en hablar y como una madre, qué al regañar a sus hijos dice—Basta de pelear. Sasuke no la molestes, mirá ya llegamos.

—No aguantás nada, Hinata. — respondí sarcástico con la misma sonrisa ensanchada ella no respondió más me ignoró, escuché el resonar de las llaves en el picaporte, para después el rechinar de la puerta. La primera vista en admirar fue la decoración del living, era simple unos sillones, una mesa y unos pares de sillas—Qué casa, se ve muy cómoda.

—Gracias, Sasuke. Adelante, pasa.

Invito, Ino mientras se sacaban los zapatos y dejarlos en la entrada, yo las imité. Sinceramente tengo escasos recuerdos de las costumbres aquí en Tokio, pero es cuestión de práctica para nuevamente acostumbrarse, dejé aún lado mí valija mientras cada una de ellas se dirigían diferentes lugares: la cocina o la habitación dejándome sólo en medio de la sala.

—Siéntete cómodo, estás en tu casa —. dijo en voz alta, mientras se sujetaba el cabello en una coleta para después perderse dentro de la habitación—¡Hina, ofrecele algo a Sasuke!— ordenó desde la habitación.—Sí.— respondió la oji perlas desde la cocina, revisando el refrigerador.

—Oh, permiso.— dije para luego tomar asiento en el sofá, con antebrazos caídos en cada extremos de mis rodillas antes de sacar mí móvil de mi bolsillo para prenderlo después de tantas horas de vuelo, ningún mensaje de la mudanza pero ya faltaban pocas horas para que llegase. De pronto, el tintineo de unos vasos me distrajeron—¿Quieres qué te ayude? —pregunté servicial, pero ella negó sonriente.

⚘ 𝑬𝒍 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒆𝒔𝒕é𝒕𝒊𝒄𝒂 | 𝑺𝒂𝒔𝒖𝑺𝒂𝒌𝒖 ⚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora