Lo (real, frío, cruel) Desconocido || Más Allá del Jardín Fanfic

Uno || Greg no es bueno con los trenes

Nota: Jason Funderberker es la rana mascota de Greg.

La rodilla de Gregory subía y bajaba al ritmo del zapateo constante de su pie izquierdo. El boleto para trasbordar en la siguiente estación se encontraba fuertemente apretado en una de sus manos. Por la ventana el paisaje se movía casi tedioso, pese a la velocidad con la que el tren viajaba.

"Me pregunto qué clase de comida tiene Wirt en su casa" pensó.

"Me pregunto si es que Wirt va a dejarme entrar en su casa, en primer lugar"

Y es que no era que su relación con su hermano no fuera buena, pero...

Greg sacudió la cabeza, él no iba a permitirse pensar así. Tanto él como su querida rana, Jason Funderberker, y todo el que los hubiera conocido, sabían que Wirt lo había intentado al menos. Y lo había intentado enserio. Desde su regreso de "Lo Desconocido", Wirt había tratado de hacer las cosas bien y, sobre todo, de ser el hermano que Greg necesitaba que fuera.

Sin embargo, como suele ocurrir en el mundo real, las cosas no salieron exactamente como él lo esperaba.

"No es tu culpa, cielo" su madre había consolado a Greg un día, en la sala de espera del hospital. Greg tenía once años en ese entonces, sus padres se habían divorciado hace unos meses. Wirt estaba en la sala de urgencias. De nuevo. Él visitaba mucho esa sala últimamente "Wirt solo... tu hermano solo... tuvo un mal día, eso es todo".

Y, de verdad, eso fue todo lo que alguna vez le explicaron a Greg acerca de las entradas y salidas de su hermano al hospital.

– ¡Chicago! ¡Estamos llegando a la estación de Chicago! –el hombre que marcaba los boletos anunció con voz graciosa.

Claro que Greg ya no tenía once años, sino dieciocho. Y las cosas que lo rodeaban eran un poco más claras... solo un poco.

Una mujer bajó del tren frente a él, con ella iban un par pequeños correteando y contando algo acerca de tener super poderes de velocidad y fuerza. Greg pensó en que esos niños eran poco creativos ¿Por qué pedirías tener super fuerza o super velocidad si pudieras tener un super poder? ¿Por qué no pedir algo más práctico? ¿Cómo hacer crecer patatas de tus orejas? ¿O que cuando te diera gripe, en lugar de mocos, estornudaras melaza? Eso, ahora, eso sí que sería un super poder.

–A St. George, por favor –pidió a la señorita tras el cristal y pagó con su precario fondo que había ahorrado para emergencias.

Greg se preguntó por un momento qué estarían haciendo sus padres justo ahora. Cuando Greg le dijo a su madre que se iba a St. George esta trató de disuadirlo, mientras que su padre si quiera se enteró de su partida. Y es que, desde que aceptó ese nuevo trabajo a varias horas de casa, comunicación entre ellos había sido precaria. Greg se preguntó si las cosas cambiarían ahora que les habían dado "la gran noticia", luego, pensó en que eso no importaba realmente.

Greg sacó el teléfono de su bolsillo y marcó el número de Beatrice. Beatrice era su mejor amiga desde la secundaria, tenía el cabello negro y su forma de ser le recordaba demasiado a la Beatrice que había conocido con su hermano en aquel bonito bosque que él y su hermano conocieron hace varios años ya.

–No me digas que te perdiste de nuevo –Beatrice respondió la llamada en tono cansino.

Greg miró a su alrededor.

–Pues, espero que no –dijo, el vagón iba lleno y le había tocado de pie. Su cabeza sobresaliendo por entre todas las demás, mientras buscaba un letrero o algo para cerciorarse de que había cogido el tren a St. George–. Hay un letrero sobre la puerta que dice "St. George", así que, creo que esta vez sí me subí al correcto.