Inocente |Bakugo y tu|

|01|

Me sentía nerviosa y ansiosa al mismo tiempo. Las personas me empujaban deseosas por conseguir algunas palabras de ambos héroes, pero ya todos sabían que uno de ellos los iba a sacar de una explosión en la cara. Bakugo Katsuki. Él segundo mejor héroe, aunque para mi es el número uno. Su temperamento es igual a su singularidad. Explosiva.

--Disculpen... De... Déjenme pasar-- suelto con dificultad.

Cuando por fin llego al inicio de toda la multitud lo veo. Su cabello rubio ceniza, esos ojos rojos que miran a todos con fastidio y su traje de héroe que deja loca a más de una chica. Pero a mi no me importa su físico, mi admiración hacia él empezó cuando de pequeña me salvó de ser atropellada por un villano. Desde entonces lo he seguido en las noticias, redes e incluso salgo a las calles por si hay algún problema y aparece él.

--Dis... Disculpe-- trato de llamar su atención, pero los gritos de la gente al parecer no le hacen llegar mi voz. --¡Disculpe, señor Bakugo!-- grito llamando no sólo su atención, si no la de todos.

Siento mi cara arder, nunca me ha gustado ser el centro de atención y en estos momentos tengo hasta una cámara apuntando en mi dirección.

--¿Podri... Podría darme su autógrafo?... ¿Por favor?-- termino en un murmuro. Sé que nunca entrega autógrafos, jamás lo he visto dar alguno. Pero no me importa, si no le pregunto sé que estaré el resto de la semana arrepintiendome de no haberlo hecho.

Sus ojos rojos se clavan en mi y siento como mi corazón se acelera cuando alza una ceja y desvía sus ojos. Pensando que me ha ignorado decido empezar a empujar a las personas para alejarme, pero un "Ey" me detiene.

--¿Cómo te llamas?-- pregunta sosteniendo el marcador.

--__..... ____ señor-- contesto estirando el papel en blanco, pero él pasa del papel y para mi sorpresa y la de todos firma en mi blusa, literalmente arriba de uno de mis pechos.

--Un gusto _____-- susurra guiñando su ojo y dejándome con la mente en blanco.

Bakugo Katsuki acaba de firmar mi blusa. No me ha ignorado. La madre que me parió. Estoy tan feliz que no me importa ser empujada hasta caer fuera de la multitud. Pienso colocar esta blusa en un jodido cuadro y admirarlo por el resto de mis días.

--Puedo morir en paz-- suelto en un tono de voz agudo para luego levantarme y empezar a caminar rumbo a mi casa.

En el camino la gente me veía raro ya que no podía evitar chillar al recordar lo sucedido. Mi dios, no quepo en mi de la felicidad.

--¡Mamá ya llegué!-- grito nada más entrar, me quito con rapidez los zapatos y corro a la sala para encontrarme a mi madre viendo el noticiero. --¡Mamá a que no vas a creer lo que me sucedió hoy!.

--¡Por Dios!... ¿Acaso quieres matar a tu madre de un susto?-- se queja llevando una de sus manos a su pecho.

--Lo lamento-- me disculpo apenada y tomo asiento a su lado en el sofá. --Pero mamá, mira-- suelto mostrando mi pecho para que vea la blusa autografiada.

--Lo he visto, te has puesto como tomate cuando la cámara se puso en ti-- se ríe acariciando mi cabello. --Aunque me pareció un poco atrevido que lo haya hecho en tu blusa.

--¡¿Qué importa donde lo hizo?!... ¿No te das cuenta? Él jamás, pero JAMÁS da autógrafos-- suelto rodando del sofá al suelo. --Mamá voy a morir feliz.