—Compré pescado, pensé que te gustaría —tosió para disimular su sonrojo—, cenar juntas. Así que creo que sería buena idea comenzar a preparar la cena desde ahora.
—¿Me dejas saber si se quitó el olor?
Peridot se estaba secando el cabello, ya se había puesto la ropa y lo que seguía era peinarse un poco.
—¿En serio es necesario?
—Sólo deja que te huela un poco. Siempre lo he hecho.
—A veces me das miedo...
—No exageres.
—La que exagera aquí eres tú... —respondió la rubia. —Incluso me mandaste a bañar.
—Sí, te mandé a bañar, ahora deja que vea si valió la pena. —se cruzó de brazos y miró desafiante.
—Bien... Pero no hagas nada extraño.
—Bien pero no hagas nada extraño —repitió en tono de burla y se acercó. La tomó de los brazos y se inclinó hacia su hombro para olfatear.
Aspiró con la nariz y exhaló lentamente. Después subió un poco hacia su cuello deslizando su nariz sobre la piel de su dueña y percibiendo cómo ésta se estremecía.
—Lapis... Dijiste que no harías nada extraño.... —pronunció nerviosa y con el rostro sonrojado.
—Lo siento... Es que... Hueles tan bien... Tu aroma...
—Lapis... —puso sus manos sobre la cintura de ésta e hizo un espacio entre ellas. —Tenemos que preparar la cena —sonrió con nerviosismo.
La morena asintió rápidamente y agrandó el espacio entre ellas.
Peridot bajó con las piernas temblorosas a la cocina y comenzó a preparar lo necesario para la cena. Trataba de concentrarse pero su cabeza sólo giraba entorno a aquel comportamiento similar al de Carol; era como si ambas olvidaran su autocontrol.
También recordó lo que Lapis había dicho sobre la primavera y no pudo evitar pensar que entonces Lapis podía estar pasando por lo mismo.Estaba tan distraída que se cortó en el dedo cuando hacía un poco de ensalada. Se llevó el dedo a la boca e hizo un poco de presión para detener el sangrado. Lapis no estaba ahí así que era un alivio encargarse sola de aquello.
Buscó en su alacena una vendita y se la colocó para cubrir la herida, regresó ante la tabla de picar, tomó el cuchillo y respiró hondo. Su vida se había vuelto tan extraña de un día para otro. Estaba cocinando para dos, su gato era en realidad una jovencita controladora y su jefa podría ser alguien que también no conocía del todo. Pero algo dentro de aquella situación tan extraña la hacía sentir emocionada.
Tomó nuevamente el cuchillo y se dijo a sí misma que tratara de no perder la cabeza. Después de eso pudo concentrarse y terminar de preparar la cena sin cortarse algún otro dedo.
Subió para decirle a Lapis que bajara a cenar y se la encontró viendo televisión.
—Es una odiosa —pensó Peridot al verla—. Oye, apaga eso, vamos a cenar...
En cierto modo, era como una hija malcriada a quien había qué cuidar y educar correctamente.
—Tienes tres segundos para salir de la cama —dijo al no tener respuesta.
—No, espera, ésto tendrá una pausa, no debe tardar —dijo rápido mientras se aferraba al control remoto.
—Bien, te espero abajo, no tardes —al salir de ahí, sonrió ladina y bajó para poner todo en la mesa.
Casi enseguida bajó la chica y se sentó a la mesa.
Peridot se quedó observándola, había algo que le estaba inquietando y no recordaba qué hasta que dio con ello.
—Ah, por cierto, ¿se puede saber por qué traes mi pijama puesta?
La chica miró hacia abajo y al levantar la cara sonrió ampliamente.
—Es muy cómoda y tiene tu aroma... Y bueno, no tengo ropa y tú me pediste que me pusiera algo, así que pensé que podía usar la tuya.
—Ugh, bueno sí puedes usar mi ropa pero no la ropa que uso para dormir, hay más en el clóset —se tomó el puente de la nariz y pensó antes lo que iba a decir. Suspiró y dijo—: El domingo iremos a comprarte un poco de ropa y escogeremos de mi clóset algunas que te gusten y puedas usar.
Los ojos de Lapis brillaron con emoción y su sonrisa se hizo aún más grande.
—¿Hablas en serio?
—Sí, pero ahora vamos a cenar, ésto se está enfriando.
....
Chale, ésto me gusta más de lo que imaginé.
Honestamente no reviso los capítulos así que no sé si hay errores ortográficos xd bye.
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This is right? [Lapidot]
FanfictionPeridot es una universitaria recién egresada, vive sola con su gato y lleva una vida bastante rutinaria sin imaginar lo que se esconde en su casa.