CAPÍTULO VII: "VISITAS"

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(Roman)

Comencé todas las mañanas a hacer lagartijas, abdominales y saltos. Ejercicios de tonificación y resistencia me sentía feo, quería causar impacto y tenía en la mira un par de personas que había que hacerlos bajar de su egocentrismo y rudeza.

Otro día más y me levanté a duchar, vi como todos estos chicos arremetían en contra del novato nuevamente, ya parecía una rutina, entre todos los empujaban, lo tocaban y otras boberías que no me interesaba.

Terminé de ducharme y me fui a desayunar corrí a un par de idiotas del camino, pues tenía hambre. Me senté solo y rechacé a todos los que querían sentarse menos a los dos novatos que llegaron, primer día siempre es difícil, los dejé esta vez.

-A continuación les mencionaré las personas que asistirán al horario de visita de las cinco p.m. pongan atención o no asistirán.

No presté atención nuevamente, pero lo que cambiaba de la monotonía diaria de ese listado es que esta vez estaba yo.

-Roman Trekke a las cinco y diez minutos estar aquí.

Me intrigué y mi cara cambió rotundamente, la ansiedad que creí no tener se hacía presente, me mordía los dedos, me rascaba mi pelada, me paseaba por todo el patio mirando el gigantesco reloj que teníamos en una pared hasta que llegó la hora.

(Timothy)

Otra mañana bien mierda y quería llorar esta vez, me sentía ahogado en impotencia, quería arrancar de ahí y todo por matar a un hijo de puta que se lo merecía. Los hombres me molestaron una vez más y los dejé, no me importaba.

Desayuné en una mesa lleno de evangélicos hablando sobre no sé qué, no les di importancia, salí al patio y me senté en una banca mientras me paseaba llorando por los rincones sin que me vieran los imbéciles, en especial el nazi de mierda.

- ¿Estás llorando niña? –preguntó el nazi levantando su brazo por mi hombro.

-Déjame un día por favor, anda a molestar a los otros dos novatos...

-Ya lo hice, son bastante aburridos, tú me diviertes, eres más frágil...

- ¿Por qué por qué yo? ¿Por qué a mí? ¿Por qué me agredes? Si soy gay pero déjame en paz, no te hago ningún daño. ¿Cómo mierda te cambiaste a mi celda? –dije gritándole.

-Te cambian cada vez que peleas con alguien para que convivan rápidamente así si nos demoramos un año intentando convivir, por lo que no va a ser difícil hacer lo contrario y hacerte sufrir...

- ¿Cuánto te queda? –le pregunté.

-Un año completo puto, por lo que no debo matarte hasta ese entonces y podré salir limpio de aquí.

-Dios... -dije.

Agarro la camisa del buzo cuerpo completo y me dijo –Si te niegas nuevamente a hacerme caso te golpearé y no temeré de aumentar los años, ¿vale?

-Timothy Wisscloud acércate por favor. –gritó un guardia.

-Salvado por la campana. –dijo el nazi y me empujó.

Me acerqué al guardia para saber qué sucedía...

-Tienes visita también, acaba de llegar una persona a verte, asistirás al de las cinco p.m.

-Gracias, estaré aquí. –le dije viéndolo alejarse.

(Roman)

Ya era hora y comencé a ir con un marciano hacia el patio de visitas, y allí estaba el mismísimo hijo del hijo de perra, debo de ser brujo por lo bien que predecía que sería el, o su hermana.

Roman: Mi héroe en prisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora