(Timothy)
-Despierta, despierta, hay que desayunar y ducharse, ¡venga zorrillo arriba! –decía Roman.
-Joder, déjame dormir un poco más. –dije.
Se abalanzó sobre mí, mientras movía todo su cuerpo encima del mío.
-Basta o me excitaré.
Se alejó rápidamente.
-No, no eso no quiero. –dijo cómico.
-Entonces no me provoques. –dije.
Llegué a las duchas junto a Roman y noté que los hombres miraban extrañados, evidentemente no acostumbraban ver a este chico rudo con un novato y menos homosexual.
Tuvimos un momento bastante cómico en las duchas, accidentalmente se me cayó el jabón y teníamos un compañero de color y nos molestaron bastante, más cuando me acerqué a recoger el jabón y entre los dos hicimos que el momento sea bastante cómico. Era lo que quería conseguir con mis compañeros de prisión, no los veía como una amenaza los veía como personas que cometieron un error gigantesco rehabilitándose para salir mejor. O eso esperaba yo.
Por otro lado estaba Roman alejándose de la gente, evitando el compañerismo y amistad, y respetaba bastante eso de él, si tuvo este largo camino para llegar hasta aquí y ser irrespetado nuevamente no tenía caso, lo entiendo completamente, y más cuando se comporta conmigo diferente. Creo que me estaba confundiendo.
(Roman)
Timothy era cada vez más agradable con la gente y más risueño desde que había llegado, no podía verlo con una mirada seria, él me provocaba alegría con cada bobería que salía de su boca, nunca se callaba, y nunca me incomodó.
En el patio estuvimos hablando sobre cosas personales, esta amistad iba definitivamente a otro nivel.
- ¿Y cómo es que llegó esta persona tan buena a un lugar así? –le pregunté a Timothy.
-Pues, maté a un hijo de perra que se lo merecía básicamente.
Tuve un segundo de silencio para analizar lo que me había contado.
-Es difícil creer que tú podrías hacer eso, pero si estás aquí es porque así fue
-Exacto, lo maté porque estuvo diez años completos abusando y golpeando constantemente a mi madre, yo me marché a los once a la casa de mi padre a vivir, por mejores situaciones, económicamente estaba bien, la educación en donde él vivía era increíble, ahí conocí a mi primer amor, tuve mi vida ahí. Pero me lamentaba diariamente de no tener a mi madre a mi lado, por lo que regresé cuando terminé los estudios a los veinticuatro, soporté un año con ése viejo de mierda y apenas presencié un levantamiento de mano lo forré a golpes, la segunda lo volví a golpear y lo eché de la casa, mi madre insistió en traerlo y a la tercera...
Tomó un profundo respiro, noté como sus ojos se llenaron de lágrimas, derramó algunas y las secó inmediatamente, antes que yo pudiera decirle algo o abrazarlo, me contuve porque sentía vergüenza de mostrarme frágil y empático frente a estos perros.
-Como decía a la tercera lo maté, sabes que cuando uno le hace daño a otra persona y no se da cuenta a lo que llega hacer es donde no te puedes perdonar nada ni tu propia muerte, él mató a mi madre. –Comenzó a llorar. –Mi madre se suicidó con un cable, se ahorcó y nos enteramos al día siguiente, él se enteró primero por lo borracho que estaba cuando despertó, y yo cuando me fue a avisar, en ese mismo instante me alejé de la casa, fui a desahogarme a la casa de mi ex y en ese momento cuando llego a su casa, me lo encuentro con un ex amigo, si vida fatal que he tenido dirás eh... y junto toda esa rabia me dio el valor de volver a matarlo, con mis propios puños lo maté, le revente la cara. Diez años aquí.
-Wow... bastante fuerte tu situación muchacho... -dije mirándolo, él no me miraba tenía un punto fijo en el suelo.
-Fuertísimo, siempre veo el lado positivo de las cosas y dejaré este proceso de estadía aquí sea la mejor rehabilitación que pude tener.
-Y junto a mi lado nada te pasará, Tim. Nadie te pondrá una mano encima, cuenta conmigo. –dije.
(Timothy)
-Tim... me gusta. –dije.
-Ni te atrevas a decirme Ro u otra imbecilidad que no te lo permito. –dijo.
-Tranquilo... es tu turno, ¿qué pasó contigo?
-Paré aquí por lo mismo, o algo parecido. –dijo.
- ¿En serio? Somos asesinos seriales.
Se echó a reír. –Verás, aunque no lo creas y espero que sí, amo la literatura. De pequeño me iba excelente en el colegio desde pequeño comencé a escribir un libro de mi vida de cómo mis padres me abandonaron y paré estando solo, ese libro que puse años de esfuerzo se lo presenté a una reconocida editorial y me lo negaron ¿por qué? No lo sé, sacaron una copia de mi libro y la lanzaron a la venta como autoridad propia, me enfadé y fui a la casa del mismo hijo de perra y le robé muchas cosas, entre esas mi libro. Lo quemé lloré y me enfadé bastante, estuve como un psicópata viendo su casa y comencé a salir con su hija, él no sabía. Quise hacerle daño a su hija follándome a su hermano, tal como lo escuchas, no soy gay como tú eh... lo hice para dejar mal a esa mierda de familia, la chica me comentaba que el padre a veces abusaba de ella y un día intervengo en su casa armado, por suerte estaba él sólo, lo maté a golpes felizmente, le oriné el cuerpo y me fui de allí. Me encontraron por el ADN y terminé aquí.
-No sé si lo mío es trágico o lo tuyo. –dije.
-Ambos diría yo, la mayoría de los presos sufren de abandono emocional diría yo, pero quizás no.
- ¿Sabes que estas conversaciones me acercan más a ti?
-Creo que sí, así lo siento, me siento más cercano a ti Tim. –dijo.
-Terminaré confundido contigo Roman, y no quiero. Te quiero como amigo porque si me ilusiono contigo como novio terminaré lastimado y no quiero.
-Wow... Pero no lo hagas Timothy, yo no podría tener nada contigo, no me gustan los hombres. –dijo
Por dentro sentí una incomodidad asquerosa. – ¿Ni aunque lo intentemos? –pregunté.
- ¿Qué insinúas? Soy débil tengo necesidades, pero no caeré contigo. –me dijo levantándose.
-Perdón. –le dije.
Mierda, ya todo parecía volver a lo que era, esas confusiones inútiles que recreaba en mi mente, sentía la puta necesidad de tenerlo conmigo, eso no estaba para nada bien sabiendo que él no era homosexual.
(Roman)
Me levanté a caminar hacia otra dirección, hablar sobre el abandono de mis padres siempre me ponía triste y esquivo, más con lo que Timothy había mencionado, de gustarle prácticamente, no podía aceptarlo no era lo que yo quería con él.
Volví a donde estaba y me agaché para hablar con él nuevamente.
-Hey... perdón si he causado algún tipo de acercamiento innecesario o alguna confusión que haya hecho que tu mente piense que puede pasar algo entre nosotros. ¿Sí?
-Soy yo, no te preocupes, no acostumbro a tener amigos hombres. Por lo que confundí tus bromas con otra cosa, tal vez. –dijo.
-Está bien, ¿estamos bien?
-Hemos estado bien y lo estaremos siempre. –dijo sonriendo.
-Me alegra compañero. –le dije.
- ¿Sabes qué si acepto que seamos? –preguntó.
- ¿Qué?
- ¡Mejores amigos! –dijo gritándolo mientras se ponía de pie.
Me molesté en el momento pero vi que quería hacerme reír y molestarme era la opción más infantil que podía haber sentido.
- ¡Sí! –grité poniéndome de pies.
-Venga ese choque de pecho.
Hicimos un choque de pechos bastante vergonzoso, se cayó el muchacho, al parecer apliqué mucha fuerza.
- ¿Estás bien? –pregunté riéndome mientras lo ayudaba a levantarse.
-Excelente. –dijo sacándose el polvo del buzo.
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Roman: Mi héroe en prisión
Ficção GeralRoman, 27 años, 1,83 de alto, 82 kg, de cabello semi-rapado, pandillero, silencioso, hosco, justiciero. -Culpable. Esas fueron sus últimas palabras para presentar en su nuevo hogar a Roman, el héroe de la prisión. Timothy, 25 años, 1,72 de alto, 69...