Not Yours. (Stucky)

23.

---Debo ir a casa, amor. Por la mañana estaré aquí para cuidarte. Y promete que harás un intento, Buck. Es todo lo que te pido, no me dejes sólo. Hagas lo que hagas, quédate. Yo te necesito, Bucky.

Acarició su rostro y sollozó.

---Es hora de retirarse, señor Rogers.

Habló la enfermera de turno, él asintió. Eran las cinco y treinta, así que debía ir a casa y preparse para el siguiente día. Desde que cuidaba a Bucky eran pocas las veces que llegaba a su casa, cuando salía del hospital se dirigía a la casa nueva que compró para Bucky y dormía ahí.

---Lo sé. ---Se acercó suavemente a su chico y sin pudor alguno besó su frente. ---Vas a despertar, Punk.

La enfermera le sonrió y Steve se paró en la ventana, mirándolo. No iba a negar que tenía tanto miedo de que al regresar al hospital se encontrara con Bucky sin vida, si eso pasaba no se lo perdonaría jamás.

Y tampoco dejaba de pensar en todas y cada una de las cosas que Jack llegó a decir ¿Era verdad? ¿Podría Peggy haber hecho algo así? ¿Qué motivo tendría?

Parecía hasta estúpido pensarlo.

[...]

Bajo de su auto y entró a su casa, se quitó el abrigo y se dispuso a ir a la habitación.

De verdad que no esperaba encontrarse con esa escena, no luego de tantos celos y reclamos, no podía ser posible que su esposa le reclamara por algo que ella también hacía.

---¡Steve! P-puedo explicarlo.

Steve salió de la habitación sorprendido y Peggy corrió en bata tras él.

---Steve, por favor.

Steve suspiró, era la excusa para decirle toda la verdad.

---No, no. No te preocupes, lo comprendo.

Daniel salió tras ella ya vestido y miró a Steve.

---Debemos hablar.

Dijo Daniel y Peggy lo miró.

---Daniel, vete.

---¡No! Él debe saberlo.

---Steve, por favor.

Pidió colgándose de su brazo.

---Pegg. Está bien, vale. Yo...no tengo nada que decirles, si están juntos, está bien.

Daniel lo miró sorprendido y Peggy ofendida.

---¿Perdón?

---También amo a otra persona, Peggy.

Peggy negó y rió casi histérica.

---N-no puedes hablar en serio, Steven.

Steve suspiró.

---Me alegro que finalmente estén juntos, yo...te daré el divorcio cuando gustes.

---¡No quiero el maldito divorcio! ¿Es que no lo entiendes? Todo lo que he querido eres tú.

Daniel agachó el rostro avergonzado.

---No voy a negar que te aprecio, Peggy pero no te amo, he estado cegado por mis prejuicios, todo este tiempo.

La castaña sollozó.

---¿Por qué me haces esto?

---¿Por qué haces tú esto? Juegas con Daniel, aún sabiendo que yo no siento nada por ti.

---¡Eres mi esposo! ¡Dijiste que me amabas!

Steve suspiró y negó.

---Es muy diferente decirlo a realmente sentirlo, Peggy. Y lo lamento tanto.