Super = EL

Parte 31

En otro lugar dentro de la fortaleza...

—Kora ¿que estamos haciendo aquí?— preguntó Diana.

—Mmm quería hacer algo, hace un tiempo que lo llevo pensando y creo que es el momento. Hoy es el día.

— ¿De qué?

Kora se acercó a ella y sacó algo del cinturón, se lo había pegado con celo en la ropa.

—Di, sé que es el día más importante de Lena y de Kara, pero no quiero desperdiciar el momento de un día tan romántico como hoy. — se arrodilló. —Quiero tener una boda parecida a esta.

—Algún día...

—Di, quiero casarme contigo en tu mundo, en tu ciudad natal. Lena se ha casado por el rito kryptoniano por amor. Yo quiero hacer el rito amazónico por amor también. Quiero que seas oficialmente la madre de Kon y que él sea tu hijo. Deseo que seas mi esposa y pasar toda la eternidad juntas, junto con nuestra familia. Diana Prince, princesa de Themyscira, ¿me harías el honor de casarte conmigo?— Diana se arrodilló para estar a su altura.

—De princesa a reina, me encantaría ser tu esposa. —Kora sonrió, le puso el anillo y se cogieron de la mano entrelazando sus dedos. —gracias por decir que quieres casarte en Themyscira, pero yo quiero lo mismo que mi hija, una boda así.

—Di... —pero no la dejó hablar, le puso un debo en los labios para silenciarla.

—Kora, te amo, no me importa en qué rito nos casemos, siempre que lo hagamos. Quiero estar contigo para toda la eternidad. Como si hacemos las dos ceremonias, no me importa.

— ¿Las dos?— preguntó con una ceja levantada.

—Sí.

—Mmm, bueno sería una muestra de amor que nos tenemos ¿no?

Diana no dijo nada solo sonrió y se besaron.

Se reunieron con los demás, pero antes de sentarse Kora pidió atención.

—Ejem ejem. —tosió en un tono alto, todo el mundo dejó de hablar y de comer y la miraron. —Quiero compartir. —miró a Diana que sonreía. —bueno, queremos compartir ante todos vosotros; familia y amigos... he pedido a Diana que sea mi esposa y ha aceptado. — Diana sonrojada levantó la mano, se podía ver el anillo.

La gente aplaudió, silbó y gritaba felicidades.

Lena se levantó y abrazó a su madre feliz. Le cogió la mano y miró el anillo.

—Vaya pedrusco. —miró a Kora. —te ha debido costar miles de dólares.

—En realidad no, lo he hecho yo. —Kara abrazó a su abuela y después a Diana para felicitarlas y vio que madre e hija estaban mirando a Kora sin decir nada.

— ¿Cómo que lo has hecho tú?— preguntó Lena.

—Es un secreto. —miró a su alrededor. —y no es el momento ni el lugar para contarlo. —Se sentó y esperó que Diana la siguiera.

Lena no dijo nada más, abrazó a Kora como pudo y volvió a su asiento, Diana al final se sentó.

Siguieron comiendo, bebiendo, riendo, charlando entre ellos, se lo estaban pasando de maravilla.

Pero todo cambió cuando Kora vio que su pulsera parpadeaba, sabía que era importante, miró a Diana que estaba igual de seria y se levantó.

—Vuelvo enseguida. —le dijo en el oído.

—De acuerdo.

Kora se alejó de la sala y abrió un portal para ir a su Fortaleza.

— ¡Quelex 10! —les había puesto números a todos.