10.

212 21 9
                                    

Harry tardó un momento en responder, casi podía sentir la tensión que se había formado en su cuerpo. Lo miré por el espejo retrovisor y vi como tragaba saliva nerviosamente.

-S-si, tengo uno.

-¿Cómo se llama?.- Jake arrancó el auto.

-Edward.

-¿Cuantos años tiene?

-23.

-¿No es la edad que tu tienes?.- me estaba comenzando a preocupar. Jake estaba haciendo muchas preguntas.

-Somos gemelos.

-Gemelos.- Jake pareció saborear la palabra, como si jamás la hubiera escuchado.- Eso es genial, yo siempre quise tener un hermano gemelo. Por, ya sabes, las conexiones que según dicen que tienen.

-Nunca lo tuvimos.- Harry murmuró.- Jamás fuimos demasiado unidos.

-Pero es casi una regla natural, ¿No? Quiero decir, si uno de ustedes se lastimaba el otro lo sentía y si uno de ustedes se sentía triste el otro también lo...

-Él y yo jamás sentimos eso, siempre hubo una gran brecha que nos separó. Ambos éramos bastante diferentes.

-¿Diferentes? ¿En qué sentido?

-Él estaba mal, él tenía problemas.- hizo una pausa.- su mente estaba podrida.

Jake frenó de golpe en un semáforo y por ende volví de mi trance. Cuando lo vi, me di cuenta que tenía el ceño fruncido y mordia su labio inferior con molestia.

-Jake.- traté de llamar su atención pero sólo conseguí una mala mirada.

-Tendré que dejarte.- soltó y lo miré sin comprender.- Necesito hacer algo antes de volver a tu casa, Harry te acompañara a hacer las compras, ¿No es así Harry?

-Claro, por mi no hay problema.

-Excelente.- Jake le sonrió por el retrovisor y cuando el auto de  enfrente arrancó él también lo hizo.

Estaba confundida y bastante intrigada.

Al llegar al supermercado Jake sólo nos dijo "Adiós" y se fue dejándome con un confundido Harry a mi lado. Sin esperar otra cosa caminé hacia dentro de la tienda para comenzar las compras y revisé la hoja que mi querido novio se había encargado de llenar con lo esencial que necesitábamos. Harry manejaba el carrito y yo metía todo lo que iba leyendo en la lista, en menos de quince minutos terminamos de meter todo lo que Jake había anotado y rápidamente fuimos a pagar.

Sinceramente no me dieron muchas ganas de comenzar una platica con el chico de anteojos y al parecer él tampoco tenía la intención de hacerlo. Al terminar de recoger todas las bolsas nos dirigimos a la salida del supermercado y tomamos un taxi.

Ya frente a mi casa me dispuse a caminar a la entrada pero la voz de Harry me detuvo.

-¿Estás molesta conmigo?.- gire lentamente hasta encararlo y lo miré interrogante.- No me has dirigido la palabra desde que salimos de tu casa.

-Me han pasado muchas cosas estos últimos días Harry, perdón.- de nuevo me encamine hasta mi puerta y escuché como me seguía.- Creo que sólo necesito descansar, es todo.

-¿Tiene algo que ver con lo de ayer? ¿Por eso te fuiste de tu casa?

-En parte.- suspire y dejé las bolsas del mandado en la mesa de la cocina.- Harry, ¿Te molestaría mucho si te digo que quiero irme a dormir ahora mismo?.- en serio trate de no sonar grosera.- Jake probablemente no llegue hasta la noche y ahora no estoy con el animo de comer algo ni ver una película.

Asintió algo desilusionado pero después de dejar las bolsas en la mesa junto a las demás simplemente se marchó. Me sentí pésima cuando escuché la puerta ser cerrada pero tenerlo cerca me estaba sofocando de una manera horrible. En todo lo que mi cerebro pensaba cuando lo veía era en el bendito diario, el cual justamente me dejaba más que aterrada por el echo de que había desaparecido y no sabía quien se lo había llevado y porqué.

Decidí dejar de lado un momento mi paranoia y me dirigí a tomar un baño y después irme a dormir. Cuando estaba apuntó de cerrar los ojos el sonido de la puerta principal siendo azotada me hizo saltar de la cama. Tomé rápidamente mi celular y me escondí debajo de la cama.

En mi interior comencé a rezar y pedir a Dios por mi vida, cada vez más rápido conforme las pisadas se escuchaban más cercas. De pronto, se detuvieron y la puerta de mi habitación se abrió.

Unos zapatos tipo militar sobresalían en la oscuridad y tan pronto como la puerta tocó la pared el sujeto comenzó a caminar dentro de mi cuarto. Apreté con más fuerza mi celular y contuve la respiración mientras observaba las lentas pero firmes pisadas del intruso.

Quería desaparecer, casi podía oír como mi corazón latía con gran velocidad y tenía miedo de que él también pudiera escucharlo y por ende encontrarme.

Tras pasar un rato se detuvo frente a mi tocador y escuché como sacaba algo de lo que supongo era su abrigo. El sonido de él escribiendo era todo lo que se escuchaba, hasta que terminó y dio una vuelta acercándose, ahora, a mi cama.

Tape mi boca y nariz y sólo esperé a que no se hubiera dado cuenta de mi presencia, no tardo mucho y de nuevo se giró pero esta vez hacia la puerta y lentamente salió de mi habitación para después cerrar la puerta. Durante un tortuoso lapso de tiempo escuche sus pisadas hasta que llegó de nuevo a la puerta principal y de igual forma como entró, salió azontando la puerta.

Lentamente sentí como mi alma volvía a mi cuerpo y con lentitud salí de debajo de la cama. Al ver mi costado me topé con una hoja que rápidamente reconocí, la tomé con temor y leí pausadamente lo que aquel hombre había escrito.

"Nota 1.
El día se acerca y por fin podré disfrutarte sólo para mi...

Pd: te recomiendo buscar otro escondite para la próxima, casi podía oler tu miedo por encima de la cama."

Obsession -HS-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora