5.

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Al fin es viernes, por ende es el último día de clases antes de que empiecen las benditas vacaciones. Gloria me contó que se iría a París con su mamá y que me mandaría muchas fotos de los paisajes y de chicos lindos, obviamente.

Después de despedirme de algunos compañeros me dirigí a mi auto. A lo lejos pude distinguir a Harry parado a un lado del carro. Lo saludé y quite el seguro.

-¿Podría irme contigo? Olvide mi cartera en la casa y no quiero caminar.- subió sus lentes con pena y esperó mi respuesta.

-Claro que si Harry, por mi no hay problema.- le hice una señal para que subiera al asiento copiloto y yo también subí para encender el auto.

-Muchas gracias.- su voz se escuchó suave. Sonreí.

-No hay de qué.- salí del estacionamiento de la Universidad.- Pasaré al supermercado a comprar la despensa, ¿No te importa, cierto?.- lo miré de reojo.

-Para nada, suficiente es que me hayas hecho el favor de llevarme a mi casa.

-Que modesto eres Harry.- reí.

No tardamos mucho en llegar y estacione lo más cerca posible de la entrada. Ambos bajamos y tomé un carrito.

-Yo lo llevo.- Harry me quito el carrito y le agradecí, aproveche para adelantarme y buscar las cosas que necesitaba, aparte de agarrar varias chucherías que se me antojaban.

-¿Quieres algo?.- deje cinco paquetes de palomitas en el carrito y mire al chico de lentes.

-No gracias, ya es mucho...

-Agarra algo.- demande.- Y está no es una pregunta. Todavía tengo que pasar por mi bote de helado, así que piensa en algo que quieras y me dices para agarrarlo.

-E-esta bien.- murmuró derrotado y comenzó a mirar los estantes. Al final tomó una bolsa grande de frituras y un bote de helado de sabor chocolate.

Cuando nos estábamos acercando a la caja para pagar unos chicos se comenzaron a acercar a nosotros. Miraban a Harry con una sonrisa, unas enormes sonrisas, pero no unas amigables.

-Hola rarito.- tarareo uno de cabello naranja.

-¿Quien es ella? ¿Tu novia?.- un pelinegro me miro de pies a cabeza con una sonrisa pervertida y me contuve de darle una cachetada.

-Vamos David, ¿Quien se podría fijar en alguien como él?.- otro de los cinco chicos habló.

-Cierto.- el tal David se acercó y pude observar como Harry comenzaba a temblar.- ¿Dónde está tu hermano? Hace mucho que no lo veo. Pensé que estaría aquí para defenderte.

-Él ya no está....- apenas y entendí lo que le dijo Harry. Su voz se había vuelto un susurro.

-Así que dejaron solo al rarito.- el tal David hizo una cara triste y después se empezó a carcajear.

-Sera mejor que se vayan, por favor.- hablé y me contuve de no tartamudear. El chico giro su cara lentamente hacia mi.

-¿Qué dijiste preciosa?.- ahora era a mi a quien se acercaba. Trague saliva y no dije nada.

-¿Por qué no nos la llevamos David? Apuesto que se la pasaría muy bien con nosotros.- el de pelo naranja habló mientras me lanzaba un beso, hice una mueca de asco.

-Suena bien... pero me gustaría saber como es que esta bella dama conoce a este.- miro a Harry de pies a cabeza.- Fenómeno.- no aguante más y le propine una cachetada. Su cara apenas y se movió, vi como su rostro se puso rojo y tenso la mandíbula.

-Su nombre es Harry, será mejor que...- no me dejó continuar cuando me tomó del cabello y ahogue un grito de dolor.

-A mi nadie me va a venir a enseñar como debo llamar a ese idiota, perra estúpida.- susurro muy cerca de mi cara y cerre los ojos.- Que tal si....

-¡Alejate de ella!.- el agarre del sujeto desapareció y vi como Harry lo empujaba al piso.

Los demás chicos se acercaron a tomar a David, el cual se soltó bruscamente del agarre de sus amigos y cuando pensé que se lanzaría a golpear a Harry sólo nos señaló y advirtió que esto no se iba a quedar así.

Cuando los perdimos de vista gire mi mirada al chico de lentes y una nueva imagen que no conocía de él me sorprendió. Tenía las manos hechas puños a cada lado de su cuerpo y una vena saltaba de su cuello, mientras que su respiración se agitaba más de lo normal.

Levanté sus lentes que habían caído por su repentina acción y se los extendí. Me volteó a ver y su mirada se tranquilizó de golpe.

-¿Estas bien?.- preguntó mientras tomaba sus lentes y se los volvía a poner.

-Si me cuentas quienes eran esos idiotas, lo estaré.- dije mientras tomaba el carrito de nuevo y caminaba hasta la caja para pagar. Agradecí en mi interior que nadie haya pasado por el pasillo durante el suceso.



-Me molestaban en la secundaria y parte de la preparatoria.- contó mientras yo manejaba de vuelta a casa.- Pensé que jamás los volvería a ver.

-Esta ciudad es tan grande y aun así te topas con gente que deseas jamás volver a ver.- negué mientras giraba a la derecha.- Pero lo que importa es que no te hicieron nada.- le di una sonrisa tranquilizadora.

-Él te toco.- murmuró y un escalofrío me recorrió.

-Pero no llegó a mayores porque tu me rescataste.- trate de buscarle el lado positivo al asunto.- Mira que no conocía esa faceta de ti.

-Ese no era yo.

-Claro que si eras tu, y te agradezco que me hayas defendido.

-Si yo no hubiera ido contigo esto jamás hubiera pasado y...

-Y nada.- entre al comienzo de las casas donde viviamos.- Dejemos esto por la paz y prometeme que jamás le contarás a Jake, no quiero que se preocupe.

-Pero...

-Me encanta que no pongas peros.- digo con sarcasmo y estacionó el auto frente a mi casa.- ¿Están tus padres?.- lo veo negar.- Bien, ve a tu casa, deja tus cosas allá y te regresas a la mía para ver unas películas.

-¿Puedo traer mi helado?

-¡Claro que si! También la bolsa de papitas.- ambos bajamos y Harry se apresura a ayudarme con las bolsas del mandado.- Dejalas en la entrada, yo puedo sola. Tu apurate y trae tu mochila de acampar.

Se va obedientemente y abro la puerta mientras cargo en una mano todas las bolsas. Dejo las cosas en la cocina y me encamino a mi habitación para cambiarme de ropa y tomar una manta y almohadas.

Pero la imagen de Jake sentado en mi cama con cosas extrañas a su alrededor me recibe de golpe, él me voltea a ver y me regala una sonrisa inocente.

-Hola amor.

-Jake...

-Ya lo hice, ya la abrí, ya lo vi y ya lo estoy guardando.- toma una bolsa nueva que estaba en el piso y comienza a guardar las cosas con tranquilidad.

-Jake...

-Sabes algo, lo único que no pude ver fue este diario.- levanta un libro forrado de piel negra y lo agita para que escuche el candado.- En definitiva no es de Harry ni de sus padres.

-¿Cómo sabes?

-Por que aquí dice "Propiedad de Edward Styles".

Obsession -HS-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora