LOS LAZOS DE LA AMISTAD

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Era un nuevo día en la ciudad de Sorami, no muy cerca de hay en una pequeña residencia se podía observar a un chico abriendo su ventana de par en par diciendo

-paz y tranquilidad es lo mejor de eso no hay duda- viendo en el horizonte pudo notar una pequeña cantidad de objetos acercándose pero no podía diferenciar si era un grupo de aves u otra casa – pero que es eso- tratando de visualizar mejor dándose cuenta que eran las bragas que no hace mucho salieron al mundo en busca de un lugar que las acepte. Tarde fue su reacción cuando todas entraban por la ventana amontonándolo

-pero cómo es posible esto- haciendo un alboroto que llamo la atención de Seiya e Ikaros, entrando poco después –que demonios es todo esto- grito alarmado

-tal vez sean como las aves migratorias que vuelan por todo el mundo y regresan al punto de donde partieron que en este caso fue esta casa- esta fue la hipótesis de Ikaros

-dejando eso de lado, como hacemos para que Sohara no nos descubra- tratando de levantarse, pero una de las tantas bragas se le va a la cara; -pero, si están son las de Sohara- recordando el incidente de hace ya algunas semanas

-primero que nada, no me metas a mí en este problema que no quiero quedar hospitalizado; segunda, parece que te tomaron aprecio y tercera entregaron lo que les pedí- riéndose a montones y refiriéndose a la encomienda; recibiendo una señal de misión cumplida

-esto será posible, dieron la vuelta al mundo solo para verme- las bragas asintieron

-ustedes...- entrando en un estado de felicidad fuera de lo normal –hicieron todo eso por mí- llorando a mas no poder pero la alegría fue reemplazada por un miedo proveniente a sus espaldas, si no era nadie más que Sohara con un aura de mil demonios que al parecer había notado las bragas entrando a su dormitorio y se había transportado hasta su cuarto solo para castigarlo. Volteando hacia atrás pudo corree hasta una esquina de su cuarto, noto que en otro rincón estaba Seiya detrás de Ikaros esperando no ser descubierto en la escena del crimen

-uh-oh, si no huyo de aquí... estaré en coma mucho tiempo-

-Tomo chan... pervertido- lanzándose al ataque con su brazo dorado. Mientras destruía todas las bragas en su camino, hasta que pudo dar en el blanco la cual era la cara de Tomoki mientras a lo lejos Seiya solo podía observar aterrado detrás de Ikaros como aquella chica cortaba las bragas con mucha facilidad incluso llego a pensar que el escalibar de Shiryu no sería nada ante semejante poder. Luego de que Sohara destruyese todas las bragas incluyendo el cráneo de Tomoki en el proceso, en su forma chibi –eres una sádica como se te ocurre hacerles esto a tan bellas telas finas- replico Tomoki

-ellas tenían un futuro el cual era brindar protección a sus usuarias, lo que hiciste no tiene nombre- llorando a mares

-de hecho si lo tiene. Se le denomina carnicería de bragas- pues trozos de bragas volaban por toda la habitación

-no, de hecho el tiempo de la carta ya se ha acabado- decía Ikaros

-como sea; solo vótenlas ya hemos tenido suficientes problemas por su presencia-

-a sus órdenes- con una braga como mascara puesta en la cara. Recibiendo otra paliza por parte de esta

-al parecer no puedo confiar en ti Tomo chan- dándose cuenta que podía usar algo a su favor -hey Ikaros puedes prestarme una de esas cartas- recibiendo un si por parte de esta

-siento que algo malo pasara hoy- decía en sus adentros un tímido Seiya

En la escuela

-así que regresaron- con cierto interés

El Pegaso y el ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora