LA HISTORIA QUE COMIENZA CON UNA MENTIRA

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Era un día normal más específicamente un sábado por la mañana de hecho Ikaros se mostraba más sensible solo con Seiya y normal sin sentimientos con otros, todos habían quedado hacer una parrillada en un parque –que bien es hacer un poco de ejercicio de vez en cuando- afirmo Tomoki estirándose –increíble, hay mucha gente, no les parece chicos- decía Sohara admirando la gente que paseaba y los puestos esparcidos por todo el parque –ni que lo digas, creo que incluso no cambia mucho el de estar aquí o en la ciudad- formulo Seiya, a lo lejos se veía a Mikako que se acercaba de una manera amistosa –he, así que aquí están, los estaba esperando, vengan conmigo, mis hombres nos reservaron un buen lugar- señalando un puesto bajo un árbol que la gente se alejaba por miedo a involucrarse con aquellos hombres –veo que sigues teniendo las mismas mañas- menciono Seiya –mi querido Seiya, tu eres el menos indicado para hablar de eso, o es que acaso tengo que recordarte lo que hicisteis con Ikaros maldito sucio- mientras reía pícaramente –realmente no se de lo que hablas, yo solo le di un castigo y tome leche que ella me ofreció de su...- al tiempo que Mikako le mando su golpe al estómago sacándole todo el aire –sabes, no es educado hablar de los castigos frente a otras personas, mejor mantenlo en secreto vale- afirmo esta –hay- estampado en el suelo –a decir verdad no he visto a Ninfa en todo el día, creo que fue a su casa del cielo pero Ikaros estaba con nosotros hace un momento- aseguro Tomoki. A lo lejos pudieron ver como Ikaros causaba un gran alboroto en unos puestos de juguetes –esta tonta, se distrae muy fácilmente- comento Seiya y Tomoki yendo por ella. Ikaros se encontraba jugando con los juguetes como una niña, de hecho quería recobrar su inocencia como toda chica normal pues eso es lo que le había contado Mikako aquella noche

Flash back

Luego de estar retirándose todo el mundo, el grupo de los hermanos se encontraba bajando las escaleras –hermano, acabo de recordar que he olvidado algo en el templo- confeso –está bien, ve que yo te espero- sentándose en las gradas –enseguida vuelvo- corriendo cuesta arriba encontrando a Mikako jugando con la diadema que Seiya le había regalado –deja eso por favor- manifestó Ikaros un poco dominante –no te preocupes, no pretendo quedármelo- entregándole de regreso –pero, tienes idea de lo que tú y Seiya estuvieron haciendo- esperando una respuesta mientras que la otra se acomodaba su diadema en la frente –sí, él me estuvo castigando por ser una mala niña- confirmo esta con simple naturalidad, impresionando a Mikako por no revelar ni una pisca de vergüenza como cualquier chica lo haría –veo que eres muy inocente al igual que tu hermano, pero lo que hicieron fue "fornicar"- lo dijo con un toque provocativo –forni que- pregunto dudosa –bueno, si quiero que lo entiendas, tendré que explicarte todo desde el principio- mientras que sus hombres sacaban pizarras, cuadernos, lapiceros, tizas y demás instrumentos en el arte de aprender –toma nota querida estudiante que tu maestra te enseñara la fisiología humana- vestida como profesora y así paso 2 horas de aprendizaje "educativo" del cuerpo humano por parte de Mikako. Ikaros muy dentro de ella había perdido su inocencia por culpa de su profesora particular –y así Ikaros es como se traen bebes a este mundo, alguna pregunta- dejando a Ikaros un poco sonrojada y avergonzada –entonces yo hice todo eso con mi hermano- aceptando lo que había hecho –y él sabe sobre este tema- opinando tímidamente –con el cerebro que tiene, es mucho más inocente que un bebe, no te preocupes, él no sabe nada, aun así no debieron haber hecho eso en público; cualquiera pudo haberlos vistos, alégrense que solo yo vi y si quieres volverlo hacer, te recomiendo que sea en privado go...lo...za- proclamando silenciosamente a su oído sonrojándola un poco más –entonces que debo hacer para parecer una chica normal- comunico esta –creo que trataría de recobrar mi inocencia a toda costa- opino –Mikako, crees que mi hermano quiera... tener... un hijo conmigo- propuso tímidamente alertando a Mikako –sabes, sería muy lindo que ustedes empiecen un romance pero olvidas el hecho de que son hermanos, por lo que está prohibido- desanimándola aún más de lo que ya estaba –pero, ustedes no son hermanos de sangre por lo que... no habría ningún problema- haciendo que Ikaros sonría levemente –aunque todavía son muy jóvenes para pensar eso, con el tiempo tal vez consigas su corazón- retirándose de ahí

El Pegaso y el ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora