Siempre tengo esa manía de levantarme a las 4 de la mañana todos los días, hasta en fines de semana. La costumbre del colegio, supongo.
Lo primero que veo son las luces encapsuladas por flores transparentes de mi lampara. Estrellas que fueron encantadas por la luz del bombillo, quedándose atrapadas. Ahora son accesorios de la lampara, con protectores en forma de flores para verse mas "atractivas". No sienten. No vuelven a brillar como antes. Esa luz que brilla como el sol es comprimida, quitando le su luminosidad característica y volverla apta para el ojo humano. Lo nadie ve es que ellas por dentro lloran, sufren. Su alegría les fue arrebatada...
Miro a la ventana. Hermoso cielo de las 4:30 a.m., esta esperando a que su artista piense en un lindo diseño para empezarlo a pintar. Trazos de color cálido y frío. Todos los días tan diferentes, pero a la vez iguales.
Me miro al espejo. Ojos hinchados de tantas noches desvelada; labios morados y un poco partidos por no tomar suficiente liquido; rostro aparentemente "libre de imperfecciones".
Salgo del baño. Me cambio y desayuno. Son las 5:30.
Abrigo, falda, camisa, medias y zapatos. No me gusta que me vean los brazos, y mas cuando parezco un oso polar. Mis piernas tienen unos moretones y picaduras, por lo que utilizo las medias hasta arriba. Me gusta apretar la falda un poco arriba del ombligo, para que no se me vea tanta pansa.
Mientas estoy en el transporte escucho canciones clásicas.
"Tienes gustos raros". -me dicen mis compañeras cada vez que le muestro una de mis canciones favoritas de los 60's. A cada rato ponen esas canciones de reggeaton pesado en la clase mientras no haya ningún profesor, eso si. En lo personal no me agradan para nada.
Me cubro con mi abrigo, me pongo mis audífonos y escucho mis canciones.
Bienvenidos a mi mundo,
Sophie xoxo