Año 1693.
Los océanos estaban atestados de grandes navíos hechos de madera comandados por piratas que viajaban desde Bermuda y América para robar a objetivos musulmanes y de la Compañía Británica de las Indias Orientales en el océano índico y el...
-Asique el tritón que le di a mi hermano, es tu hermano.- Dijo arrepentido Yoongi. – Lo siento...no sabía.-
Hace un mes que Jin y Yoongi viajaban juntos, de vez en cuando Jin solía adentrarse en el océano y regresaba al barco. Jin solía investigar si había peligros cerca y de paso trataba que no se cumplan los tres días fuera del agua; la verdad no quería saber de qué ocurriría si llegaba al cuarto día sin tocarla.
En ese mes ambos se hicieron cercanos, se contaban cosas sin sentido y hablaban sobre sus hermanos. Aunque no lo demuestre Yoongi amaba mucho a su hermano Jungkook; era la única familia que le quedaba al igual que a Jin su hermano pequeño.
Yoongi había prometido a Jin recuperar a su hermano, y para eso debían seguir a Jungkook. Se sabía que el hermano de Yoongi se dirigía al Mar Rojo, pero antes de eso debían cargar provisiones si o si en el puerto de Portugal.
Un viaje al Mar Rojo no le viene mal a nadie. Ahora Yoongi estaba ansioso por cruzarlo y saber si es tan rojo como cuentan las leyendas.
Jin y Yoongi llegaron al puerto de Portugal a la semana siguiente.
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Jin veía asombrado desde la ventana del navío. Afuera había muchos humanos. Yoongi le prometió que volvería enseguida, él esperó tranquilo hasta que el sueño le ganó y quedó dormido en la cama del capitán.
El barco de Jungkook se había desviado de su trayecto, si bien iban al Mar Rojo; antes de ello debían parar por provisiones en el puerto de Portugal, Europa. Pero debido a la tormenta y al no grato encuentro con el monstruo del fondo oceánico terminaron en el puerto de Agadir, África.
La tripulación había salido del barco sin antes dejar al resguardo de cualquier ojo ajeno a ellos al tritón en la recamara de Jungkook.
-Tae, vamos por provisiones sólo espera aquí un par de hora y regresaremos.- Jungkook le deja algas y mejillones para que el tritón se alimente mientras ellos salían del barco, era lo último que les quedaba.
– No salgas afuera por nada del mundo, ¿sabes? No toda la gente es buena. ¿Me has entendido?.-
-Sí, Jungkook. No salir porque afuera es peligroso y comerme la comida.- Dijo con desgano.
-Oye, no lo digas en ese tono. Ya volveremos. Nos hemos desviado un poco del trayecto necesito conseguir un mapa y volver a la ruta mientras la tripulación recarga de provisiones el barco.-
-Está bien.- dijo Tae.
Jungkook frunció el ceño, veía a Tae un poco decaído. No dijo nada y salió de la recamara, aún no estaba convencido de dejarlo solo, iría por un mapa y volvería. Sí, eso sería rápido ¿no?
Las horas pasaron y Jungkook se demoró por demás, pero al fin y al cabo terminó llegando al barco antes que su tripulación. Pero lo que no esperaba era ver a Tae en el suelo de su recámara casi inconsciente, ni siquiera había tomado el agua ni comido de la comida que le dejó.
