[ nine ]

4K 520 57
                                    

Seungkwan se dio el lujo de llegar ligeramente tarde a su reunión con Vernon, no importaba lo nervioso que aún se sentía por esto, por encontrarse con el hombre que era ya de por sí intimidante, Jeonghan le había dicho que debía mostrarse seguro o no sería respetado.

Nuevamente lo había citado en ese lujoso restaurante, y aunque el rubio ya se había prevenido sobre la clase de vestimenta que debía usar en la reunión, al menos agradecía que esta vez iban a tener una mesa en el balcón, solo ellos dos.

No iba a sentir la innecesaria presión de las otras personas mirándolo por lo fuera de lugar que lucía entre ellos.

Seungkwan fue recibido como un cliente mas apenas dio el apellido del pelinegro, y fue guiado de inmediato al ascensor del lugar solo para subir al último piso. Vernon ya se encontraba esperando por él sentado en la mesa junto al balcón.

A Seungkwan le retiraron el abrigo más nuevo y bonito que tenía y lo llevaron al guardarropa, y fue entonces que el mayor se dio cuenta de su presencia en la habitación y se colocó de pie, caminando en su dirección para recibirlo.

Lucía mucho más relajado que la primera vez, había una suave sonrisa disimulada que le agradaba a Seungkwan, lo hacía sentir que no estaba a punto de firmar un contrato extraño que lo involucraba con ese hombre solo por un tiempo, hasta podía imaginarse que eran solo dos amigos reuniéndose a cenar.

Ojalá fuera de esa forma.

--Buenas tardes Seungkwan --Vernon dijo con su voz gruesa al llegar a su lado --me he tomado la libertad de ordenar la comida para ambos, espero que no te importe.

--Ah, no hay problema --Seungkwan se encogió de hombros con una sonrisa confiada --no es como sepa que demonios hay en el menú de todas formas, no he visto en mi vida ni siquiera la mitad de las comidas en el menú.

--Entiendo --Vernon reprimió una risita.

Seungkwan era tan auténtico, no le importaba si estaba frente al dueño de una de las marcas de ropa más reconocidas en Corea, no le importaba realmente, él solo decía lo que pensaba, y eso le agradaba.

--Tomemos asiento entonces.

El rubio asintió y caminó justo a su lado encogido tímidamente sobre su propio cuerpo, se repetía mentalmente que él podía hacer esto, era una buena oportunidad para sacar a flote los encantos de su personalidad de los que sus amigos tanto hablaban. 

Vernon no lo conocía de todas formas, no sabía lo tímido e inseguro que podía llegar a ser. Si lograba sacar a flote su verdadera personalidad con ese hombre entonces todo marcharía de maravilla.

--¿Te gustaría un poco de vino?

--¿Quieres emborracharme antes de que firme? --la pregunta tomó por sorpresa al mayor, que de inmediato abrió sus ojos con sorpresa, Seungkwan lo detuvo antes de que se disculpará y soltó una carcajada --¡Solo bromeó, tranquilo! Es una broma, dios.

--¿Una broma? Se supone que las bromas sean graciosas.

--Son graciosas cuando no las haces con personas estiradas como tú --se estaba pasando.

--Tienes un buen punto --Vernon le dio una sonrisa ladina --entonces, ¿nada de vino?

--Soy malo con la bebida, quiero estar sobrio para cuando firmemos el contrato. Me gustaría tomar una soda --el pelinegro asintió y en poco tiempo el mesero llevó la soda que el rubio había ordenado.

Sus comidas se encontraban humeantes sobre la mesa, pero ninguno de los dos tomaba bocado aún. Seungkwan realmente estaba babeando por lo asombrosa que lucía, ni siquiera sabía lo que era, pero quería devorarla.

oh my daddy! ; verkwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora